🗡 KAPITEL XIV 🗡

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Un disparo.

Dos disparos.

Y siete segundos después, se escuchó una ráfaga de disparos por todo el lugar junto con los horrorosos gritos de los hombres siendo cruelmente asesinados sin piedad alguna. Ajax frunció su entrecejo y se levantó de su asiento para mirar hacia afuera mientras tomaba el arma de su cinturón, miró de reojo a Daegan todavía atado a la silla mientras luchaba contra su propia conciencia después de la inyección que le había puesto hace unos minutos atrás para mantenerlo dopado. Hace un par de horas habían dejado los contenedores en el subterráneo y habían subido a Daegan hacia la bodega de la mansión para esperar comunicación con De'ath.

—Es Mortensen, señor.

Ajax miró a sus hombres, quienes estaban comunicándose a través de sus auriculares con sus compañeros en las afueras de la mansión. O al menos, los que aún seguían con vida.

—Dios... —susurró uno de ellos poniéndose completamente pálido.

Ajax alzó una ceja—. ¿Qué?

—Mortensen no viene solo... —tragó grueso. 

—¿Con quién? —se impacientó Ajax—. ¿Con la puta de su mujer? —preguntó con burla.

—Korolev —respondió él otro hombre bastante serio—. Karlen Korolev, señor.

Ajax borró su sonrisa—. No es cierto... —siseó entre dientes.

—Hay hombres de la Bratva... —susurró él otro perplejo.

—¡Maldición!

—Hay hombres de la familia Shcherbakov también —comunicó el otro hombre perplejo—. Y de los Alvensleben. 

Ajax pudo sentir como su presión bajó de golpe y le dio un fuerte golpe a la pared—. Así que el Schattenkaiser llamó a su hermano ruso y al futuro marido de su bastarda para traer refuerzos. Genial.

—Señor, debemos irnos.

Ajax hervía de ira—. Y tu Iryna... Maldita hija de puta —rió con amargura mientras seguía golpeando la pared con su arma—. Llamaste a Karlen apropósito.

—Señor Ajax, estamos perdiendo tiempo.

—Nos ha llegado un mensaje —informó uno de sus hombres acercándose a él—. Alguien está interfiriendo.

Ajax frunció su entrecejo mientras tomaba el auricular para llevárselo al oído, a los segundos después se escuchó una voz felina y baja que reconoció de inmediato... Iryna.

—¿Creíste que me quedaría de brazos cruzados? Mi León ya va por tu jodido cuello. ¿Y yo? Le daré las herramientas para hacerlo y le sacaré filo a sus garras para que no quede rastro alguno de ti. Y lo que diré a continuación, no solo lo oirás tú, sino todas las líneas que hemos hackeado alrededor del mundo para dar el siguiente mensaje —hizo una pausa—. Los emperadores del Imperio Rojo han vuelto. Y vamos a joder a todo aquel que se atreva a desafiarnos. Los Shcherbakov están con nosotros. Los Alvensleben están con nosotros, y la Bratva está con nosotros, somos su rama directa. El linaje Mortensen está más vivo y sanguinario que nunca.

LA MUJER DEL MERCENARIO © #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora