². no puede ser...

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—¡Porchay!

Abrió sus ojos abruptamente al escuchar la voz de Porsche, pero inmediatamente los volvió a cerrar y soltó un gemido lastimero por la luz entrando por la ventana y con las cortinas abiertas de par en par.

Carraspeó ante su garganta seca.
—¡Ya me desperté!

—Bien, tu alarma ya ha sonado tres veces— le respondió su hermano mayor al otro lado de la puerta.—El desayuno está listo, baja cuando termines.

—Si, P'. Gracias.

Cuando sintió los pasos de Porsche alejarse, se desplomó sobre su cama masajeando su frente. Diablos, sentía como si le estuviesen martillando la cabeza. ¿Cuánto bebió anoche?

—La pregunta es, ¿por qué carajos no recuerdo nada?— Chay apretó sus párpados y luego miró con pesadez el reloj digital que posaba en su mesita de noche.

Lunes. 7:43 a.m.

—¡Mierda!

Para sumarle a su desgracia, era lunes y se le hacía tarde, su primera clase era a las ocho y diez. Así que, se metió en la ducha rápidamente y se vistió con la ropa más cómoda que encontró a la mano, se miró en el espejo de cuerpo completo de su habitación y soltó un grito al mirar se reflejo.

—¿Qué- Dios, ¿quién me hizo esto?— Chay se miró un poco más de cerca, abriendo la boca sin palabras ante la marca de una mordida en su manzana de Adán.—¡Porchay! ¿qué mierda te pasó ayer?

Para aclarar las dudas, hizo un par de sentadillas y saltos, suspiró aliviado al no sentir ningún dolor, 'bien, sigo tan virgen como ayer'.

Con mucho pesar, tuvo que cambiar su camisa ligera con un suéter con capucha de color beige, en combinación con un jean desgastado que encontró y sus fieles converse's negras, soltando una maldición al ver el sol brillante y caluroso que le recordaba lo jodido que estaba.

—P', desayunaré de camino— dijo Porchay apenas bajó las escaleras.

Porsche salió de la cocina bebiendo de su taza de café mientras hacía señas en negación con sus manos y apuntaba la mesa.

—Nada de eso, siéntate a comer.

—Pero...

—Siéntate ahora, debemos hablar.

Claro, eso fue suficiente para que Porchay se asustara y se sentara en la silla junto a su hermano, metiéndose una rebanada de pan entero en la boca y evitar responder las preguntas de su hermano.

—¿Cómo te fue ayer en el trabajo?— decidió lanzar la primera pregunta, antes de ser interrogado.

Revisó la hora de su celular y asintió, 7:54 a.m. 'A las ocho me voy' pensó rotundamente.

—El bar estuvo vacío ayer, no tuve que hacer tantas bebidas— le respondió Porsche dándole un mordisco a su pan tostado lleno de mermelada.—Por eso volví temprano, pero no te vi, así que me fuí a dormir. ¿A qué hora llegaste? No te escuché.

'Porsche sale del trabajo a las tres o cuatro de la madrugada, si dice que salió temprano, ¿será alrededor de la una o las dos? Digamos que a las tres ya estaba durmiendo.'

—Ah... llegué como a las tres de la mañana— tanteó Chay sin saber.—No quise despertarte, estabas durmiendo como tronco.

—¿Todo estuvo bien? ¿Te trajeron tus amigos?

'Yo salí con Ohm, Nanon y Chimon, ¿cierto? Mierda, que alguien me devuelva la memoria'

—Me dejaron aquí y yo subí directo a mi habitación, moría de sueño.

Ángel [MacauChay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora