Capítulo extendido.
—Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Dichas esas sagradas palabras, el sacerdote tomó el pequeño cuenco con el aceite crisma mientras Daegan inclinaba la cabeza de su hijo para que el sacerdote pusiera el aceite en su frente a la vez que Valkyrie sonreía radiante a su lado. Tras este acto, Lilith y Seth prendieron la vela del cirio pascual, dando fin a la ceremonia.
Iryna y Dahak sonrieron con suavidad mientras Davian estaba a su lado, sonriendo mientras sacaba fotografías con su nueva cámara.
—El bautizo del pequeño príncipe rojo —dijo Dahak sonriendo al cargarlo en brazos, viendo cómo el pequeño Harlen lo miraba sonriente—. ¿Acaso no merece celebración?
—Tú sólo estás buscando una excusa para tomar —apuntó Seth.
—También.
Daegan se rió bajo mientras mantenía una mano sobre la cintura de Valkyrie. Todos salieron de la pequeña iglesia y se montaron en sus carros para irse de vuelta a la mansión roja, en dónde seguirán celebrando el bautizo del pequeño Harlen.
Pero a mitad de camino, fueron emboscados.
Varios carros los impactaron por detrás, haciendo que todos perdieran el control de sus vehículos, incluso los atacantes. Dahak e Iryna se volcaron en la carretera. Seth intentó no perder el control, pero de todas formas salió arrastrado hacia un lado de la carretera, dándose varias vueltas sin llegar a volcarse. Daegan y Valkyrie salieron lejos al igual que ellos, dándose una vuelta por el pavimento sin volcarse.
—Mierda... —siseó Daegan entre dientes cuando el carro se detuvo y se volteó con rapidez para ver a Valkyrie que venía en la parte trasera junto a Harlen—. ¿Estás bien?
Valkyrie tenía a Harlen envuelto entre sus brazos—. ¿Qué fue eso? —preguntó asustada.
Daegan tomó el arma de la guantera—. Ahora lo vamos a averiguar.
—¿Y los demás? —preguntó al mirar por la ventanilla—. Dios, Daegan. ¡El carro de tu padre está volcado!
—Maldición —siseó entre dientes al bajarse.
Valkyrie se bajó con Harlen—. Tenemos que ayudar.
—Quédate en el carro —gruñó.
—Por supuesto que no. Yo voy contigo.
Daegan miró a su alrededor y notó a Lilith que venía corriendo hacia el carro de Dahak con Seth detrás de ella. Lilith tenía un corte en su frente y otro en el labio mientras que Seth tenía una herida en el brazo. Ambos corrieron hacia el carro de Dahak. Todos habían recibido heridas ante el impacto, pero eran superficiales, nada grave. Excepto por Davian que recibió todo el impacto del choque en su costado y parte de la puerta del carro se incrustó en su pierna, dejándolo con la movilidad reducida.
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LA MUJER DEL MERCENARIO © #2
RomansaUn cruel hombre perteneciente a la milicia se obsesionó con la hija de su superior, el General Devies. Su obsesión ha llegado a tal grado de manipular al hijo mayor de su General para asesinarlo y así obtener a la dulce joven. Pero no contaba con qu...