Capitulo IV: mal augurio

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"La conciencia de un hombre, como una línea de advertencia en la carretera, le dice lo que no debe hacer. Pero no le impide hacerlo." (Frank Howard Clark)

Cómo es que amarte duele tanto ¿Por qué estoy tan perdido? ¿Cuánto más debo quebrarme para ser digno de una mirada tuya?.

-¿Apo?- en el profundo silencio y los sollozos de mi corazón una voz me llama. ¿Será aquella que me persigue despiadadamente en sueños? es el susurro de mi mente recordando la terrible desdicha a la que me someto;  ¿acaso me he vuelto loco ya? .- Apo…

Se repite una vez más, rebotando en cada pared, más fuerte y dolorosamente real. Aquí a mi lado, alguien espera mi respuesta, no obstante; mi único deseo es refugiarme en la soledad. En ella no hay quien juzgue los sentimientos o que espere una explicación.  Cada lágrima que no he logrado limpiar, se desliza por mis mejillas siguiendo un camino único hasta mis manos. Si contara la cantidad de lágrimas que he derramado desde que me enamoré, no habría final y duele que sea tan real.

No volteo, ocultandome tras un muro que he creado para no revelar mi sentir.- Apo- de nuevo me llama y con ello una mano amiga se posa en mi hombro, sin exigir nada, solo… brindando apoyo.- llorar está bien.

Cómo si una cuerda fina, con mucho peso en ella… de repente tan cansada se rompiera; así fue mi llanto, roto y sin control. Derramándose desde mi pobre corazón, ya no hay forma de detenerlo. La sola conciencia de aquella mano como apoyo, hace más real el peso que he soportado en mi soledad. Luchar solo es tan agotador; aún sin saber quién me acompaña, su presencia silenciosa es un pilar, si no me aferró a él… me terminaré de hundir en la depresión que me traga poco a poco.

Lloras hasta que no hay más lágrimas que tus ojos puedan derramar, el nudo en la garganta incluso parece desaparecer en el tsunami de emociones que se desbordaron. En todo ese tiempo aquella persona perteneció allí sin juzgar, sin cuestionar.

-Gracias- la voz que surge de mi garganta no parece mía, tan desgarrada, tan cansada ¿Desde cuándo es así? Ya no soy yo, solo me convertí en una miseria copia sin gracia.

Un pequeño pañuelo blanco se tiende a mi lado, suave ratazo de tela que se lleva las lágrimas de mi rostro… empañado en tristeza.- no tienes que agradecer.

Una voz, una mano, un pañuelo. Entre el llanto, las voces de vuelven matices difíciles de comprender; la persona que me acompaña incluso oculta a mis espaldas, se refleja en el vidrio de las ventanas oscuras. P'Tong… en su rostro luce una mirada de compasión, lo que menos quiero de alguien.- ya estoy bien, puedes regresar a tus asuntos Phi.

Nada convencido por mis palabras, Tong hace un gesto incrédulo mientras una de sus cejas en queja se arquea cuestionando mis mentiras.- A mí… me parece que es todo lo contrario, sabes…- acercándose un poco, toma asiento a mi lado pero su espalda enfrentando la mía, de ese modo no podría ver su cara.- … estar bien, no es una respuesta. El corazón y la mente no engañan al cuerpo… y el tuyo, está sufriendo mucho.

¿Cómo podría mi cuerpo cometer tal traición? De nuevo anhela quebrarse en llanto. Soportando el afán, me obligó a respirar hondo y guardar cada pequeña gota de melancolía en mi corazón.- si me permites preguntar… ¿Qué es aquello que tanto dolor te causa?.

-no es nada- bajando la mirada, observó mis manos que como prensas estrujan el pequeño pañuelo blanco. Las mentiras que expreso, son aquellas que me gustaría también creer.- asuntos sin importancia.

Una pequeña risa incrédula es sofocada por Tong, quien recuesta su espalda con la mía.- ¿Por qué mentirte así? Nadie llora por "nada".

Nada… Me gustaría llorar por nada. A veces quisiera sentirme tan libre de la pesadez que constantemente llevo encima, poder respirar con tranquilidad y soñar sin pesadillas que me despiertan en la noche; entonces llorar por nada sería increíble.-si puedo adivinar… supongo que es por Mile.- de golpe como si una bomba estalla, mi corazón se detiene y las manos que jugaban con aquel pañuelo se aprietan. ¿Qué tipo de excusa puedo dar sin sonar desesperado por ser convincente? De todas formas ¿Me creería?.

The LoserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora