Vacaciones Arruinadas - Kim Sunoo

「 15 」

Las sesiones con el psicólogo ayudaban, si, pero no le traerán a Yirina de vuelta. Tres meses en donde cada jueves iba a visitar a un psicólogo, había sacado algo de lo que tanto le pesaba, no sólo todo lo que había pasado con Yirina, si no que también todo lo que había pasado con Sunghoon. En tres meses se había dado cuenta de muchas cosas, había hablado de sus sentimientos muy profundamente, y muy detallado. Jamás imaginó que un par de dibujos podrían significar muchas cosas. Lo malo de todo eso, era que por alguna razón todos en su salón se habían enterado de que iba al psicólogo y según el chismoso, era uno de los mejores, osease que Sunoo estaba muy mal.

—Entonces Sunoo, ¿qué tal tu semana? —le preguntó su psicólogo con su tabla en la mano.

—Bien...hablé con Yirina.

—¿En serio?, hacía tiempo no hablaban.

—Lo sé, está muy ocupada con sus estudios. Ahora está en sus prácticas, y debe asistir.

—Lo sé, son cosas de estudiantes. ¿Has pensado en qué estudiar cuando te gradúes de la preparatoria?

—No lo sé, creo que no soy bueno en algo...

—Eres bueno cocinando, tal vez podrías estudiar gastronomía.

—Fue lo mismo que me dijo mamá —dijo sonriente—. Ella quiso estudiarlo pero no había recursos necesarios, y conmigo, dijo que si los hay.

—Bueno, podrías intentarlo.

—Y así podré abrir el restaurante que mamá siempre quiso, haré realidad el sueño de la familia.

—Sunoo —lo miró—, tienes que preocuparte por lo que tu quieres, no abrir un restaurante porque tu mamá lo quería. Puedes trabajar en lugares importantes.

—Podría ser...

Soobin notaba algo en el comportamiento de Sunoo, algo que pasaba cuando le ocultaba algo, o cuando no sabía cómo decirlo. A veces era lo mismo de siempre, que extrañaba a Niki y se arrepentía mucho de lo que había pasado, lo cual era entendible, cualquiera sufriría por la pérdida de un ser querido. Otras veces que extrañaba a Yirina y quería ir a visitarla, o ir a casa de sus abuelos y verlos a ellos, pero sabía que sería muy peligroso.

—Sunoo —bajó su tabla—, ¿hay algo más que me quieras decir?

Este suspiró mientras apretaba sus labios, jugando con las garras de sus dedos índices. Soobin era un híbrido de conejo, le sorprendía mucho que aceptara que fuera su paciente siendo que él era un zorro, y que no le dijera nada respecto a su relación con Yirina, una humana. Le confiaba cualquier cosa, incluso le preguntaba algunas cosas que no tenía la confianza suficiente para preguntarle a sus padres. Básicamente Soobin se estaba volviendo su lugar seguro, y solo era su psicólogo.

—¿Sunoo?...

—Tengo miedo de que Yirina deje de quererme...

Eso era diferente.

—¿Por qué lo dices?

—Porque...cuando hablamos, mencionó a un chico, Jake —alzó su vista— él se le confesó una vez, pero solo la beso para burlarse de ella...

—Jake...¿fue cuando le hiciste la marca a Yirina?, cuando tus ojos se volvieron rojos por primera vez.

—asintió, luego sus pupilas se volvieron naranja—Ahora pasan más tiempo juntos, Yirina me lo contó, y eso me asusta mucho...

—¿Porque crees que te dejaría de amar? ella hizo mucho por ti.

—Pero ya no estamos juntos, pasa más tiempo con Jake, él la está haciendo feliz en lugar de que yo la haga feliz. Los dos salen a muchos lugares, incluso solos porque Yirina quiere estar con el

Inconscientemente comenzaba a enterrar sus propias uñas en sus muslos, lo cual le preocupaba a Soobin. Lentamente dejó su tabla en una pequeña mesa que tenía junto a él, pues era muy peligroso que un híbrido carnívoro estuviera así. Trato de calmarse, mirando cada movimiento de sus orejas y como su cola se enrollaba en una de sus piernas

—Sunoo, son solo amigos, ella te lo dijo. ¿Por qué no confías en Yirina?

—Confío en ella p-pero...¿qué tal si me deja? ¿que tal si está saliendo con él pero no quiere decirme? ¿que tal si está pensando en terminar conmigo pero no quiere decirme?

—Sunoo, necesito que te tranquilices. Mírame por favor.

Sunoo cubrió sus orejas, apretando sus dientes los cuales mostraba y asustaba a Soobin, pero no se iba a rendir, aún no era necesario llamar a seguridad, aún podía ayudar a Sunoo. Rompió las reglas de los psicólogos y se acercó a él tomándolo del hombro sacándolo de sus pensamientos pues abrió sus ojos, sus pupilas temblaban y eran una combinación de naranja y celeste, eran hermosos, pero preocupantes.

—Sunoo, escucha. Yirina te ama, no hay razón por la cual deje de hacerlo, peleó por ti. Una humana se enfrentó a un híbrido para quedarse contigo, lo cual es imposible y aún así, logró ganar. Tu le explicaste cómo terminar una relación. Si ella no te querría seguramente te hubiera preguntado de nuevo como era y te hubiera terminado, lo cual dudo mucho, porque ella misma se lastimó para ser tuya.

—P-pero...ese humano es mejor que yo...

—¿Mejor en qué sentido? Sabes que los híbridos somos mejores que los humanos, les ganamos por mucho, y tú más porque eres un zorro, y eres muy astuto, en cambio un humano no lo es, muchos de ellos son torpes, y no es por hacerlos menos pero sabes que es la verdad.

—P-pero...¿entonces porqué es tan cortante?...ya no me quiere...no me manda ni las buenas noches y eso lo hacía siempre.

—Sunoo tal vez estés exagerando un po-

—¿Exagerando?! —lo miró— ¿Sabes como me siento después de todo lo que pasó?!

—Lo sé...pero no es razón para-

—Puedo estar como quiera, debo aceptar mis sentimientos como tu lo dijiste, y ahora, quiero que te calles y quiero ver a Yirina.

Sus pupilas se tornaron rojo, ese rojo que mencionó cuando mató a las personas. Soobin temía por su vida, después de saber todo lo que Sunoo hizo en un momento así y de lo que eran capaz los híbridos carnívoros con garras y dientes filosos. Siempre escuchaba historias de cómo los pacientes perdían el control y rasguñaban a sus psicólogos, incluso hubo una vez en donde le quitaron la vida, pero solo creía que eran simples historias y no realidad, ahora, eso comenzaba a tener sentido.

—¿Por qué no la llamas?...

—¿Llamarle?! ¿eso para que?

—Cuando conteste dile la verdad de como te sientes, ella deberá decirte la verdad.

—¿Y si dice que ya no me ama?...

Su voz se quebró y sus pupilas se pintaron de azul, un azul muy profundo y hermoso. Ahora sus pupilas eran rojos y azules, con pequeñas motas verdes. Le sonrió poniendo su mano con sumo cuidado sobre una de las suyas, pronto, las orejas de Sunoo bajaron y su cola dejó de moverse, sabía que estaba destrozado por no saber mucho de Yirina, y lo único que le contara era que salía con Jake.

—Estaré aquí...

Sunoo miró hacia enfrente con la vista perdida. No tan decidido sacó su celular de su bolsillo para buscar a Yirina entre sus contactos, aunque no habría problema pues la tenía como destacada en números favoritos. Con sus manos temblorosas, presionó el símbolo del teléfono llevándolo a un costado de su rostro escuchando el timbre del teléfono, esperando a que contestara. Luego de tres timbres, contestó, sintiendo su corazón latir con fuerza.

—Sunoo estoy en clases que ne-

—Te amo...

Fueron las primeras palabras que salieron directo de su corazón. Con su mano libre, comenzó a apretar su pantalón, encogiéndose de hombros, y sus lágrimas comenzaron a salir. Soobin lo miraba, atento al color de sus pupilas pues eso ayudaba más que su lenguaje corporal.

—¿Estás bien?, ¿dónde estás?...

—Te amo Yirina, te amo desde el momento en que me salvaste. Siempre pensé que curaste las heridas de mis rodillas y de mi hombro...pero también curaste mis heridas internas, así que gracias.

—Sunoo...

—Gracias de verdad, nunca imaginé que una humana me terminaría enamorando a tal punto de matar a otras personas, o que cambiara mis sentimientos, que hicieras que mis ojos cambien de color, así que gracias. Gracias por estos sentimientos, gracias por los abrazos y los besitos que me diste...

—Sunoo me estás preocupando, ¿que pasó?

—Te amo...¿porque tu no puedes decir lo mismo?...

—Sunoo sabes que yo también te amo.

—¿Dónde has estado todo este tiempo?...y no me digas que en tus prácticas, porque de lo único que hablas cuando puedes es sobre Jake.

—Entonces ese es el problema...estás celoso de Jake.

—Sabes si quieres estar con el está bien, se que es mucho mejor que yo porque no le cambian los ojos, porque no es un tonto zorro y porque está cerca de ti. En cambio yo...soy un tonto zorro...estoy a cientos de kilómetros...y-y...

—Estás consciente de que las vacaciones llegarán pronto y nos veremos, ¿verdad?

—¿Irás?...¿o vas a recorrer el pueblo con Jake? porque la ultima vez no pudiste...y-y...tus abuelos lo aceptan, no como a mi...

—Sunoo, estamos bien. Yo te amo a ti, se que he sido cortante y me disculpo por eso pero...—suspiró— esta es una relación a distancia. Si supieras cuanto pienso en ti estando aquí, tanto que citaron a mis padres porque me la paso haciendo dibujos de ti en mis libros y libretas en lugar de poner atención en clases.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Sabría que te molestarías y me dirías que ponga atención. Regresando al tema, Sunoo, te amo. No peleé por ti contra el inutil de Sunghoon para nada, lo hice porque realmente me gustas y quiero estar contigo siempre, o por lo menos hasta que la estupida ley se rompa y podamos estar juntos.

—P-pero...J-jake...

—Jake es mi amigo, y ahora le caes muy bien. Tanto hablar de ti le agradaste —suspiró— Mira Sunoo, se que no hablamos mucho, se que tal vez de lo único que te hablo es de Jake pero porque es con el único que paso el rato, otra cosa que te he ocultado es que discutí con Yunjin y dejamos de ser amigas...

—Yirina tienes que contarme lo que te pasa, tu misma lo has dicho, estamos en una relación y no es sano que nos ocultemos cosas, incluso las cosas así es necesario que me lo digas ¿de acuerdo?

—¿Qué hay de ti?... vas al psicólogo y no me lo has dicho.

—...¿cómo sabes?

—Te recuerdo que tengo el número de tus padres, y ellos me dicen lo que tu no me quieres decir, y la verdad no me molesta porque no me quieres preocupar así que esta bien.

—Entonces...¿no quieres terminar conmigo?

—No Sunoo, y jamás querré hacerlo. Te amo mi lindo zorro.

Era todo lo que necesitaba escuchar. Miró a Soobin y este no dejaba de sonreírle, sabía que sobre pensar las cosas siempre te llevaban a terminar así y llamar a tu pareja para preguntar si aún lo quiere, lo cual es normal, y siempre la pareja le termina diciendo que si lo ama. Sunoo soltó un fuerte suspiro y sus ojos regresaron a un rosa pastel.

—Gracias...

—¿Estás bien?...

—Estoy mejor...—volvió a suspirar— Perdón por llamarte en tus clases.

—Hoy tendré la tarde libre, ¿quieres ver una película en linea?

—Si por favor.

—Bien, entonces te llamaré.

—De acuerdo. Suerte en tus clases.

—Hasta luego.

Y ahí finalizó la llamada. Dejó su celular de lado sintiendo como su respiración había calmado, y sin darse cuenta, su cola se estaba moviendo de un lado a otro feliz por haber escuchado la voz de Yirina, y escuchar que todavía lo quería, escuchar su disculpa de ser cortante. Soobin lo tomó del hombro, sabía que no era fácil digerir todo lo que estaba pasando.

—Te lo dije, ella te quiere.

—Perdón por gritarte...

—No pasa nada, estabas asustado y es normal. Sabes, creo que te recetaré nuevas pastillas para que controles esos pequeños ataques de ira y para que estés más tranquilo.

—¿Crees que sea necesario?...

—Si no quieres terminar lastimando a alguien si.

—Gracias. Y perdón por haberme enojado...

—Descuida Sunoo, se que jamás me lastimarías.

Soobin se puso en pie, tomó de su tabla y salió de la habitación dejando a Sunoo solo. Miró sus manos notando el largo de sus garras, recién las había cortado y ya habían crecido de nuevo. Cuando llegó a casa, su madre había hecho la comida pero no la había tocado, ni siquiera la cuchara seguía viendo sus uñas recordando cuando le hizo daño a Yirina en su pequeño ataque de celos.

—¿Todo bien Sunoo? —le preguntó su madre.

—¿Por qué las uñas crecen tan rápido?

—Porque tienes una alimentación sana —respondió su madre.

—No me gusta tener las uñas largas, puedo lastimar a alguien...

—Qué cosas dices Sunoo, para eso son las uñas para dañar a los demás, bueno...siempre y cuando sea por defensa propia.

—Pero...¿y si pierdo el control?

—No lo harás cariño, por eso Soobin te recetó nuevas pastillas.

—Jhm...

Se viene, se viene, se viene
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