LA MUJER DEL MERCENARIO © #2

🗡 KAPITEL XXIII 🗡

RUSIA, SAN PETERSBURGO.
MESES DESPUÉS.

𓄂

—¡Feliz cumpleaños, Harlen!

El pequeño Harlen movió sus bracitos y balbuceó mientras sonreía feliz. Todo el mundo celebró el primer año del nuevo príncipe del Imperio Rojo. Harlen ya tenía en sus ojos el color azul grisáceo tan característico de los Mortensen y su cabello era de un tono castaño rojizo. Valkyrie felizmente cortó el pastel para que todos pudieran comer. Daegan alzó a su cachorro mientras Davian celebraba y le hacía mimos al pequeño Harlen. Habían viajado alrededor de veinte horas en avión desde Alemania hasta Rusia para poder celebrar el primer año de Harlen ya que Lilith y Seth estaban aquí. Valkyrie quería conocer Rusia hace mucho, y aprovecharon el primer cumpleaños de su cachorro para viajar ya que Lilith estaba delicada de salud y Seth no quería exponerla a viajes largos y agotadores.

La mansión Shcherbakov era enorme. Parecía un castillo medieval abandonado en medio de un oscuro y frondoso bosque. La decoración era de estilo medieval y gótico con un toque rústico. Era muy hermosa.

—El cachorro está llorando, muñeca.

Valkyrie tomó a Harlen en brazos—. Debe tener hambre. 

—Deberías ir a descansar también, muñeca —susurró Daegan.

—Pero aún no hemos visto a Lilith. Seth se fue hace unos minutos a atender una reunión online, pero no nos dijo si podíamos pasar a verla... —susurró con tristeza.

—No creo que mi hermana nos acompañe esta noche —comentó Davian.

Daegan lo miró de vuelo—. ¿Se siente muy mal? —preguntó preocupado.

—Está muy decaída.

Daegan asintió sin decir nada. Valkyrie solo lo miró de reojo, se notaba a leguas que Daegan quería salir a recorrer toda la mansión en busca de la pelinegra solo para darle un abrazo. Valkyrie no entendía esa pequeña obsesión con Lilith, ella sabía que no era nada amoroso, que había algo más. Pero Daegan se negaba a decirlo. Lo único que Daegan le decía cada vez que ella preguntaba era que veía a Lilith como parte de sus padres y que por esa razón no quería perderla jamás. Y en cierta parte lo entendía, después de todo, Lilith aún era conocida como la princesa roja en el Imperio Rojo y en los negocios Mortensen.

—Iré a acompañar a Valkyrie a la habitación y luego vendré nuevamente —comentó Daegan.

Valkyrie se despidió y comenzó a caminar con Daegan detrás suyo hacia la habitación de invitados. Mientras iban caminando, la boca de Valkyrie quedó en una perfecta "o" al fijarse en cada detalle de la mansión. Si por fuera la mansión Shcherbakov era extravagante y de estilo antiguo, por dentro parecía un verdadero palacio gótico. El color rojo carmesí y bordó era el color distintivo de aquella excéntrica decoración en medio del color blanco invierno. Valkyrie quedó maravillada, había decenas de cuadros hermosos antiguos, esculturas talladas en piedra y objetos de la edad media, dignas de un palacio o museo. Al entrar a la habitación, Valkyrie se fue directo a la cama junto a Harlen.

—Me siento como si estuviera en el castillo de Drácula —se rió.

Daegan caminó hacia el ventanal, mirando el bosque—. Me gusta aquí.