Capítulo 32

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— ¿Ha hecho qué? —murmuró intentando formular lo que el menor le había dicho, poco a poco, una enorme angustia se apoderó de él—. ¡¿Le ha pedido a Dios que me cambie de dueño?! —se puso de pie, sintió su corazón latir rápidamente al mismo tiempo en que un dolor en su pecho comenzaba a retumbar en él.

— ¡Hyunjin cálmate! —alzó el tono de su voz para que el rubio pudiera escucharlo pero era tarde, el nombrado parecía simplemente escuchar sus propios pensamientos.

— ¡¿Por qué hizo eso?! ¡Me esforcé para ser importante para Minho, lidie con él y logré que mejorara como persona! ¡No hice nada malo! —no sólo estaba enojado, sentía un nudo en su garganta a la par en que su voz se rompía—. ¿Por qué? —bajó su tono de voz al no poder hablar—. Intentó apartarme de él sin lograrlo, ¿Tanto quería hacerlo que hizo que me cambiaran de dueño? ¡¿Entonces por qué dejó que me asignaran a él en primer lugar?!

— ¡No estoy haciendo esto porque quiera, Hyunjin! —se acercó al mayor, se sentía molesto pero no sabía porqué si él tenía parte de la culpa—. ¡No soy feliz haciéndote esto!

— ¡No te creo! —el peliazul se sorprendió al escucharlo hablar de esa manera—. Tú no sabes lo que Minho significa para mí, tú llevas años aquí dentro en este hoyo, te adaptaste, ¿Pero yo? Vine aquí, ni siquiera sé si fue en contra de mi voluntad o no, me quitan todo, me asignan a un chico con el cual les dije que no quería estar, y cuando finalmente me siento feliz con él, cuando me siento importante y querido, ¡Me quitan eso!.

— ¡Dices eso porque estás enamorado de él! Si no fuera así

Hyunjin lo interrumpió.

— ¡Si no fuera así me sentiría de la misma manera en la que me siento ahora, roto! —la primera lágrima manchó su rostro, ambas manos se aferraron a los hombros de Jisung y apretaron éstos con fuerza—. ¡Si querías hacer esto desde el principio, ¿Por qué no lo hiciste antes de que me enamorara de él?!

Lo soltó y cayó al suelo. Esta vez más lágrimas cayeron de sus ojos y mancharon su rostro. Los sollozos se hicieron más fuertes y difíciles de controlar, ni siquiera podía respirar bien y sumando el fuerte dolor que sentía dentro de él lo hacía peor. Lloró con fuerza sin poder evitarlo, y con sus manos tapó su rostro en un intento fallido de calmarse.

Jisung suspiró, se odiaba, se odiaba por hacerle eso al menor. Y aunque no sabía si era lo mejor, intentaba convencerse de que lo era. Miró a Hyunjin y dudó unos segundos antes de inclinarse a él, poniendo con lentitud su mano sobre su cabellera rubia.

— Perdóname.

Fue lo último que dijo antes de ponerse de pie y alejarse hasta salir de la habitación principal que era donde se encontraban. Le dolió dejarlo así pero como dijo Hyunjin, se había acostumbrado a eso. No era la primera vez ni iba a ser la última que iba a dejar a un ángel así, roto.

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— Hyunjin

Se sorprendió al verlo, el menor lucía tan mal que no pudo evitar sentir lástima por él; Y la sintió aún más ya que Jeongin no se encontraba en ese momento en el reino, por lo que entendía que el rubio se sintiera solo, demasiado solo. Se puso de pie y lo invitó a sentarse cosa que sin decir nada, Hyunjin aceptó, tomando asiento frente a él.

— Veo que Jisung te lo ha dicho.

— Dios. —llamó en un tono bajo para que su superior no notara su llanto—. Vine porque quería pedirle algo... —bajó su mirada para evitar mirarlo, no se sentía capaz de hacerlo en ese momento.

— Hyunjin. —el nombrado le interrumpió.

— ¿Quién será el ángel de Minho? Me gustaría saber que estará con alguien agradable y con alguien que... —guardó silencio para poder tomar aire y que el llanto no se volviera a apoderar de él— con alguien que lo cuide...

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