Crudo | Harry Styles |

Capítulo quince

Cada vez estoy más alejada a mi realidad.

¿Dónde me encuentro? ¿cómo es que he llegado aquí?

Ya no sé qué papel debo representar ahora.

- Ian Grisson serás el comandante en defensa para todo aquel hombre que sirva en tu apellido - ¿es todo esto posible? Me pregunto una y mil veces mientras escucho hablar al notario en la sala, dirigiéndose al hombre que minutos atrás trataba de... no tengo idea de lo que hacía, pero, su presencia me pone muy incómoda, y si eso no fuera poco, casi me da un infarto cuando escuche que era hijo de mi padre, es decir, mi medio hermano.

Haber leído el primer apartado del documento de aquel folder que Harry me entregó, me llenó de esperanza y tristeza, saber que mi padre ansiaba verme, que me esperaba, que iría a por mi, llenó mi pecho de sentimientos encontrados y mi cabeza con mil pensamientos. Después de haber firmado el documento, me pasaron al salón principal donde Harry me presentó con cada socio importante de la asociación.

Entre los murmullos se escuchaba mi nombre, "es demasiado joven", "es mujer", "es bella", "se ve débil", "es idéntica a su padre", las miradas iban desde mis pies a cabeza, unos con morbo, otros con desprecio y otras con curiosidad, me mantuve de pie y trataba de llevar la cabeza en alto, Harry había dicho que pasaríamos a una sala privada donde se leería el testamento con detalle, resulta que hacia falta mi firma para poder continuar.

Y aquí estamos, es una sala como si de un juicio se tratara, un escritorio en medio con el notario y los documentos en mano, yo me encuentro a un lado sentada con las piernas temblorosas, a mi lado Harry y atrás tenía a Louis y a Twist, mientras que del otro lado estaba Ian, mi medio hermano, mantenía la barbilla alta y las piernas cruzadas, y atrás de él a todos los socios que hace unos minutos habían sido presentados.

Me sentía pequeña y todos podían verlo. Mantén la cara en alto, me decía una y otra vez.

- Las decisiones de cualquier movimiento económico serán tomados por Genevive Grisson, y cualquier cambio que se requiera hacer deberá pasar por sus oídos y voz – dice en voz alta el notario mientras observa a cada uno de los presentes, no tengo mínima idea de lo que acaba de decir, pero entiendo que es grave puesto que todos me ven de mala cara mientras mormullan entre ellos – Genevive Grisson, será la primera voz y cada paso dado de cualquier socio será visto por ella, dándole el poder de juzgar y mandar – muerdo mis labios constantemente al oír cada palabra, mis dedos juegan entre sí, escucho como Harry se mueve un poco pero no volteo de todo, veo por el rabillo del ojo que se acerca a mí, llega a mi oído y susurra "Mantén afuera a la Genevive fuerte que conocí" lo veo de reojo, sabía a lo que se refería, tenía que mostrar postura, no podía dejarme ver así o me comerán viva. – Genevive Grisson, deberá acceder o denegar cada movimiento que Ian Grisson desee operar. – trato de controlar mi respiración, el notario carraspea un poco y pide un vaso con agua.

Debo de controlar cada sentimiento que expresa mi cuerpo, alzo la mirada y me topo con la de Ian, me escudriña y puedo sentir un escalofrió en todo mi cuerpo, el mismo que sentí cuando lo tuve casi encima mío, no puedo dejar que él me haga sentir pequeña, es mayor que yo y ahora solo se siente amenazado, puedo ver la rivalidad en sus ojos, su coraje, celos, lo escudriño y esto parece un campo de batalla, el notario vuelve a carraspear y él baja la mirada, sacándome una sonrisa de monalisa, a este pequeño momento le llamo satisfacción.

El notario llama por mi nombre y me pongo de pie ante su petición, uno de sus hombres se levanta y hace un ademan para que lo siga, recorro la sala hasta llegar al escritorio, el notario me coloca los documentos a firmar, y busco con la mirada un bolígrafo, y justo antes de que el hombre ante mi me pase el suyo siento una mano sobre mi espalda baja, mi cuerpo se pone en alerta al sentir aquel perfume, barro mi vista a un lado y me encuentro con él, Ian lleva una de sus manos dentro los bolsillos de su saco, la otra mano sigue sobre mi piel descubierta y me causa ansiedad sentir su tacto.