SEMANAS DESPUÉS
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Aquel padre había visto muchos matrimonios en su vida, había bendecido y presenciado desde la boba más humilde hasta la más excéntrica, pero jamás algo como esto. Dos bodas al mismo tiempo. Y no de cualquier persona.
En tan solo minutos, iba a bendecir a un matrimonio Mortensen, y a uno Alvensleben.
El matrimonio Mortensen había pedido que cada boda tuviera su momento, así que irían por orden. Y por supuesto, la boda de su cachorro iba a ser la primera pareja en verse.
Daegan estaba esperando a su prometida en medio mientras que Seth se mantenía a su derecha, cada hombre esperando a su mujer.
Daegan no podía quitar su mirada de su muñeca.
Joder que no.
No quería hacerlo tampoco.
Valkyrie se veía hermosa, preciosa. Ella iba caminando hacia él con una serenidad y calma increíble. Su pequeño cuerpo estaba cubierto por un fino vestido blanco perla ajustado a sus finas y hermosas curvas hasta la rodilla y de ahí para abajo le seguía un corte princesa. El vestido fue hecho a mano por un sastre italiano y a su completa medida, dejando ver su barriga de embarazo. Sus finas manos sostenían un arreglo de tulipanes rojos mientras el velo tapaba su angelical rostro a medida que avanzaba hacia el altar. A Daegan le fue imposible no derramar un par de lágrimas al verla... Se veía preciosa.
Él vivía y asesinaba por Valkyrie.
Y Valkyrie vivía por él.
La ceremonia se estaba llevando acabo en una hacienda de los Alvensleben. La hacienda fue decorada de arriba a abajo con rosas blancas, tulipanes rojos y lirios de araña rojos, creando unos ramos extremadamente preciosos. Toda la vajilla era de cristal y los cubiertos eran de plata. Las alfombras fueron traidas de mercaderes turcos y eran blancas con dorado. El banquete tenía comida de cinco culturas diferentes, preparadas por los mejores chef's de Alemania. Trajeron a seis D.J para la música. Prepararon actividades y regalos para sus invitados y montaron escenarios para los Show's que se llevarían a cabo. Era una ceremonia grande, digna de reyes.
Dahak traía a Valkyrie y a Lilith a sus costados, escoltandolas al altar mientras que detrás de ellos, venía Iryna repartiendo tulipanes y lirios de araña. Lilith traía un ramo de lirios de araña rojos y Valkyrie de tulipanes del mismo color.
Al llegar al altar, Dahak se sentó a un lado de Iryna mientras los novios tomaban a sus prometidas para avanzar juntos hacia el altar y ponerse frente al hombre de Dios. Daegan pidió que quedaran dos asientos vacíos a un lado de sus padres para hacer ilusión de que estaban Cayden junto a Kaylan en ese lugar... él aún tenía la esperanza de estar junto a su hermano.
—Te ves hermosa... —le susurró al oído—. Me pregunto cómo te verías sin...
—Estamos en una iglesia, compórtate —le regañó avergonzada.
Daegan sonrió ladino y fijó su vista al frente, poniendo atención a las palabras del padre que ya había empezado la ceremonia.
—Las argollas, por favor —pidió el padre.
Dahak se levantó y alargó un almohadón diminuto de color cobre que tenía dos argollas de oro, una más pequeña que la otra. Daegan tomó la más pequeña, deteniéndose un par de segundos para admirar el interior que tenía grabada la palabra "Corazón de rubí". Tomó suavemente la mano de Valkyrie y lo puso con delicadeza en su pequeño dedo anular izquierdo. Valkyrie tomó el más grande, sonriendo con suavidad al ver el interior en donde la palabra "Mon mercenaire rouge" estaba grabada. Tomó la gran mano de Daegan y lo puso con suavidad en el dedo anular izquierdo, sonriendo radiante. Ambos se tomaron de las manos al conectar miradas, ya se habían dicho de todo. Ya sabían sus sentimientos el uno por el otro. ¿Era necesario hacerlo en público? Ambos querían guardar sus palabras solamente para ellos. Pero hicieron un juramento y también prepararon sus votos, y ya era momento de decirlo.
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LA MUJER DEL MERCENARIO © #2
RomanceUn cruel hombre perteneciente a la milicia se obsesionó con la hija de su superior, el General Devies. Su obsesión ha llegado a tal grado de manipular al hijo mayor de su General para asesinarlo y así obtener a la dulce joven. Pero no contaba con qu...