「 07 」

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Yirina corrió queriendo llegar a su habitación y esconderse en el baño hasta que Sunoo lograra calmarse, solo que él era más rápido y le cubría cualquier salida hasta que llegó a la sala, Yirina quería tomar algo con que defenderse y golpear a Sunoo. Una de las herramientas para chimenea estaban cerca de su mano hasta que Sunoo logró tomarla de ambos brazos y jalarla hacia atrás, cayó al suelo, Sunoo estaba frente a ella a cuatro patas gruñéndole y ese rojo brillaba aún más.

—S-sunoo...

Retrocedió chocando con un sofá, sus lágrimas no dejaban de salir, estaba tan asustada que no podía ni gritar para pedir ayuda. Para colmo y hacerlo más terrorífico, el foco de la sala no estaba pedido, solo tenían la luz de la luna que entraba por una ventana y la luz del comedor. En tal vez los últimos segundo que tendría de vida se dedicó a apreciar a Sunoo, sus tiernas orejas volteando hacia ella, sus colmillos como un lindo gatito, sus garras, finas y blancas, su bonito rostro el cual ahora le daba terror, recordó su bonita sonrisa, sus cachetes inflados con la comida, e inconscientemente sonrió, sonrió aún teniendo su muerte delante de ella.

—Y-yo...solo quería ayudarte —dijo entre sollozos— te vi tan débil e indefenso que solo quería ayudarte, solo quería que estuvieras bien, solo...

Lo tenía frente a ella, sus piernas estaban bajo su cuerpo. Sunoo había dejado de gruñir y dejar de mostrar sus colmillos mirándola atentamente, solo que ese rojo seguía ahí. Yirina soltó un suspiro entrecortado aflojando su cuerpo dejando que este se dejará recostar en el sofá, si Sunoo llegara a morderla, con su cuerpo relajado dolería menos.

—Solo quería protegerte...

Sunoo se sentó sobre sus piernas tomándola de los antebrazos, la jaló hacia él y la abrazó ocultando su rostro en su cuello, Yirina dejó que hiciera lo que quisiera con ella, total estaba muerta y si sus abuelos llegaran por instinto, Sunoo la mordería e iría por ellos, después escaparía. La calidad y profunda respiración de Sunoo estaba en su cuello subiendo detrás de su oreja causándole ese escalofrío hasta que en uno de sus antebrazos, sintió su garra. Se había quitado la camisa de cuadros, y la blanca que llevaba no tenía las mangas largas por lo cual rasguñarla sería fácil. Apretó sus labios y cerró sus ojos sintiendo su garra cortando su piel formando una línea algo chueca.

—¡Sunoo duele basta!. ¿Por qué haces esto?!

—Es mi marca...—aflojó su agarre acostando a Yirina, esta vez rozando sus narices—. Hueles mal.

Su antebrazo ardía demasiado, estaba segura que Sunoo le había hecho un corte y no entendía a qué se refería con marca. Sunoo olfateaba su cara, rozando su nariz con su piel incluso a veces frotaba su cachete con el de ella, todo fue un poco normal hasta que bajó a su cuello y continuó olfateando y rozando su nariz provocando que Yirina soltara un quejido, casi gemido al sentir su tibia respiración. Apretó sus ojos sintiendo su sangre escurrir, tenía que atenderla y verificar que no fuera tan grande y profunda. Tomó de los brazos de Sunoo queriendo alejarlo pero este volvió a gruñir, solo que más despacio, continuando oliendo su cuello hasta que sintió algo húmedo en él. Abrió sus ojos de par en par girando un poco su rostro hacia el reflejo en un espejo, Sunoo tenía la punta de su lengua fuera de su boca.

—¡Qué te ocurre?! —lo empujó, luego se puso en pie logrando tomar de la herramienta puntiaguda—. Sunoo...¿que pasa contigo?

—T-tu brazo...—sus ojos regresaron al morado— ¿estás bien?, ¿lo hice muy fuerte?

—¡Aléjate! —la tomó con ambas manos—, ¿porque lo hiciste?, esta vez quiero la verdad Sunoo...

—Hice un corte...—miró su mano— hice una marca, n-no...te lastimé.

Vacaciones Arruinadas - Kim SunooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora