Capítulo XXI: On the radio.

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“No está en las estrellas mantener nuestro destino sino en nosotros mismos.”
(William Shakespeare)

Si mirará al pasado, nunca habría imaginado lo que me esperaba; las esperanzas que tenía poco ayudaban en el día a día y analizando el ahora, que gracioso es el resultado que me ha llevado el destino. Hace meses pensaba que lo que a los dos unía era la certera creencia de un escrito en el cosmos, aquel que determinaba nuestra unión para siempre… hoy todo resulta diferente, si el destino nos ha unido quizás solo fue porque en el inicio de nuestra relación nunca realizamos el divino toque de nuestras almas, aquellas que se nos concedían como un regalo; tal vez sea nuestro castigo por separarnos tantas veces, por decidir caminar senderos diferentes mientras ignoramos el deber.

Pienso que es un castigo por no amarnos en el tiempo correcto, ahora pagamos las consecuencias amándonos incluso cuando estamos tan rotos. Sin embargo; ¿No he pagado suficiente? El llanto que derramé o la sonrisa que perdió su brillo mientras tú disfrutabas a base de mi melancolía, nunca te culpe por no amarme y nunca lo haré… ahora tu me amas pero te cuestiono las razones ¿Me amas por celos o amas esa persona rota que creaste? No he dejado de preguntarme aquello y por eso prefiero alejarme de ti; seguramente en un futuro verás mi imagen y reirás como espero hacerlo yo.

No estamos obligados al destino, incluso si nos cuesta… lo desafiamos para obtener algo más allá; cada día que sobra en mi país natal, cuestionó a mi corazón el anhelo de correr a tu lado. Sin embargo; ocupó mi mente en otras cosas, desde el final de las promociones dedicó los pocos días a mi amada familia, gozando el dulce afecto de mi madre que con caricias y  arrullos somete al olvidó los pensamientos sobre ti; los juegos paternales de mi padre que animan mi alma también ayudan.

Pocos saben con exactitud la fecha de mi partida, temo que alguno revele el secreto y que en un desenfrenado intento, corras hacia mí atando el hilo que nos une. Empacó tantas cosas como puedo con el único deseo de alejarte de mi mente, lo agradezco ayuda mucho tener algo que me sirva de placebo para ignorar tu existencia. Culpo estás cavilaciones a nuestro último encuentro, aquella mirada febril sobre la mía rogando una última esperanza y el roce de tus manos en mi piel, no soy de acero… soy tan débil ante los suspiros que exclamas a mi favor.

Solo cuando la última caja está cerrada y aquel apartamento vacío me recibe, caigo en cuenta del presente; dejaré Tailandia nuevamente y el regreso no está escrito ¿Volveré?¿Si en América me ofrecen más proyectos… olvidaría Kinnporsche?¿Qué harán si no vuelvo?¿Encontraran alguien que pueda ser mejor Porsche que yo? Se que a los escritores del libro les encantaría tal cambió, seguramente propondrán alguien que a ellos agrade… no dudo que después de irme aprovecharán mi ausencia para alejarme de la segunda temporada.

Eligiendo ignorar el sin fin de preguntas tomo el tiempo para tachar en el calendario, el antepenúltimo día antes de irme; en dos días abordare el avión que me llevará de regreso a Estados Unidos. Tan distraído mirando aquella X sobre la fecha,un susto cae en mi al ser sorprendido por el ringtone del teléfono que aguarda sobre la mesa de la cocina, el pequeño aparato vibrando alumbra la pantalla que anuncia una llamada de Tong.- Hola.- la voz que emite al contestar suena gruesa luego de horas sin soltar palabra alguna.

-Woo… sexy tono ¿Acaso intentas conquistarme?- la insinuación coqueta del mayor aún siendo burla sonroja las mejillas ante el cumplido; antes el recibir piropos por algún compañero de trabajo era nada común y siempre venía acompañado de insinuaciones para mantener relaciones sexuales por eso en BOC fue un respiro conseguir personas tan amables y diferentes.- ¿Terminaste de empacar? Por ahí debes llevar mi corazón.

De peculiar forma aquel comentario lleno de cariño me ha resultado interesante, si pudiera ver todos los corazones como un objeto que  llevar consigo en la maleta … ¿El de Mile estaría allí? ¿El suyo se quedaría con Mile? Alejando aquel pensamiento que sólo lo confunde más, pregunta al mayor. -P'Tong… ¿Qué quieres?

The LoserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora