A Harry le otorgaron su titulo el miércoles.
Toda clase de parientes estaban ahí junto a él, se congregó en Cambridge para estar presente en la ceremonia. Por un acuerdo previo yo no fui presentado como su novio, y Harry no uso anillo: cosa que ninguno se sintiera ofendido (de antemano) por perderse nuestro casamiento.
-Tia leah, este es mi amigo Louis -diria Harry, agregando siempre: «No es graduado...»
Hubo muchísimas tomadas de pelo, cuchicheos y hasta evidentes especula ciones, pero los parientes no podían hurgar ninguna información especifica en ninguno de nosotros ni en Des quien, me imagino, se sentia feliz de evitar discusiones sobre el amor entre los ateos.
El jueves yo me puse al nivel académico de Harry, recibiendo mi grado de licenciado de Harvard como el de él, magna cum laude. Por otra parte, yo era Mariscal de Clase, y en calidad de tal debía conducir a los graduados a sus asientos. Esto significaba caminar delante de los cráneos, los super-supercerebros. Estuve a punto de decirles a esos tipos que mi presencia como su lider, probaba decisiva mente mi teoria de que una hora en la Dillon Field House vale por dos en la Bibli oteca Widener. Pero me contuve. Dejen que el júbilo sea universal.
No tengo idea acerca de si Mark tomlinson III estuvo presente. Más de diecisiete mil personas se apiñaron en el Harvard Yard en la mañana de la graduación, y yo ciertamente no estuve escudriñando las filas con binoculares. Obviamente, había usado las entradas destinadas a mis padres para Des y Harry. Por supuesto, como ex-alumno el Viejo Cara de Piedra podía entrar y sentarse con la clase del 26. ¿Pero para que iba a hacerlo? Quiero decir: ¿acaso ese día no trabajaban los Bancos?
La boda fue ese domingo. Nuestra razón para excluir a la parentela de Harry se baso genuinamente en que nuestra omisión de Padre, Hijo y Espiritu Santo, haría que el momento resultara difícil para católicos a la antigua. Fue en la Phil lips Brooks House, un viejo edificio en el norte de Harvard Yard. Timothy Blauvelt, el Capellán Unitario de la Universidad, presidía. Naturalmente, estaba Liam Payne alli, y tambien habia invitado a Jeremy Nahum, un buen amigo de los dias de Exeter, que eligiera Amherst en vez de Harvard. Harry invitó a un chic de Buggs Hall y, quizás por razones sentimentales, a su bajo colega de la mesa de entradas de la Biblioteca. Y, por supuesto, Des.
Recomende a Liam payne que se encargara de Des. Quiero decir, sólo para mantenerlo tranquilo dentro de lo posible. No era que Payne fuera muy calmado. El par se plantó allí, mirando tremendamente incómodo, el silencio de uno reforz ando el prejuicio de otro acerca de que este casamiento-hágalo-usted-mismo (segun Des se refería a el) iba a resultar (según Payne predecia) un horroroso e Increible show...¡Y todo porque Harry y yo nos ibamos a dirigir unas pocas palabras directamente el uno al otro! Lo habíamos visto hacer antes, esa primavera, cuando una de las amigas músicas de Harry, Marya Randall, se casó con un estudiante de dibujo llamado Eric Levenson.
Fue algo muy hermoso, y realmente nos entusiasmo la idea.
-¿Están los dos listos?-preguntó el señor Blauvelt.
-Si -contesté por ambos.
-Amigos -dijo el señor Blauvelt a los otros-, estamos aquí para atestiguar la unión de dos vidas en matrimonio. Escuchemos las palabras que han elegido para leer en esta solemne ocasión.
Harry se paró frente a mi, y recitó el poema que había seleccionado. Era muy emocionante, quizás especialmente para mí, porque se trataba de un soneto de Elizabeth Tomlinson.
«Cuando nuestras dos almas se yergan erectas y fuertes, Cara a cara, silenciosas, acercándose cada vez más,
Hasta que las prolongadas alas estallen en fuego...»
Por el rabillo del ojo vi a Des Styles, pálido, el maxilar flojo, los ojos llenos de espanto y adoración simultáneos. Escuchamos a Harry terminar el soneto que era una especie de plegaria.
«Un lugar para estar y amar durante un día, Con la oscuridad y la hora de la muerte rodeandolo»
Después fue mi turno. Me había resultado difícil encontrar un fragmento de poesía que pudiera leer sin ponerme colorado. Es decir, no podía pararme allí y recitar frases almíbaradas. No podía. Pero una parte de la Canción del Camino Abierto de Walt Whitman, aunque muy breve, dijo todo por mi:
«¡Te entrego mi mano!
Te entrego mi amor más precioso que el dinero,
Te entrego mi propio yo ante la plegaria o la ley:
¿Quieres darme tu yo? ¿Quieres hacer el viaje conmigo?
¿Estaremos juntos tanto tiempo como vivamos?»
Terminé, y hubo en el lugar un silencio maravilloso. Entonces Liam payne me alcanzó el anillo, y Harry y yo nosotros recitamos los votos matrimoniales, prometiendo cada uno, desde ese día en adelante, amarnos y respetarnos hasta que la muerte nos separe.
Por la autoridad que le otorgaba el Commonwealth de Massachusetts, el señor Timothy Blauvelt nos declaró esposos.
Pensandolo bien, nuestra fiesta después del partido. (como la llamó Payne), fue pretenciosamente no pretenciosa. Harry y yo rechazamos absolutamente la ruta del champagne, y como éramos tan pocos que hubiéramos entrado todos en una choza, fuimos a tomar cerveza a Cronin's. Si mal no recuerdo, Jim Cronin mismo nos invitó con una vuelta, como un tributo al mejor jugador de hockey de Harvard desde los hermanos Cleary..
-¡Qué mierda! -despotrico Harry styles golpeando la mesa con el puño- ¡Él es mejor que todos los Clearys juntos!
Desmond quiso decir, supongo (en su vida vio un partido de hockey de Harvard), que no importaba lo bien que jugaran Bobby o Billy Cleary, ya que ninguno se casó con su encantador hijo. Es decir, todos estábamos medio borrachos, y aquello fue sólo una excusa para pedir más.
Deje a Des que pagara la cuenta, una decisión que más tarde evocaria uno de los raros elogios de Harry acerca de mi intuición (pronto serás un ser humano, Preppie). Con todo, al final se puso un poco pesado, cuando lo llevamos al ómnibus. Los ojos húmedos, digo. Los suyos, los de Harry, quizás los míos también; no recuerdo nada excepto que el momento fue líquido. De todos modos, después de toda clase de bendiciones, subió al ómnibus y nosotros esperamos y lo saludamos hasta que se perdio de vista. Fue entonces cuando la terrible verdad empezó a alcanzarme.
-Harry, estamos casados.
-Seh. Ahora puedo portarme mal.
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Love Story [Larry Stylinson]
RomanceLouis tomlinson, proveniente de una opulenta familia, es un joven estudiante de Harvard entregado al deporte y a sus estudios. Harry styles, de 24 años, estudiante de música y arte, trabaja como bibliotecario. Un día Louis pide un libro en la biblio...