¹⁵. algo más...

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Porchay frunció el ceño, sin poder entender lo que le dijo su novio.

—¿Qué?

Macau repitió.—No podemos ir.

—¿Por qué no?— el menor hizo un puchero.—Quería jugar de nuevo Mario Kart, y visitar a Grey.

—Porque es la semana de aniversario de Vegas y Pete— explicó.—No es mi asunto ver cómo se ponen como conejos en toda la casa.

—¿Y dónde te vas a quedar?— dijo preocupado.

—En estos días me quedo en mi casa.

—¿Tu casa-casa?

—Sí, mi casa-casa.

Porchay hizo un gesto pensativo, miró su casa y después miró a Macau de nuevo. El mayor solo lo tenía tomado de la cintura, acariciando sobre la tela.

—¿Podría visitar tu casa?— Chay preguntó.—Me causa curiosidad.

—¿Qué hay de tu hermano?

—P' no me dirá nada, le enviaré un mensaje de todas maneras— Porchay se colocó de nuevo el casco de la moto.—Dice que ya me estoy haciendo adulto, así que tengo más libertad.

—Ya empezarás a quedarte conmigo, no lo dudes.

Macau sonrió mientras lo ayudaba a subirse de nuevo a su moto.

🐣

—Es hermosa.

Era una pequeña casa, "pequeña" si es comparada con la casa de Vegas, era de color blanco, un pequeño patio y con grandes ventanas de cristal, pero el interior era amplio. Al entrar podías visualizar la sala de estar, después el comedor y al final del pasillo estaba la cocina, frente al comer estaba el baño y a los lados habían un par de habitaciones.

—Es una de las casas que tiene mi hermano, me la regaló de cumpleaños— Macau cerró la puerta y se quitó la chaqueta, dejándolo en el sillón.—Me gusta, pero la siento algo solitaria cuando vengo.

Porchay se desplomó sobre el cómodo sillón, soltando un gemido de placer exagerado, abrazando una almohada pequeña y cruzando sus piernas.

—¿Y ahora es solitaria?

—Claro que no, ahora estás aquí conmigo.

Macau se sentó junto a su novio, estrechándolo contra su cuerpo y apoyando su mejilla en su torso.

—Me gusta mucho este lugar, es muy cómodo y está limpio.

—Mi hermano contrató a unas personas para que limpien las casas una vez a la semana— respondió el mayor.—Ya había pasado mucho desde que no venía para acá.

—Lo malo es que no tenemos comida, ¿cierto?— bromeó Chay, acariciando su cabello.—¿pedimos delivery?

El mayor se retorció sobre su cuerpo, acomodándose para quedar frente a Porchay y mirarlo con una ceja alzada.

—¿Tienes hambre?— preguntó, sus dedos creando un caminito juguetón por su abdomen.

Porchay se retorció ante el contacto, encogiéndose en su lugar mientras soltaba una risa algo nerviosa.

El menor no lo había notado, pero ya habían pasado días en los que Macau era coqueto como de costumbre y Chay se encogía de su toque, se alejaba y se quejaba con ese lindo puchero que tiene.

Macau lo ha notado, así que ha tratado de no ser tan malditamente coqueto, aunque le cueste mucho, le fascina como su novio se sonroja y sus labios hacen pucheros, pero lo menos que quiere es que se sienta incómodo.

Ángel [MacauChay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora