Capitulo 9

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— Dime que es mi imaginación, pero te ves preocupado por tu dueño, ¿Estoy en lo correcto? —el castaño se sentó junto al rubio.

— ¿De verdad se nota tanto? Mi guardián me lo dijo y ahora tú... No soy bueno disimulando. —soltó un suspiró y sirvió un poco de té en una pequeña taza para Chris.

— Creí que no lo querías. —agradeció la bebida con una ligera reverencia y después bebió un poco de ésta.

— Así era pero Minho es realmente... ¿puro quizás? —hizo una mueca no tan convencido—. Está sufriendo mucho, es una persona fuerte, y me siento mal al no poder ayudarle totalmente.

— ¿Por qué crees que no lo ayudas totalmente?

— Cuando casi me pedía que Seungmin se enamorara de él, lo negué. —se encogió de hombros—. Y no ha pedido muchos deseos, si mal no recuerdo sólo tres. ¿Soy un mal ángel? Puede desear un trabajo estable, quizás una casa más pequeña que se ajuste a sus comodidades, en su casa sólo tiene la cocina, la sala y su habitación, el resto está prácticamente vacío.

— ¿Él trabaja?

— Mh... —asintió—. Por ahora está de vacaciones porque la tienda está cerrada, pero trabaja en una tienda de cosméticos y ropa; Recuerdo que Jihyo me dijo eso. —volvió a mirar al castaño.

—soltó un suspiró y se acomodó en la silla—. El hecho de que Minho no pida tantos deseos no significa que seas mal ángel, en realidad creo que es bueno que no te exija tanto, ¿No lo crees? —hicieron contacto visual—. Minho es una persona que quiere seguir adelante por sus propios medios.

—se quedó callado unos segundos largos—. Sí, él realmente quiere seguir adelante... Con una vida así, cualquier persona ya hubiera pedido desde riquezas, hasta que su familia reviviera.

— Exacto. —sonrió amablemente—. No te preocupes tanto por él, enfócate en caerle bien, forzar un lazo con él, créeme que es una de las mejores cosas siendo un ángel. —despeinó al pecoso.

— Es verdad, gracias Chris. —se levantó de su silla para acercarse al nombrado y abrazarlo fuertemente.

— Mh, no hay de qué agradecer, Hyunjin. —correspondió su abrazo.

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Cuando Minho entró al baño apareció en el espejo y comenzó a reír mientras lo miraba, su dueño estaba caminando de un lado a otro, su cara estaba roja por la vergüenza y no podía parar de lanzar cualquier maldición al aire. Felix le había dicho lo que Min dijo la noche anterior, cosa que le avergonzó tanto por lo que decidió meterse al baño. El pelinaranja se veía adorable así, debía admitirlo.

— Que lindo te ves avergonzado, ¿Te lo han dicho alguna vez? —obtuvo la atención de su dueño.

— Joder, gran espectáculo viste anoche, maldito mocoso. —tiró un golpe al aire en dirección al espejo, dando entender que quería golpear al rubio.

— ¿Por qué estás molesto conmigo? Tú hiciste el ridículo ayer. —frunció su ceño pero volvió a reír al no poder evitarlo—. ¡Dios mío, debiste verte! Intentabas ser coqueto sin lograrlo, ¡Era tan adorable!

— ¡No soy adorable niño! —se defendió haciéndole un gesto de desagrado.

— No deberías sentirte avergonzado, Seungmin parecía estar tranquilo. —hizo un ademán con sus hombros sin tomarle importancia a las palabras ajenas—. Prueba invitarlo a comer después de clases.

— Ni siquiera voy a tener el valor para mirarlo, ¿Crees que me voy a atrever a invitarlo a salir? —el rubio asintió.

— Bueno, ayer ya demostraste tus sentimientos al llamarle "suegro" a su padre. —soltó una risa—. Sólo dile que quieres tener una cita con él, ¿Qué más puedes perder, Minho?

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