¹³. solo tú y yo

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¿+18?

—¿Te duele?— preguntó Macau.

Realmente tomó toda su paciencia y tranquilidad para no salir corriendo a golpear a Kim, en el momento que su novio se quitó la camisa y vió las marcas en la delicada piel de sus brazos.

Porchay negó.—No duele.

Decidió no decir nada, no podría conseguir algo discutiendo, solo se inclinó y le dejó un beso sobre la piel rojiza, casi amoratada. Tomó la manguera de la ducha y la encendió, estaba asegurándose de que Porchay perdiera todo rastro de la lluvia.

Apenas entró a la casa de Porchay, lo guió a su ducha y le pidió que se quitará la ropa húmeda y se quedará en un ropa interior, le buscó una muda de ropa seca y ahora estaban dentro de la tina. El menor no lo pensó demasiado, solo quería ser consentido, quería ser mimado por su novio. Deseaba sentirse querido.

—Entonces... mi primo era tu novio.— comentó, acariciando su cabello.

—Mh, fuimos pareja por un año— empezó a hablar, sentía que podía hablar sobre el tema porque ya estaba más calmado.—Terminamos hace unos seis meses, más o menos, aunque ahora que lo pienso, no fue una relación... solo estaba con él por idiota, fui tan ciego, no quería dejarlo porque me hacía sentir bien muy pocas veces, necesitaba compañía, supongo...

—No eres idiota, pollito, solo- solo estabas tratando de hacerlo funcionar. No es tu culpa haber sufrido tanto.

—Pude haberlo terminado antes, pude verlo, pude hacer algo antes— Porchay suspiró y restregó sus ojos con sus dedos.—Es tan cansado, cuando estaba con él todos los días me sentía cansado, no sé, porqué siempre tenía miedo, pensaba en cómo podía hacer que no se molestará, no quería que se enojara, que no me ignorara, que- que nada saliera mal y...

Macau acariciaba su cuello, dándole suaves masajes en su espalda, que le provocaba cosquillas y le calentaba, tanto el corazón como la piel, y su rostro se coloreó un poco. Se desconcentró por un momento, olvidando lo que iba a decir.

—Me terminó un día, fue tan repentino, no recuerdo cuáles fueron sus razones, simplemente...— se encogió de hombros.—Me sentí destrozado, pensé que no podría seguir adelante sin él, me volví tan dependiente de Kim que me doy asco.

—Pero lo superaste, pudiste seguir adelante— Macau le tomó del mentón y le dió un beso en la mejilla.—No das asco, ángel, escúchame, solo caíste en un bucle de una relación donde dejaste de diferenciar entre el sufrimiento y el amor, estoy orgulloso de ti, pudiste salir de ese ciclo... lo único que necesitas saber es que no es tu culpa.

Porchay le miró y estiró sus labios en un puchero, uno que fue besado por Macau y el menor sonrió entre el beso, sintiendo un peso menos en sus hombros.

—¿Cómo te sientes conmigo?— preguntó Macau, peinando su cabello y quitándole el exceso de agua.—¿Si un día terminaras conmigo, estarías destrozado? ¿te sientes dependiente de mí?

—... no lo creo— Porchay lo pensó.—Es decir, no quiero que terminemos, me gustas muchísimo, la cosa es que... me dolería que no estemos juntos, lloraría, te extrañaría, pero no- no sería así... no me siento dependiente de ti, solo te extraño porque quiero extrañarte, me gustas por como eres, no lo siento como una obligación, no me obligo a quererte y siento confianza, puedo confiar en ti.

Macau le sonrió.—Me gusta, me gusta que sea así.

—¿Y tú? ¿cómo te sentirías...si terminamos?

El mayor se sentó dentro de la tina frente a Porchay, cruzando sus piernas y acercándose a Chay, tomando sus manos. No le importó mojarse la ropa, solo quería estar junto a su novio.

Ángel [MacauChay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora