Algo que Sunoo odiaba más que las clases de biología eran las reglas que había en la vida de un híbrido, reglas que dependían de tu forma de ser y por desgracia Sunoo era una persona tímida lo cual lo hacía ser un beta en espera de su alfa, solo que s alfa ya había llegado solo tenía que esperar a que lo aceptara. Desde que ese enorme muro de metal fue creado para separar la tierra de los humanos y los híbridos todo cambió en su vida, antes podía ser novio de quien quisiera y casarse con quien quisiera, ahora la sociedad se había dividido en tres, alfa, beta y omega, el pertenecía a los beta, y odiaba ser un beta.
—Sunoo, ¿porque la cara larga? —le preguntó su mejor amigo caminando junto a él—. ¿Otra vez te obligaron a hablarle?
—No...—suspiró— Esta vez me obligaron a vestir así.
—No le veo nada de malo, así te vistes siempre, ¿no?
—No, Niki —lo miró—, estos pantalones me aprietan. Odio los pantalones así, siento que no respiro.
—Pues te quedan bien. ¿Tú cola que tal está?
—Me cuesta moverla —miró de nuevo hacia enfrente—. Todo para llamar la atención de ese...tonto.
—Pero él te gusta, sigo sin entender porque te enojas.
—Porque yo no quiero salir con él, es hombre y además es muy presumido, solo me gusta porque es guapo pero es un asco de persona —suspiró de nuevo—. Yo quería salir con Winter...
—¿Winter?...¿hablas en serio?
—Es mejor persona de lo que es Sunghoon.
—Pero Winter ni siquiera es un zorro, es una loba.
—Pero antes podrías salir con cualquier especie, no necesariamente de la tuya —soltó un tercer suspiro—. Ahora, solo porque Sunghoon me "marcó", tengo que esperar a que me invite a salir.
—Pero el te gusta —Sunoo lo miró de nuevo—, te has besado con él.
—Solo fue una vez, y yo no lo besé, él me besó primero, luego me obligó a corresponder, eso pasó.
—Que bueno que soy omega —dijo sonriente—, no necesito de mi alfa y puedo estar con quien yo quiera.
—Quiero ser tú —dijo con un leve puchero.
—Lo sé pero...mira el lado positivo, serás rico y Sunghoon te comprará todo lo que quieras.
—Sunghoon...es un idiota.
—Que no te escuche decirlo.
—Que me escuche y sepa que lo es, que no quiero ser su novio, que quiero ser novio de Winter.
—Pues...—miró alrededor— con ese pantalón no te vas a salvar.
Sunoo notó que todos alrededor lo miraban por aquel pantalón apretado que llevaba, todo por culpa de sus padres. Odiaba ser el centro de atención y que todos lo vieran acelerando su paso solo quería llegar a su salón de clases, que todo pasara rápido e irse a casa. Sunoo era un zorro con pelo rubio al igual que su cola la cual tenía una combinación de naranja en la punta, era adorable, el zorro más adorable cuando en realidad deben dar miedo. Su mejor amigo Niki era un jaguar con ligeras manchas casi como lunares alrededor de su piel y orejas pequeñas sobre su cabello, era el único amigo de Sunoo, ambos se querían demasiado y harían lo que fuera por el otro.
Llegando al salón fueron hacia sus lugares los cuales estaban en medio de todo. Todos eran felices, cada quien con su grupo de amigos, unos eran de la misma especie, otros eran mixtos, rara vez se veía un híbrido solo, a no ser que se tratara de un animal solitario. La triste historia de Sunoo y Niki, ambos eran animales solitarios ya que nadie los quería cerca, Sunoo era demasiado callado y Niki demasiado alegre para ser de su especie, eran lo contrario a lo que deberían ser, una profesora encargó un proyecto en pareja, en segundos todos hicieron pareja para el proyecto menos Sunoo y Niki quienes solo podían ver a los demás hablar con una enorme sonrisa con sus compañeros hasta que Sunoo divisó a Niki, solo igual que él.
—Hola —Sunoo fue el primero en hablar, llamando la atención de Niki—, tu em...¿tienes pareja para el proyecto?
Los hermosos ojos de Sunoo encantaron a Niki al instante, no era como el de los demás zorros que combinaban con su pelaje, si tenía el cabello rubio sus ojos tenían que ser dorados o café claro, pero en cambio eran un tono morado con motas rosas y azules. Eran tan bellos y perfectos que podía verlos todo el día. Niki parpadeo un poco regresando a su realidad.
—N-no...no la tengo.
—Yo tampoco. ¿Quisieras ser mi compañero?
—Por supuesto.
Un simple proyecto se convirtió en una bonita amistad la cual ha durado por tres largos años en donde Niki era el hablador y Sunoo lo escuchaba, pocas veces era cuando Sunoo hablaba y Niki escuchaba, eran lo contrario y solo ellos se soportaban. Desde hace tres años, cada descanso se sentaban bajo un árbol en la sombra que este les regalaba cada quien comiendo del lonche que les mandaban sus madres, pero ahora, cuando Sunghoon dejó su "marca" en Sunoo, todos los viernes Sunoo era raptado por Sunghoon para llevárselo detrás de los salones y llenarlo de besos, algo que Sunoo detestaba. Solo una vez Sunoo le dijo que era guapo y fue suficiente para Sunghoon para poder aprovecharse de eso, aprovecharse de un indefenso zorro que solamente expresó sus sentimientos.
—S-sunghoon...no podemos venir aquí todos los días...
—¿Prefieres ir a otro lugar más privado?
Le preguntó con ese odioso tono tan grueso y sensual que lo ponía nervioso, ese tono que los machos suelen usar con las hembras en el momento de apareamiento, pero con Sunoo, solo eran besos, a veces incluso metía su mano bajo su camisa acariciando su suave torso el cual no tenía pelo pero pareciera que sí. Sunghoon lo tomó de los hombros pegándolo en la pared olfateando su cuello, el olor a vainilla y canela de su amigo Niki inundó sus fosas nasales, amala el olor a vainilla de él pero el olor a canela era odioso.
—De nuevo hules a él —le murmuró cerca al oído—, ¿cuántas veces tengo que decirte que no permitas que te abrace?
—No...no tienes derecho a exigirme nada, somos amigos, solo me utilizas para satisfacerte como el animal que eres.
Lo tomó de la quijada provocando que se mordiera la lengua con fuerza. Lo odiaba tanto, daría lo que fuera por dejar de ser un zorro, por dejar de ser un tonto hibrido, quería ser humano como los que estaban del otro lado del muro, nunca convivió con uno, sus padres siempre los alejaban pero si los logró a ver, eran como él pero no tenían orejas, no tenían cola, no tenían garras o colmillos, tampoco tenían instintos, y no tenían que seguir las tontas reglas. Antes las parejas del mismo sexo estaban prohibidas, ahora era completamente normal ver a dos personas del mismo sexo tomadas de la mano o mostrar cariño hacia el otro en publico.
—Tengo todo el derecho a exigirte lo que quiera, dejé mi marca en ti después de todo —lo soltó con fuerza.
—¿A si?...¿a cuantos más se lo has puesto?...
—Escucha Sunoo, no por nada te marqué, hay algo diferente en ti a todos los zorros que llamó mi atención y creme que los Park no escogemos a lo estúpido como los demás animales, nosotros escogemos bien a nuestra pareja, y tú...eres la mía.
—Puedo quitarme esa cicatriz con un corte y dejaré de ser tuyo...
—Sería una cicatriz muy grande —dijo sonriente—, y muy estúpido, sabes que las cicatrices son para dejar marcas a no ser que sean accidentes, no creo que-
—Dejarme una cicatriz para dejar de ser tuyo no me molestaría.
—¿Siempre tendremos esta discusión de pareja?...
—No lo somos, no hasta que me lo pidas bien. Esa cicatriz no significa nada para mi.
—Para tus padres sí, así que deja de quejarte.
—Antes muerto que ser tu novio Park Sungh-
Lo odiaba tanto que si pudiera lo mordería del cuello para quitarle la vida y dejar de ser molestado, que lo dejara en paz, que dejara de llevárselo ahí para besarlo. Sunoo lo tomaba de los hombros queriendo separarlo pero los besos de Sunghoon eran tan profundos que no lo dejaban ni respirar. Sus besos bajaron a su cuello los cuales se convirtieron en pequeñas mordidas que lo hacían gemir casi levemente para no ser escuchado. Mientras Sunghoon disfrutaba de besar su cuello, Sunoo peleaba obligándose a no llorar, si de por sí ya ser un beta lo hacía ver débil delante de cualquier otro híbrido, no quería verse más débil al llorar por ser besado de esa forma, solo quería que las normas regresaran a la normalidad.
—En la noche haré una fiesta en mi casa, quiero que vayas —dijo Sunghoon.
—No gracias, se lo que quieres de mi y no lo tendrás.
—Solo así ya no tendrás excusa para decir que no eres mío —sonrió.
—No quiero ser tuyo Sunghoon...—lo miró con odio— ¿cuántas veces tengo que decírtelo?. ¡Te aborrezco!.
—Por ley estás obligado a hacer lo que te ordene, y te ordeno ir a esa fiesta.
Sunoo mordió su labio inferior conteniendo sus lágrimas. No podía hacer nada, era cierto, la ley dictaba que los betas tenían que obedecer a sus alfas, él era el tonto beta, y Sunghoon el estúpido alfa. Suspiró entrecortado, asintió volviendo a sentir los labios de Sunghoon sobre los suyos.
—Sabía que estarían aquí. Sunghoon deja a tu mascota, tenemos que irnos —dijo uno de sus amigos acercándose.
—Les dije que no nos interrumpieran.
—Entonces puede venir con nosotros pero tenemos que conseguir las cosas para la fiesta, ¿o acaso piensas servir galletas en su fiesta?.
—suspiró—Está bien. Vamos Sunoo.
Lo tomó de la mano para jalarlo hacia él y caminar junto con sus amigos al estacionamiento de la preparatoria. Sunoo tenía las orejas caídas, odiando a los amigos de Sunghoon quienes solo se burlaban de él por lo débil que era, y lo peor era que Sunghoon ni siquiera lo defendía. Si era su alfa, era un pésimo alfa que protegía de su beta. En el auto de uno de sus amigos, primero fueron a casa de Sunoo dejándolo frente a esta, ahí aprovecharía Sunghoon para pedirle permiso a sus padres de que lo dejaran ir a la fiesta, y claro, aceptaron. Odiaba a todo el mundo, incluidos sus padres. Le daría igual si el día de mañana alguien llegara con un arma y lo matara, era lo único que quería, dejar de sufrir.
El resto de la tarde se quedó en su habitación escondido en su closet, hecho bolita en el suelo mientras sollozaba, sabía lo que le esperaba en esa fiesta, sabía las intenciones de Sunghoon para esa fiesta y lo odiaba por eso. La "marca", era un corte que Sunghoon le había hecho en su nuca una de las primeras veces en las que se besaron pero claro que Sunoo no lo quería, no quería ser marcado por él, ni por otro macho, solo por Winter. Cuando sus padres se enteraron de la marca se pusieron muy felices, más cuando les contó de quien se trataba, Park Sunghoon, hijo de un empresario y abogada, el yerno perfecto para sacarlos de la pobreza, fue lo único que pensaron. Eso molestó más a Sunoo, ¿solo lo dejaron porque los sacaría de la pobreza?, si su mamá era doctora y su papá carpintero famoso en la región, ¿por qué tanta emoción?.
Al caer la noche, se vistió con la ropa que su mamá había escogido ya que según ella se veía realmente atractivo y haría que Sunghoon se enamorara más de él, cuando lo único que conseguía era que le dieran más ganas de llevárselo a su cama. Las rodillas de su pantalón no existían, solo tenía una sudadera gris junto con unos botines, eso resaltaría su pelaje, lo cual destacaba más. Sunghoon llegó por él llevándolo a aquella fiesta en su casa, nunca la había visitado y ni siquiera estaba en sus planes.
—Te compré algo —dijo entregándole una pequeña bolsa de regalo—. Espero y te guste.
—¿Es un collar?.
Abrió la pequeña bolsa esperando ver un collar como el que le solían poner a los perros, mascotas de los humanos, solo que ahora se usaban para que el alfa nombrara a su beta suyo, en cambio había un brazalete color amarillo. ¿Por qué un brazalete?, no significaba nada en el noviazgo de los híbridos, era un simple regalo de pareja solo que no eran pareja.
—¿Por qué el brazalete?.
—Es un regalo de pareja.
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Vacaciones Arruinadas - Kim Sunoo
FanfictionChoi Yirina pasaba todas las vacaciones en casa de sus abuelos para poder despejarse de la tecnología y la ciudad, haciendo actividades al aire libre con ambos, pero sus vacaciones son interrumpidas por un híbrido herido que apareció en el jardín de...