Capítulo ocho

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El alcohol poco a poco iba haciendo más efecto en mi sistema, podía sentir mis pies pesados y mis manos comenzaban a hormiguear, me encontraba sentada en un enorme sofá dentro del hotel, Louis fue a una reunión de suma importancia, al parecer divertirnos no era el plan principal de hoy.

Habían pasado 20 min ya desde que vi a Lou entrar en el ascensor, no puedo seguir estando sentada por más tiempo, a pesar de mi torpeza, decido levantarme lentamente, calculando mis movimientos camino hasta el ascensor, tratando de adivinar en que piso se esta llevando a cabo tan dichosa junta, oprimo un botón sin saber a donde voy.

¿Por qué no me habló con la verdad y me dijo que venía a eso?

Solo bailamos dos piezas, y bebí más de un litro de alcohol, me siento un asco, quiero irme ya, así que debía encontrarlo para que me lleve a casa y si eso significa que tengo que interrumpirlo y no me importa hacerlo.

Un poco mareada trato de parpadear un poco, el ascensor se mueve demasiado rápido, al llegar al piso marcado me agarro fuerte del marco de la puerta y doy pasos vagos, decido caminar por el pasillo de la derecha.

La cabeza da vueltas cada vez más rápido, ¿acaso le pusieron algo a mi alcohol? O simplemente no sirvo para beber, seguramente es eso.

El sonido de música llena el espacio de los pasillos, un par de cuerpos salen de una puerta y pasan a mi lado, hecho un vistazo y la idea me brinca en la mente.

Ve, diviértete.

Tomo un respiro y sin dudarlo doy un paso adentro, las luces neones, la música y decenas de cuerpos bailando al ritmo, uno con otros, restregándose con deseo, como si sus entrepiernas no quemaran ya.

Armo un camino imaginario y planeo mis pasos, los pies flaquean un poco, pero me obligo a caminar bien, llego a la barra y tomo una copa que el barman me ofrece, me tumbo en uno de los sillones y repaso la vista por todo el lugar, es parecido a mi lugar de trabajo, mesas con tubos mientras cuerpos seductores bien marcados bailan en ellos, dando el show de la noche, la música llena mis oídos y comienzo a sentir el ritmo en mis pies.

Tomo el valor y me levanto en movimientos lentos, observo un espejo frente a mí y camino hacia el, la imagen de mi cuerpo se ve tan seductora, me sentía tan bien, así que decido bailar para mí, movimientos lentos de caderas al ritmo de la música, mis ojos entre cerrados mientras tomaban sutilmente de mi copa, mi cabello rosando mis brazos y hombros.

Siento una vista pesada observarme de lejos, así que decido buscarlo, camino en todo el lugar sin dejar de bailar, disfrutando al máximo.

A lo lejos en uno de los sillones vip, se encontraba él, esos mismos ojos color esmeralda, esa misma mirada pesada que sentía, venia de ahí, era él, observándome mientras sobre sus piernas se encontraba una chica en tanga, moviéndose en su entrepierna.

Aparté su mirada, sin tomarle importancia, me moví al centro de la pista mientras la música sonaba más fuerte, decidí dar un par de vueltas, sentía el alcohol llegarme más a la sangre. Una idea en mi mente rondaba desde que lo vi, pero aun no estaba lo suficientemente ebria.

Hazlo.

Jugaba esas simples palabras en mi mente.

Hazlo, es tu show.

Camine rápido hacia la barra en búsqueda de otro trago y fui complacida con el barman, le guiñe un ojo a éste por lo lindo que ha sido, me tome de uno el liquido y pude sentir como bajaba por todo mi cuerpo, la música cada vez se volvía más esplendida para mis oídos.

Vi mi oportunidad y no pude evitarlo, me subí a una de las mesas haciendo compañía al chico que bailaba en ella, él me miró con una sonrisa, aplaudiendo por mi atrevimiento y decidió bajarse, dejándome a cargo, un par de chiflidos y gritos de aliento se escucharon en el fondo.

Crudo | Harry Styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora