Capítulo once

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"Olvídalo, déjalo ir".

Tal como si me encontrara en una nube negra en mi cabeza, esas palabras se repetían una y otra vez en mi mente, atacando sin piedad, trataba de meterlas lo más profundo y creerlo, necesitaba avanzar, necesitaba salir de ese trance en el cual me encuentro.

¿Pero cómo olvidar? No puedo, por más que lo intento, no sé que hacer para dejar de sentir su piel rozar con la mía, no puedo borrar su boca en mi cuerpo, no puedo dejar de sentirlo dentro de mí.

Si bien mi cuerpo ha sido tocado y profanado antes, nunca me había sentido tan sucia, tan perdida, tan repulsiva conmigo misma, cierro los ojos y siento cada vez que me han tocado, quiero arrancarme la piel, quiero pegarme en la cabeza una y otra vez hasta olvidar todo el mal que me han hecho.

Han pasado toda una noche ya, él se fue una vez termino y me dejo tirada, como si de un trapo usado se tratara, las prendas de mi ropa estaban tan dañadas que ahora me quedaba más holgada, me encontraba sentada en el suelo aferrada a mis piernas, necesitaba salir de aquí, necesitaba correr lejos.

Mis piernas no tenían fuerza, mi cuerpo estaba tan cansado que prefería seguir aquí tirada.

¿Porqué Marco hacia esto? ¿Por qué yo?

¿No era tan fácil estar con alguien más? ¿por qué se aferraba a estar conmigo, por qué me hace tanto daño?

Creo que debo rendirme ya, ahora que ha cruzado esa pequeña línea no va a parar, y temo como nunca antes, tengo miedo. Debo ser fuerte, debo estar cuerda, dentro de mi tengo una esperanza, no sé si quiera creer en mis ideas, pero pienso constantemente en que alguien vendrá a salvarme, creo fuertemente que no estoy sola. Y debo estar lista cuando eso suceda.

≈≈≈≈

No me permitiré llorar más por algo tan simple, me pase toda la mañana lamentándome en la regadera de mi departamento, no quiero hacerme más daño, así que sigo mi día normal como otro. Ahora, Louis se encuentra sirviendo un par de bebidas, no le dije y no pienso hacerlo, no quiero que vea la mierda en que me convertí.

Acomodo un par de botellas vacías en cajas, mientras hago el inventario, quiero irme a casa ya.

̶  ¿Estas bien Gen? No has dicho nada en toda la noche – lo escucho por debajo de la música, muevo mi cabeza en forma de afirmación y él solo hace una mueca de molestia. – te propongo algo – dice mientras se acerca a mi jugando con una jerga en sus manos – ven conmigo esta noche a una fiesta – sus ojos jugaban con los míos, tan brillantes y alegres como nunca.

Lo veo por unos momentos, pero muevo mi cabeza en negación – Eso no es lo mío Lou – digo casi gritando para que pueda escucharme, me vuelvo a mis deberes dándole poca atención a su invitación.

̶  Bien, tú te lo pierdes – lo escucho decir.

En todo el resto de la tarde me perdí en el trabajo, como nunca antes, trataba de no tener contacto con Louis, no quería saber nada de nadie, sentía que solo estaba existiendo por inercia, faltaban dos horas para salir, la ansiedad venía cada vez se acercaba más el tiempo.

̶  Gen ve a casa – de la nada esa frase me atrapa, vuelvo hacia él de una forma tan confundida, sus ojitos me observan y me sonríe – te vez más cansada de lo normal, falta poco, así que ve a casa ya.

̶  Me señala tan tierno como él, trato de sonreírle y sin pensarlo más, me desato el mandil y lo coloco en su lugar, Louis se limita a observar mis acciones, lo veo una vez más y me acerco un poco para agradecerle, él sonríe en aprobación y me señala la salida.

Crudo | Harry Styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora