Capitulo 15

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— Todos están enamorados. —murmuró el rubio al sentir la presencia del mayor cerca de él—. Que envidia...

— ¿Envidia? —se sentó junto a él y lo miró.

— Que ellos puedan sentir, que sepan cómo se siente sentir algo por alguien más. —soltó un suspiró y también miró al rubio junto a él—. Incluso usted, usted tiene un amor prohibido...

— Así es. —respondió con una leve sonrisa sobre sus labios—. Un amor prohibido que quizás jamás lograré tener, sin embargo; Mientras esté enamorado quiero disfrutar de lo lindo que se siente estarlo.

El menor hizo un pequeño gesto incrédulo al entender que el guardián de Chan  le estaba presumiendo acerca de lo que sentía, aún así sonrió levemente.

— Cambiando de tema, ¿Cómo van las cosas con tu dueño? —puso su diestra en la espalda del menor.

Hyunjin sonrió de nueva cuenta ante la pregunta, esta vez algo nervioso. Se acomodó mejor en el sofá y giró un poco su cuerpo hacia el mayor, quien lo miraba atentamente. No subió su mirada, mantuvo ésta en sus propias manos mientras observaba como sus dedos jugaban entre si.

— Fue realmente agradable. Me dejó ver un gran río, en el agua se reflejaban las luces... Era muy bonito, también me contó algunas historias. —apoyó su cabeza en el respaldo del sofá.

— ¿El río Han?

—asintió—. Después me llevo al parque Yongsan, ¡Era demasiado hermoso! También pude mirar el cielo. —en ese momento sintió su rostro sonrojarse un poco—. Él dijo algo que me sorprendió... Mientras veíamos el cielo, me dijo que yo era el cielo de noche y que tenía las estrellas en mi rostro, lo dijo tan de repente que no supe cómo reaccionar. —murmuró aquello con miedo a que su guardián escuchase.

— Wow, ¿De verdad te dijo eso? —mostró una expresión un poco confundido pero después sonrió—. Que raro, Minho no se ve como los que dirían eso.

— ¿Verdad? Hasta a usted le sorprende, es increíble.~ —canturreó.

— ¿Te gustó la cita? —tomó las manos del menor.

Hyunjin miró al rubio y pensó unos segundos en la respuesta, era verdad que se había divertido, aunque más que eso; Le había gustado conocer aún más a su dueño. Soltó una pequeña risa avergonzado y finalmente asintió lentamente con su cabeza, el mayor también rió por esa acción.

— Diste un gran paso, Hyunjin. —soltó las manos ajenas y volvió a recargarse en el respaldo del sofá—. Me alegra que te lleves bien con tu dueño aunque al principio no parecía que fuera así.

— Minho sólo se mostró a la defensiva en ese tiempo... Al estar solo tanto tiempo está intentando hacer que las personas no noten que se siente solo. —se encogió de hombros—. Él quería a alguien que estuviera a su lado, que lo entienda y lo escuche. —bajó su vista a sus propias manos y desvió su mirada de forma en que el mayor no pudiera ver sus ojos—. Es un chico tan lindo, es tan precioso.

— Es increíble lo diferente que eres a Minho y a tu guardián. —soltó una pequeña risa.

— Chris tiene un guardián amigable que combina con su dueño y con él... —hizo un pequeño puchero—. Mi guardián es serio y estricto, ah.

— Es así porque eres nuevo. —subió su diestra al cabello ajeno para acariciar éste—. Sin embargo él realmente te aprecia, y quiere que seas un buen ángel, por eso es estricto. Lo conozco hace tiempo y sé que es un buen chico. —sonrió recordando al pelinegro.

— Yo también lo aprecio... Aunque es algo duro con mi dueño también, ¿No lo crees? —se acercó un poco al rubio.

—suspiró—. Sí, él también es algo estricto con Minho porque no quiere que tu dueño te lastime.

— ¿Minho lastimarme? No creo que suceda eso, él es una buena persona. —sonrió inconscientemente—. Él es genial.

— Tus ojos están brillando, brillan cuando hablas de él... ¿Realmente estás...? —mencionó esta vez siendo un poco más serio que antes.

El menor se apartó de él y encogió sus hombros ante el las palabras del mayor, no era su guardián, tampoco tenía autoridad sobre él pero aún así se sentía muy pequeño a lado de él; Quizás porque el rubio siempre fue muy amable y alegre, y rara vez se ponía serio, pero cuando se ponía así habría que tener cuidado.

— Chris me dijo lo mismo... —murmuró jugando con sus dedos—. Pero sé que no es algo más, sólo estoy emocionado, es mi primer dueño, ¿No es normal querer estar con él? No románticamente, sino tener un sentimiento, un lazo que nos una. ¿No lo cree, hyung? —lo miró otra vez.

Permaneció en silencio, por una parte Hyunjin tenía razón, sabía lo curioso que el menor era así que podría ser eso; Aún así nunca estaba de más prevenir. Por otra parte, no era su asunto, quería cuidar del rubio pero no era su obligación, además no debía meterse en asuntos de él, al fin y al cabo no era su guardián pero eso no quitaba el hecho de que se preocupaba por él.

— Aunque te dije que no estaba mal sentir algo por él, en realidad no sabemos qué podría suceder, Hyunjin; Así que piensa un poco en eso, por favor. —le dedicó una pequeña sonrisa.

Fue lo último que dije el rubio antes de levantarse para salir por la puerta detrás de ellos. Hyunjin miró hacia el suelo, no quería saberlo, no quería ni imaginarlo; ¿Al menos era capaz de poder sentir algo más? Le frustraba no saber mucho acerca de lo que era y sobre su origen. Se relajó al oír a Minho llamarle, el espejo apareció a unos metros de él, sonrió levemente y se dirigió a éste, hasta que entró en el rango de visión ajena.

— Aquí estoy.

— Quería preguntarte cuál labial quedaba mejor, mis compañeras están en su hora de comida así que no hay nadie y me pidieron colocar una marca hoy, pero no sé cuál sea mejor. —le mostró dos labiales al menor.

— ¿Qué te hace creer que sé sobre esas cosas? —se cruzó de brazos.

— Obviamente no iba a dejarte elegir sólo viendo los colores en sus cajas, tonto. —frunció su ceño—. Aléjate del espejo, necesito verme.

Hyunjin se alejó lo suficiente para ya no ser visible por el pelinaranja, aunque el contrario sí lo era para él. Minho comenzó a ponerse uno de los labiales en la mitad de sus labios y el otro en la otra mitad, ya que Minho acercó su boca al espejo Hyunjin pudo mirarlo sin poder evitar sonreír, ante sus ojos se veía realmente bien, y el maquillaje le hacía brillar sus belfos.

Volvió a acercarse al espejo cuando el mayor se lo indicó, sin embargo no pudo decir algo, estaba hipnotizado aún por lo bonita que había sido la escena anterior. Parpadeó un par de veces y agitó su cabeza para centrarse en lo que su dueño estaba diciendo ya que Minho había repetido su pregunta más de tres veces.

— ¿Entonces? —señaló sus labios—. ¿Cuál queda mejor? —sonrió levemente.

— Eh... —apartó su mirada de los labios ajenos—. Lo normal sería elegir el labial seco en invierno pero eso le quita brillo a tu rostro en sí, mientras que en verano y primavera quedaría bien ya que los colores son más brillantes. —se encogió de hombros—. Es difícil decidir, ambos te quedan muy bien.

— Oh, ¿De verdad? —sonrió ampliamente—. ¿No te dan ganas de besarme? —estiró sutilmente sus labios al espejo, el rubio lo miró de reojo y frunció un poco su ceño—. Bien, en calor el seco y en frío el brilloso, lo tengo. —guardó los labiales en sus respectivas cajas—. Gracias niño, puedes irte.

De forma rápida se apartó del espejo, desapareciendo éste de inmediato. Se tiró al suelo y miró éste mientras inhalaba profundamente intentando calmar el calor que sentía en su cara; Su corazón latía muy rápido, tanto que podía oírlo. Exhaló de manera sienciosa al ver a alguien enfrente de él, lentamente subió su cabeza hasta hacer contacto visual con el castaño.

— ¿Qué demonios te paso...? —ladeó su rostro confundido.

— Chris. —lo llamó antes de ponerse de rodillas y abrazar los pies ajenos—. ¿Alguna vez has besado a alguien?

Esa pregunta lo tomó por sorpresa.

Magical MirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora