Learn To Trust ( Yukino Yukinoshita X T/n )

Pre.en: Está serca

Estaba caminando con Yukino a mi lado, disfrutando de la brisa del aire y también del silencio.

Después del comentario de Hikigaya. Yukino casi lo mata, pero logre detenerla. No podía dejar que mi amigo muriera tan joven.

La forma en que la detuve, fué un abrazo por la espalda y ella estaba avergonzada, sinceramente yo también.

Admito que me gusto abrazarla y Hikigaya lo notó, sin embargo le dí una mirada de que no dijera nada. Porque no podría detenerla una segunda vez.

Yukino no dijo nada sobre lo ocurrido.

– Uh. . . Yukōri –.

Ella me volteó a ver.

– Yo, lo siento. Se qué abrazarte sin tu permiso fué incorrecto –.

Y en este mundo actual, probablemente podría llegar una denuncia de acoso.

– No te preocupes. Fue agradable –.

– Que bueno. Acabo de evitar una denuncia –.

En ese momento reaccioné.

– Espera. ¿Acabas de decir qué fué agradable? –.

– Si, lo dije –.

¿¡Que clase de desarrollo es ese!?.

Me dí cuenta que ella no se avergonzó en lo absoluto.

– Vaya no esperaba que lo admitieras –.

– Bueno, fué un abrazo después de todo. Y admito que estaba enojada en ese momento y pude haber golpeado a Hikigaya-kun –.

– Entonces ¿Quieres otro? –.

Abrí los brazos para hacerlo, sin embargo Yukino me fulminó con la mirada. Bajé los brazos inmediatamente.

– Si, así está mejor –.

Escuché que mi teléfono sonaba, lo saqué del bolso del pantalón y conteste la llamada.

– Ho- Ho. . . Hola Abuelo –.

– Hablame en español, pequeño retrasado –.

– ¡Si señor! –.

– Eso está mejor. Ahora estoy en el aeropuerto y la primera persona que quiero ver es a tí –.

– ¿Eh? No deberías querer ver primero a mi
mamá –.

– No, yo sé que ella está bien. Después de todo yo la crié. Por otro lado el que más me preocupa eres tú –.

– Y supongo que quieres que vaya al aeropuerto y guiarte a la casa –.

– Si. Pero si llegas tarde te rompo el osico –.

Trague saliva y me reí de forma nerviosa.

– Tienes 1hr, dí que fuí generoso contigo –.

– Voy para allá –.

Colgué el teléfono y lo metí de vuelta a la bolsa de mi pantalón.

– Y ¿Quién era? –.

– Bueno Yukōri. Ese era mi abuelo –.

– Entiendo, entonces que sucede? –.

– Tengo que ir al aeropuerto para acompañarlo hasta mi casa –.

– ¿Puedo acompañarte? –.

– ¡Claro! –.

Junte sus palmas con ayuda de mis manos, ella estaba sorprendida. No la culpo y así me asegurará no ser golpeado por mi abuelo si llego tarde.