Love Story [Larry Stylinson]

Capitulo cinco

Me gustaría decir una palabra acerca de nuestras relaciones fisicas. Por un tiempo extrañamente largo no hubo ninguna.

Es decir, no hubo nada más importante que esos besos ya mencionados (los recuerdo a todos y a cada uno todavía, detalladamente). En lo que a mi respecta, no era el procedimiento standard, siendo más bien impulsivo, impaciente y rápido para la acción. Si se le hubiera dicho a alguna de la docena de chicos de Tower Court, Wellesley, que por tres semanas Louis Tomlinson IV había estado diariamente con un chico, sin acostarse con el, seguro se hubiera reído y cuestionado seriamente al chico en cuestión.

Pero por supuesto, los hechos actuales eran diferentes.

Yo no sabía que hacer.

No interpreten mal ni tomen esto demasiado literalmente, Conocía todos los movimientos. Solo que no podia lidiar con mis propios sentimientos acerca de qué hacer con ellos. harry era demasiado vivo, y me daba miedo que se riera de lo que yo tradicionalmente habia considerado el romantico (y entrador) estilo de Louis tomlinson IV. Temía ser rechazado, sí. Temia también ser aceptado por motivos erróneos. Lo que me cuesta, decir es que sentía hacia Harry algo distinto, y no sabía cómo expresario ni a quien preguntar nada («Me hubieras preguntado a mí, dijo él después). Solo sabia que sentia de ese modo. Por el. Por todo el.

-Te vas a arrepentir, Louis.

Estábamos sentados en mi cuarto un domingo por la tarde, leyendo.

-Louis, te vas a arrepentir si te vas a pasar el tiempo mirándome estudiar.

-No te estoy mirando estudiar. Estoy estudiando.

-Mentiroso. Me estás mirando las piernas.

-Sólo de vez en cuando. Una vez por capítulo.

--Los capítulos de ese libro deben ser muy cortos.

-Escucha, monstruo narcisista: ¡No eres algo tan pero tan grandioso!

-Lo sé. ¿Pero que puedo hacer si tu piensas que lo soy?

Tire mi libro y cruce la habitación hasta donde ella estaba sentada.

-Harry, por el amor de Dios, ¿cómo voy a leer a John Stuart Mill si a cada se gundo me muero de ganas de hacer el amor?

Él arrugó la frente y se enfurruñó.

-Louis, por favor!

Me estaba inclinando hacia su silla. Él bajó los ojos hacia su libro.

-Harry...

Cerro el libro suavemente, lo puso abajo y coloco sus manos a los lados de mi cuello.

-Louis... Por favor.

Todo sucedió enseguida. Todo.

Nuestro primer encuentro físico fue el polo opuesto de nuestro primer en cuentro verbal. Todo tan poco precipitado, tan suave, tan dulce. Nunca me había dado cuenta de que éste era el verdadero Harry «él suavisimo», cuyo contacto era tan leve y tan tierno. Y aun algo más sorprendente: mi propia respuesta. Yo fui cariñoso. Yo fuí tierno. ¿Era éste el verdadero Louis tomlinson IV? Como ya dije, nunca había visto a Harry con algo más que un botón de su suéter desprendido de más. De alguna manera me sorprendió descubrir que usaba una pequeña cruz dorada. Era una de esas cadenas que nunca se abren. Quiero decir que, cuando hicimos el amor, el usaba esa cruz. En un momento de descanso de esa tarde de liciosa, en uno de esos momentos en que todo y nada es importante, toqué la crucecita y le pregunté qué tendría que decir su cura acerca de que estábamos juntos en la cama y todo eso. Él contestó que no tenia cura.

-¿No eres un buen chico católico?-pregunté.

-Bueno, soy un chico -dijo-.Y soy bueno.

Me miró esperando un asentimiento y yo sonrei. Él sonrió a su vez.

-Son dos cosas de las tres.

Entonces le pregunté el porqué de esa cruz.

Me explicó que había sido de su madre, la usaba por razones sentimentales, no religiosas. La conversación se volvió otra vez hacia nosotros mismos.

-Louis, te dije que te quiero? -preguntó él.

-No, Harry.

-¿Por qué no me lo preguntaste?

-Tenía miedo, sinceramente.

-Pregúntamelo ahora.

-¿Me quieres, Harry?

Me miró y al responder no fue nada evasiva.

-¿Qué te parece?

-Me parece que sí. Espero. Puede ser.

Lo bese en el cuello.

-¿Louis?

-¿Si?

-En realidad no es que te quiera...

-¡Oh, Cristo! ¿Qué era esto?

-Te adoro, louis.