The Loser

Capítulo VI: retrato de un ángel caído.

"Los corazones se rompen. Si, los corazones se pueden romper. Algunas veces pienso que sería mejor si muriéramos cuando lo hicieran, pero no lo hacemos." (Stephen King)

No te aferres a la ilusión, ella es un cruel espejismo que te hace volar para luego dejarte caer, y chocar  con la realidad que tan vil no tiene reparo en revelar los errores que has cometido en el camino. Madre decía que no a cualquiera se le hace entrega el corazón porque no todos saben apreciar su valor; y sin consecuencias lo pueden dañar por maldad. Ahora, en este preciso instante lo único que me gustaría es volver corriendo a los brazos de mi madre y ser consolado por ella, llorar hasta poder sacar de mi pecho todo este amor que siento por Mile, todo este dolor y volver a ser feliz.

Sin embargo; aquí estoy… quizás han transcurrido 30 minutos o más; atrapado en el vehículo. Minutos en los que el llanto no se detiene y cada intento es más inútil que el otro; aunque lo intente no puedo parar y temo que por no lograr irme, al mirar por tu ventana veas mi auto y piensen que doy lastima o no acepto tus palabras.

Aún con las lágrimas que nublan mi vista, pongo en marcha el vehículo y observo sólo una última vez la entrada por la que desapareciste hace unos momentos ¿Nunca temes el poder de tus palabras?. El camino de regreso a casa nunca me había parecido tan largo y oscuro ¿Por qué cuando se esta triste todo luce peor? Cada pequeña gota que se desliza por mi mejilla, cada respiro, cada sombra en la calle… todo luce peor, se siente peor. En la radio las voces distorsionadas anuncian una canción, los altoparlantes reproducen "the winner takes it all".

La luz roja del semáforo, se esparce rellenando todos los rincones del auto, proyectando sombras sobre mi rostro y un cartel. Una imagen publicitaria de Mile y yo; su rostro alegre y la sonrisa de Mile… le traen el recuerdo de aquel día, estaba tan feliz por estar con Mile. Ahora comprende algo muy importante, cada vez que su Phi sea dulce, amable, divertido… Cada vez que tenga un gesto amistoso conmigo, solo lo hará fingiendo; porque para él yo solo soy un trabajo.

Que canción tan triste suena en la radio, es una ironía como aquí yo soy el perdedor más grande. Siempre pensé que todo lo que hacías, incluso estando solos los dos, eran gestos reales. Sin embargo; todo fue una mentira… y lo que me duele más, es que yo pensaba que éramos amigos.

Mi importancia en tu vida es tan insignificante, soy como cualquier persona en la calle para ti ¿Cuánto tengo que sufrir más para superarte?. Supongo que para ti, fue un suplicio desde que descubriste mis sentimientos, yo era un payaso molesto sin nada de gracia que te asfixiaba con sus afectos.

Ese pensamiento estruja mi corazón hasta que la presión se vuelve insoportable, no hay forma de pararlo… Me duele tanto que mis manos buscan alivio. Las lágrimas no se van a detener ¿Por qué nadie dice que un corazón roto duele tanto? Bajo las luces de la calle filtrando por los vidrios empañados del carro y en medio de la calle, golpeó mi pecho como si ésto de alguna manera lograra detener la tristeza que siento.

Sumergido en esta pequeña burbuja de desolación, dónde los sentimientos negativos siguen jugando contra mi; olvidó mi entorno y el tiempo. Solo un auto tocando la bocina me devuelve a la realidad; puedes ser un triste idiota llorando a mares, gritando, pataleteando… desgarrando tu alma ante otros en plena calle y aún así nadie se va a detener por ti; siempre debes seguir caminando. Mirando una última vez el cartel, limpio mi rostro y continuo mi camino.

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El hogar es un lugar donde el alma descansa libre. Sin embargo; cuando pasa por la puerta de su apartamento y observa la oscuridad que lo llena. Su pequeño hogar nunca le había parecido tan solitario, tan vacío… mientras su espalda se desliza por la puerta, comprende que en este mundo despoblado con falta de calidez puede desbordar cada sentimiento y llorar hasta que sus lágrimas se sequen.