Capítulo Veinte

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"Respira, mierda".

La música entra en mis oídos al abandonar el cuarto donde me escondía, justo donde una especie de pacto con el inframundo se había cerrado, tengo miedo y a la vez estoy tan confundida, había tomado las fotografías y escondido en el vientre, justo por debajo de la faja pantaleta qué traía puesta. Miles de pensamientos se me venían a la mente, tratando de armar un plan, un plan que solo puedo consultar con la almohada o mis plantas en el balcón, nadie debe enterarse qué vi a Marco, sé qué es estupido y pongo mi vida en riesgo pero necesito saber la verdad, merezco saber más, hay una punzada en mi corazón que me hace creer en esa fotografía, ¿podrá ser posible?

Las palabras de Marco eran puntuales, — Sí quieres la verdad, no tendrás que firmar nada hoy — mencionó, me puso contra la espada y la pared.

Necesitaba renunciar al plan de esta noche, tengo que traicionar a mi equipo ¿Puedo hacer eso?

"Ya lo hiciste", la voz interna contesta por mi. Maldita sea.

Lo jodi, ni siquiera me costó elegir, no tardé demasiado en caer en su juego, sabía que era su estrategia, sabía que también estaba jodido al correr hacia mi y darme lo que quiero, claro que no puedo acabar ahora con él, trataré de obtener lo que tiene para mi y luego podré acabar con él, esto es un juego de conveniencia, ¿no es así?

Mencionó que, estaría dándome pistas los siguientes días y que tal vez nos viéramos pronto, ha decir verdad, el miedo que le tenía se disipó después de quedar en algo, ahora somos cómplices, y ciertamente eso me estaba dando vueltas en el estómago y no en la cabeza. Lo último que dijo fue algo como:

— Ahora corre pequeña, o volarás.

No capté hasta qué comencé a escuchar disparos y bombardeo, supongo que Ian tenía razón al comunicarle a Kim qué Silver no estaba en el recinto y que no llegaría, mencionando a Kim ¿dónde mierda se metió? ahora me encuentro casi corriendo por un pasillo, los gritos y llantos se mezclan con la música, cada vez estoy más cerca del salón de baile, veo un par de hombres encapuchados tirar del gatillo a hombres en el suelo.

Mierda.

Intento parar mis pasos pero los tacones se enredan un poco y tropiezo, mis manos impulsan el suelo y corro por el lado contrario, doy un vistazo fugaz hacia atrás y veo al hombre caminar a paso lento hacia mí, apuntando, trato de correr en zig zag pero el pasillo es casi estrecho, escuchó un disparo y me tiro al suelo en bolita, veo atrás y el hombre apunta de nuevo, me levanto de uno y corro de nuevo, ahora veo como la bala pasa por mi costado derecho, qué mala puntería del hombre, o solo es mi suerte.

Llego al final del pasillo y dobló, el vestido aprieta mis costilla impidiendo qué el aire llegue bien a mis pulmones, aún así no dejo de correr, veo más hombres con capucha disparar hacia diferentes lados, los gritos se convierten en lamentos y quejidos, lamento que esto pasara, lamento tener la culpa de ello.

Al llegar casi al final del pasillo me doy cuenta como una mujer está tumbada en cuatro casi echa bolita, supongo que puedo hacer algo por ella, así que corro hasta su lugar y la tomo del hombro.

— Vamos, debes correr — le digo tan fuerte que su cuerpo tiembla ante mi presencia, se endereza y casi me ahogo en mis palabras al ver de quién se trataba — Levántate.

— Tú — logra decir entre jadeos. La tomo de la cintura y tiro de ella hacia arriba, nuestros pies se enredan con nuestros vestidos, sabía que no era buena elección para huir, pero tenía que intentar, la chica toma su postura y suficiente aire, una vez lista toma mi mano y la dirijo fuera de ahí, no tenía un trayecto ahora, no tenía señal, ni sabía dónde estaban mis hombres, solo buscaba una salida, pero afuera hay decenas de hombres asesinando a todos.

Crudo | Harry Styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora