Sasuke
Con Nara y su prometida fuera de peligro sólo restaba investigar cómo fue que cayeron en las manos de Madara.
Nos enteramos por la policía de que una diseñadora y su grupo de modistas fueron halladas sin vida en un local en el centro de la ciudad. Encontrar rastros de que Shikamaru y Temari eran también clientes allí fue sencillo.
Al llegar el lugar era un desastre, tres vidas perdidas, rastros de destrozos en el sitio, demasiadas huellas entre los delincuentes, policías y curiosos. Ninguna cámara de seguridad que nos sea útil.
Luego de que el dobe revisara los correos electrónicos de Nara encontramos cómo habían sido convocados. El remitente y la IP correspondiente a la amiga de mi novia, lo cual nos llevó directo a encontrar su casa también hecha trizas y ningún rastro de la chica. Otro golpe para Sakura y otra pieza que no encaja, si sólo la iban a usar para enviar ese mensaje, ¿por qué no matarla? ¿por qué llevársela con vida? O, acaso, ¿simplemente la asesinaron en otro sitio?
―¿Aún vamos a continuar con la reunión de Obito con Rin Nohara? ―estábamos debajo de la casa de Shikamaru, el sótano desde donde hemos estado operando todo este tiempo. Aún sin Nara debemos seguir con los planes― Ya estaba todo dispuesto para realizarla en dos días.
―Seguiremos adelante, Neji, en este punto nada nos hará retroceder ―ni siquiera la muerte de alguno de nosotros, la caída de Madara está cerca y eso es más importante que nuestras propias vidas.
Observo a los que están aquí, todos asienten con determinación.
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Temari
Te siento en mí, cada empuje que hace tu cuerpo contra el mío es glorioso. Mis piernas te abrazan exigiendo que sigas, que me penetres más duro, que te adentres más en mí para sentirnos como uno solo.
Observo la parte de nuestros cuerpos que está unida y luego levanto mi rostro para encontrarme con el tuyo mirándome a pesar de la oscuridad del cuarto que compartimos.
Mis uñas se clavan en tu espalda, las subo recorriendo tu piel hasta llegar a tu rostro para atraerte. Te reclamo... me reclamas... te hago mío.... ¡Te siento mío!
Y justo en ese culmen imágenes aterradoras vuelven a mi mente, golpes, sangre, frío, terror de perderte y abro mis ojos agitada.
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Shikamaru
―Parece que se me ha hecho costumbre eso de despertarme en un hospital.
―Bienvenido a la tierra de los vivos, señor Nara ―reconozco la voz de Kakashi Hatake con su inconfundible sentido de humor.
El dolor que siento por todo mi cuerpo es tan abrumador como la desesperación de estar en esta situación nuevamente.
―¿Temari?
―Ya despertó pero la volvimos a sedar, estaba muy alterada, es mejor tenerla así hasta que se recupere un poco más ―ahora es su amiga la que habla y noto la preocupación en su voz.
―Gracias, Sakura, si no fuera por usted... ―Por momentos siento que no hay aire en mis pulmones así que me callo.
―No se esfuerce en hablar, además ―baja la voz― a la que le debe le vida es a Temari.
Eso lo sé. Mi terca, mi mujer problemática, mi amor.
―¿Cuánto tiempo?
―Usted, por lo menos tres días más, ya pasó el peligro de la hipotermia pero tiene dos costillas rotas y heridas por todo su cuerpo. Temari ya mañana debe de estar en pie pero supongo que se negará a dejarlo. ―sonrío internamente― Como su médico a cargo lo voy a volver a sedar, al menos hasta mañana.
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Rin
Pedí tres días de permiso en mi empleo. Cuando iniciamos esta nueva vida con mi padre, y luego de tener a mi hermoso hijo, pude validar mis estudios en una universidad nocturna mientras trabajaba de día, hasta que logré mi sueño de ser médico. Decidimos mantener el bajo perfil por seguridad y desempeñarme en un pequeño centro de salud donde soy completamente feliz ayudando a las personas de la zona.
En mi casa me recogen dos agentes, en el vehículo al aeropuerto me entregan una identificación nueva, peluca y unas gafas grandes. Según me dicen vamos a viajar en un jet privado pero es mejor tomar todas las precauciones necesarias.
Mi corazón late desesperado cuando tocamos tierra en el País del Fuego.
Me escoltan a una sala con baño privado dentro del mismo aeropuerto, un lugar espacioso con un sofá de dos plazas, una pequeña nevera y un comedor central donde me tienen listo todo tipo de alimentos para no tener que salir de allí. Según me explican aquí pasaré la noche y regresaremos al sitio que ahora es mi hogar en las primeras horas de la mañana.
Después de revisar el lugar, y hasta probar la comida, los agentes salen dejándome sola con los miles de recuerdos que tengo en este país donde nací, tanto felices como dolorosos.
Lo importante para mí es que Obito vendrá a mí esta noche y no importa cuántos años han pasado, cuantas cosas han interferido en nuestras vidas, si logro volver a verte, mi amor, volveré a creer que los milagros existen.
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Madara
Primero fue la caída del negocio que me llevaba Kakuzu, luego hundieron mi negocio de drogas seguido de que todos los tipejos con los que ganaba gota a gota me devolvieran el dinero al mismo tiempo entrando a mis cuentas demasiados ceros y haciendo que el mierda gobierno me congelara el efectivo
Ahora me acaban de llamar para informarme que mágicamente la policía dio con la dirección exacta de la mayoría de mis prostíbulos, y lo peor, me confirman que Shikamaru Nara sobrevivió.
Ni siquiera la puta con peluca roja que está rebotando en mis bolas, gritando como si no se hubiera dado cuenta ya de que mi pene dejó de estar duro desde la última llamada me está sirviendo para distraerme.
―Ahh... siii... ¡que rico!
La recuesto contra mi hombro, tomo el cuchillo que está en la mesa y por fin escucho sus gritos por algo que vale la pena. Sentir como se derrama la sangre desde su cuello hasta mis piernas es medianamente placentero.
―¡Perra desgraciada! ―la muy pendeja se orinó encima mío mientras la degollaba, ni para morir servía.
Arrojo su cadáver al suelo donde pertenece y la escupo antes de subirme el pantalón.
De camino a la puerta agarro la cabeza del maldito guardaespaldas que vio el espectáculo y lo hago rebotar contra una pared.
Ya nadie sirve para nada, siento que me hundo y quiero que el mundo arda conmigo si llego a caer.
Sólo me falta que los cabrones que me han acompañado por años también me traicionen.
―¿Una noche difícil, Madara? ―me encuentro con mi sobrino en el pasillo.
―Cierra la puta boca, Obito, mientras me baño manda a alguien que saque la basura de mi estudio.
―Como digas, ya sabes, siempre estoy para servirte.
Hola a todos. Un capítulo super corto pero es para decirles que sigo, estoy volviendo a escribir y es por sus notas de aliento que aquí estoy.
Los quieroooo
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La Voluntad de Fuego
Fiksi Penggemar"El País del Viento quedó atrás pero el mal sigue cerniéndose sobre nosotros. Los interrogantes nos ahogan en la oscuridad y aunque todo parece complicado siempre hay una luz de esperanza. Estamos vivos y eso significa que mañana volveremos a pelea...