La rutina de Yirina se volvió diferente desde aquel día en que se despidió de Sunoo. Antes era la misma rutina desde que despertaba, iba a clases, al regresar y al dormir, ahora, después de clases salía con sus amigos, iban al cine dos veces al mes, regularmente iban a restaurantes, centros comerciales o simplemente a caminar en un parque grande. Al principió pensó que eso haría que sus calificaciones bajaran, pues cuando no tenía tarea que hacer repasaba lo que habían visto en la semana, ahora, no podía repasar porque salía y aún así sus calificaciones subieron en lugar de disminuir.
Tal vez porque ahora estaba más animada. Tal vez porque tenía amigos en los cuales confiar. Tal vez porque había personas que le daban el cariño que siempre necesitó. Tal vez porque estar rodeada de las personas que te hacen sentir bien la hacen feliz.
Pero ninguno de ellos podrá compararse con lo feliz que estaba con Sunoo. Ninguno de ellos podía hacerla sentir tan segura ni tan cómoda como se sentía al estar con Sunoo. Ninguno la motivaba tanto a seguir adelante y terminar sus estudios. Ninguno podía hacerla sentir tan querida como Sunoo lo hacía.
Lo extrañaba demasiado, tanto que a veces en clases al final de la libreta o en la página de los libros lo dibujaba. Dibujaba al hermoso híbrido zorro de ojos color morado y pelaje rubio. A ese zorro que le robó el corazón. Al zorro con pequeñas pecas en sus mejillas. Al zorro que no sabía que sus ojos cambiaban de color. Al zorro que probó el topokki de su abuela por primera vez, el cómo se mancharon sus comisuras y se inflaron sus cachetes, fue muy lindo.
—¡Señorita Yirina!
Gritó la maestra sacándola de sus pensamientos. Alzó su vista, asustada luego notó como el pizarrón estaba lleno de apuntes, líneas y dibujos que la maestra había explicado y por culpa de estar en sus pensamientos no escuchó. Estaba segura de que habían sido solo unos segundos, pero al parecer terminó de dibujar el perfil de Sunoo. Tragó en seco, dejando su lápiz de lado sentándose derecha. La maestra señaló con su dedo índice la puerta del salón dándole a entender que se saliera y así fue. Avergonzada, se puso en pie tomando de su celular para guardarlo en su bolsillo y salir del salón.
—Podrías llevar contigo tu libro y libreta de la materia, por favor —le dijo antes de que caminara hacia la puerta.
Suspiró, tomó su libro y libreta y salió del salón. Sabía lo que le esperaba. Cuando salió, escuchó a la maestra pedirle a la representante que no dejará que nadie saliera y que todos terminaran la actividad que estaba haciendo. Su celular vibró, cuando vió la pantalla notó que era un mensaje de Jake preocupado por ella. La maestra salió del salón y lo guardó sin poder contestarle. Ambas fueron a la oficina del director donde la maestra pidió que la suspendieran por estar haciendo garabatos en clases ya que no ponía atención y solo se la pasaba en las nubes.
—Señorita Yirina, es una de las mejores alumnas de su clase, ¿porque gasta su tiempo haciendo estos garabatos? —le preguntó el profesor extrañado y algo decepcionado.
—Lo siento director Kim, no volverá a pasar...—dijo cabizbaja.
El director suspiró, mirando una vez más los dibujos que había hecho Yirina. Le pidió a la maestra que regresara al salón y que se encargaría de ella, y sin pensarlo dos veces la maestra se fue dejando a Yirina sentada en la silla, cabizbaja, odiándose y regañándose por hacer esos dibujos cuando sabía que tenía que poner atención a clases. El director aclaró su garganta, llamando su atención, éste cerró el libro y la libreta entregándoselos. Yirina estaba un poco confundida, pues el director no parecía molesto, tal vez porque en ellos había un poco de confianza ya que él le había entregado varios reconocimientos de primer lugar.
—Yirina...¿podrías explicarme quién es él?
—Nadie. Es producto de mi imaginación.
—Pues vaya imaginación tienes porque esto es idéntico a un híbrido de zorro. ¿Los conoces?
—S-si...
—¿Qué edad tenías cuando pusieron el muro?
—Ocho. Conviví con varios de ellos, incluso de otras especies.
—Sabes, tengo varios conocidos que aún hablan con sus parejas los cuales son híbridos, y cada cierto tiempo se ven en el muro.
Sabía a dónde quería llegar, y confiaba en él.
—¿Tienes algún conocido híbrido?, el cual se apodera de tus hojas de libreta.
—Si...lo conocí en las vacaciones cuando fui con mis abuelos, y me volví su compañera...—contó, en un tono bajo.
—Entiendo —suspiró—. Mira, te conozco Yirina, aún después de haber conocido a ese zorro tus calificaciones están estables, incluso creo que incrementaron un poco, lo cual me da mucho gusto, felicidades.
—Muchas gracias director.
—Pero...tienes que dejar de dibujarlo —alzó su vista, mirándolo—, se que lo extrañas, y quieres estar con él pero...concéntrate en tus clases, o tendré que ponerte un reporte.
—Lo sé...
—suspiró de nuevo—Mira Yirina, yo también odio que esté ese muro y que los híbridos no puedan estar con las personas como antes. Aquí entre nos, extraño mucho a viejos amigos que también eran doctores, y son híbridos —dijo sonriente—, pero la realidad es que nos han separado por nuestro bien.
—Pero ahora los híbridos dejaron de atacar, ahora los híbridos y las personas conviven fácilmente. ¿No cree que sería mejor quitar el muro? así como era antes.
—No es tan fácil Yirina...aún existen personas que odian con todo su ser a los híbridos, ya sean herbívoros o carnívoros.
—Lo sé pero...—suspiró— hay muchas personas que extrañan a sus amigos. ¿Por qué no puede haber un día al mes en el que podamos ir a visitar a nuestros seres queridos?, o que ellos vengan para acá, poder convivir y estar juntos.
—soltó un tercer suspiro—Es algo que muchos desean Yirina, pero lamentablemente no se puede.
Yirina volvió a suspirar, cabizbaja. Quería al director porque era realmente empático, siempre intentaba estar del lado de los alumnos cada que un maestro los llevaba ahí para un reporte, citatorio o suspensión, y aunque eso molestara a los maestros, sabían que era por un bien, así como el bien de regresar a los híbridos con los humanos.
—Regresa a tu salón Yirina, y por favor pon atención. Se que lo extrañas, pero esto dependerá si se vuelven a ver o no.
Yirina lo miró una última vez, antes de suspirar y tomar sus pertenencias para irse de ahí, sin antes hacer una leve reverencia. Cuando cerró la puerta, suspiró de nuevo esta vez sacando su celular para ver el mensaje que Jake le había enviado, respondiendo con un simple "estoy bien, después te cuento", igual que siempre cuando Yirina evitaba contarle sus problemas a su único mejor amigo. Regresó a su salón, mientras recordaba el día en que pusieron el muro, el día en que obligaron a los híbridos a ir a otro estado el cual sería su nuevo hogar. El director, repasaba una y otra vez las palabras de Yirina, pues la entendía muy bien. Luego de pensarlo muy bien, tomó su celular buscando un contacto muy especial que tenía el cual lo ayudaría, y haría muy feliz a Yirina.
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Vacaciones Arruinadas - Kim Sunoo
FanfictionChoi Yirina pasaba todas las vacaciones en casa de sus abuelos para poder despejarse de la tecnología y la ciudad, haciendo actividades al aire libre con ambos, pero sus vacaciones son interrumpidas por un híbrido herido que apareció en el jardín de...