Capitulo diez

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El señor William F. Thompson, Decano Asociado de la Escuela de Derecho de Harvard, no podía creer a sus oídos.

-¿Lo escuché bien, señor Tomlinson?

-Sí, señor Decano Thompson.

No había sido nada fácil decirlo la primera vez. No era más fácil repetirlo.

-Necesito una beca para el próximo año, señor.

-¿Realmente?

-Por eso estoy aquí, señor. Usted tiene a su cargo la ayuda financiera ¿no es así, señor Decano Thompson?

-Sí, pero es algo curioso. Su padre.

-Él no tiene nada que ver, señor.

El Decano Thompson se quitó las gafas y empezó a limpiarlas con su corbata.

-Entre él y yo hay una especie de desacuerdo.

-¿Perdón?

El Decano se puso otra vez las gafas, y me miró con esa inexpresiva expresion que sólo un Decano puede manejar.

-Esto es muy lamentable, señor Tomlinson -dijo.

¿Para quien? - quise preguntar-. El tipo estaba empezando a usar la apisonadora.

-Sí -dije-. Muy lamentable. Pero es por eso por lo que lo vengo a ver, señor. Me caso el mes que viene. Los dos trabajaremos todo el verano. Luego Harry, mi esposo, enseñará en una escuela privada. Es un modo de subsistir, pero antes, señor Decano Thompson, no alcanza sin embargo para pagar mi educación. Su cuota es bastante exorbitante.

-Mmmm...sí -contestó. Pero eso fue todo.

¿Es que ese tipo no captaba la violencia del tema? ¿Para que carajo pensaba que estaba yo allí, con todo?

-Decano Thompson, quiero una beca. -Lo dije directamente. Por tercera vez-.En el banco estoy absolutamente seco, y ya estoy aceptado en la Escuela de Derecho.

-Oh, sí -dijo el señor Thompson escudándose en un tecnicismo-. Pero la última fecha para ayuda financiera prescribió hace tiempo.

¿Qué podía satisfacer a este hijo de puta? ¿Los detalles sangrientos del asunto. quizás? ¿Era un escandalo lo que quería? ¿Qué?

-Decano Thompson, cuando yo presenté mi solicitud no sabia que sucedería esto.

-Es verdad, señor Tomlinson, y debo decirle que realmente no creo que esta institución deba entrar en una disputa familiar. Y más bien penosa, como ésa.

-Okay, Decano -dije poniéndome de pie-. Ya veo adonde quiere llegar usted. Pero no voy a besar el culo de mi padre para que usted pueda conseguir un edificio Tomlinson para la Escuela de Derecho.

Mientras me daba vuelta para irme, escuché al Decano Thompson murmurar:

-Esto es desleal.

No podía estar más de acuerdo.

Love Story [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora