Permaneció quieto y dentro unos segundos, hasta que se dejó caer al lado de mí.
—Quédate así. He leído que de esa manera lo retienes.
«¿Así que también se ha instruido?».
—¿Cómo te sientes? —cuestionó curioso.
—Me siento como si hoy fuera el día de acción de gracias.
Mi respuesta le sacó una risa.
—Esa referencia sí la capté, pero era lo que buscábamos, ¿no?
—Sí, por supuesto— afirmé, volteándome hacia él—. Y no tengo quejas, créeme.
—¿Ahora te ha quedado todo claro?
—Más que claro. Perdón por dudar de tus preferencias.
—No me refería a eso.
—Entonces, ¿a qué?
Hizo silencio, dejando escapar un enorme suspiro en el que casi se le escapa la vida.
—¿Está permitido todo? —rompió el silencio, evidentemente cambiando el tema.
—Sé más específico.
—Todo lo que involucre intimar.
—Sí, ¿por qué?
Por unos breves instantes tuve la impresión de que su mirada descendió a mis labios, pero luego la desvió.
—Anotado para la próxima— sonrió ladeado.
«¿Será que mi intuición no me falla? ¿Está hablando de besos y esas cosas?».
[•••]
Esperamos el tiempo necesario para realizarme la prueba de embarazo en sangre. Fue capaz de cancelar sus reuniones para venir conmigo, a pesar de que le dije que no era necesario.—Y bien… ¿Cómo salió? —se veía nervioso y ansioso, tanto como yo.
No sé por qué acabo de alegrarme del resultado negativo… tal vez porque en el fondo, no quisiera que se acaben nuestros encuentros.
Es evidente que nuestra amistad ya no es ni será lo que era, porque ahora cada vez que nos vemos, no puedo dejar de pensar en todo lo que me hizo sentir esa noche. Me paso viendo el calendario para que llegue el gran día, pero cada vez lo siento más lejos.
—Salió negativa.
—Lo siento. No dejes que te afecte, por favor. Te prometo que me esforzaré mejor para la próxima.
Le di la espalda y me sorprendí sonriendo.
—Sí. Debemos esforzarnos los dos para la próxima…
[•••]
Como nos íbamos a ver el fin de semana, pasé el jueves por la tienda para comprar distintos tipos de lencería y, por supuesto, más medias para sorprenderlo, pues me estuvo muy claro que este tipo de cosas lo ponen a mil. Aunque bueno, no solo a él. Entre más implementemos en los encuentros, más probabilidades hay de que logremos nuestro objetivo.El conjunto que escogí para la ocasión fue de su color favorito; el azul marino. Este seductor conjunto de lencería cuenta con copas de encaje transparente con detalles de tirantes, detalles de moño de satén, tirantes delgados ajustables, un cierre de gancho trasero, un cinturón de liga de cintura alta a juego, correas de liga ajustables con clips de metal y una tanga a juego. Siento que se adapta muy bien a las curvas de mi cuerpo. El material es ligeramente elástico, suave y cómodo de llevar. Las medias me quedan de infarto. No sé si le guste o lo considere demasiado, lo único seguro es que me siento muy empoderada y sexi viéndome frente al espejo.
Cuando oí el timbre de la puerta, me puse la bata negra por encima para que no se notara lo que llevaba debajo. Me paralice por completo cuando vi a Victor y a Saúl ahí.
—¿Qué haces aquí, Victor?
—Yo los dejaré para que conversen— dijo Saúl.
—¡No, quédate! ¿Cómo vas a dejarme sola?
—Las conversaciones de pareja son en pareja. No hay razón para que haya un tercero estorbando en el medio— Victor se ensañó con Saúl sin razón.
—Primero que nada, tú y yo ya no somos pareja, por lo que, en este caso, quien está estorbando aquí eres tú— lo contraataqué, agarrándole la mano a Saúl para que entrara—. Si nos disculpas, queremos estar a solas— le cerré la puerta en la cara y suspiré exasperada.
—No debiste hablarle así. Si había una probabilidad de que arreglaran sus diferencias, y tal vez lograran entenderse, acabas de perderla.
Victor seguía tocando la puerta con insistencia, pero intenté ignorar ese hecho.
—No digas tonterías. No tengo ningún interés en arreglar la relación que alguna vez hubo entre él y yo. Mi vida va demasiado bien ahora. Su tiempo ya pasó.
—¿Ni aunque te diga que está dispuesto a darte la familia que tanto anhelas?
—No, ni aunque me lo diga.
Me miró sorprendido por unos segundos y sonrió negando con la cabeza.
—Te ves muy linda.
«¿“Linda”? Y eso que aún no me ha visto sin esta bata».
«Él dice eso, pero ¿es que no se ha visto en el espejo?». Desde que comenzamos a vernos con más frecuencia, ha regresado a la vieja rutina de cuidar de su apariencia.
Cada vez mi forma de verlo cambia. Me gusta su porte, lo atractivo que se pone para mí cada vez que nos encontramos.
—¿Sigo viéndome linda para ti? —le pregunté, seguido a dejar caer la bata a mis pies, revelándole la lencería.
Sus ojos barrieron cada centímetro de mi cuerpo con lentitud, repasando bien cada detalle. Me sentía devorada por esa mirada. Hasta me hizo sentir algo apenada.
—¿Sabes? Tu ex debe estar al otro lado de la puerta todavía— sonrió quisquilloso.
—¿Y eso qué tiene que ver con nosotros?
Mi cuerpo se vio levantado repentinamente y acribillado contra la puerta. Mi espalda estaba presionada contra ella, mientras mis pechos hacían fricción con su torso. Me ha alzado como si nada.
—La última vez me dijiste que todo estaba permitido, ¿cierto?
—S-sí.
—Entonces quiero hacértelo justo aquí.
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Mi Dulce Anhelo [✓]
RomanceAnahí es una mujer soñadora, luchadora y con mucho amor para dar. Desde muy joven, ha tenido el anhelo de convertirse en madre, por lo que teniendo este sueño como su norte, ha luchado por prepararse física, mental y económicamente para ello. Luego...