La Voluntad de Fuego

14. Y cada pieza debe encarjar en su lugar

Obito Uchiha

Llego a mi cuarto, justo en el sótano que es mi área de trabajo, de planificación, de mando sobre los bastardos que lidero. Me quito la pesada chaqueta y del bolsillo cae una fotografía. Una imagen que es imposible.

—Rin —un nombre que no he pronunciado desde hace tantos años se escapa de mis labios.

Se ve como ella, pero no la que tengo en mi memoria, esta mujer es una versión ya madura, una versión de Rin luego de veinte años pasados.

Atrás de la imagen hay una hora y una dirección.

«Debe ser una trampa» concluyo, arrugo la foto y la tiro en un rincón de mi cueva.

Recuerdo todo el dolor de mi cuerpo cuando desperté con quemaduras de tercer grado varios días después en el hospital. Recuerdo que no era más que un despojo humano lleno de tubos, unos que me ayudaban a respirar, otros por los que me inyectaban líquidos y otro para sacarlo.

Me dijeron que entre los escombros la policía había encontrado el cadáver de una mujer y el ADN la identificó como miembro de la familia Nohara. Al principio tuve mis dudas ya que su madre también estaba en la casa, pero estoy seguro de que si hubiera sobrevivido me habría contactado, no existía ninguna razón por la que no lo hiciera, ella me amaba, yo la adoraba.

«¿Y si no hubiera podido?»

—¡Mierda!

Vuelvo a buscar el maldito papel y lo estiro.

Es ella. No sé por qué estoy tan seguro. Es mi Rin y los datos son una trampa segura para asesinarme.

Pero... no se puede matar lo que no está vivo. He sido un cadáver ambulante por veinte años, es la primera vez que siento como me pesa el pecho como si de nuevo me latiera el corazón. Por saber de ella estoy dispuesto a que lo paren por completo.

---------

Shikamaru Nara

Cuando entro a mi sótano dos días después del golpe en la plataforma encuentro a todo el equipo planificando el siguiente movimiento.

Sasuke me había llamado para vernos a la media noche, pero este sitio, parece un hervidero de emociones. Al parecer el último golpe los hizo animarse y eso les da derecho de robarse mi propio lugar.

«Que fastidio»

No comparto su entusiasmo pero no voy a dejar que nada me desvíe de mi objetivo, ni siquiera yo mismo.

—Excelentes noticias, por fin apareció —dice Naruto entusiasmado, este tipo seguirá siendo un niño toda la vida.

—Y... ¿de quién exactamente estamos hablando? —saco las manos de mis bolsillos y las coloco en el escritorio central mirando a las pantallas.

La imagen de alguien que me parece vagamente familiar sale, este hombre está saliendo de un bar con un par de mujeres que lo rodean con sus brazos.

—Sé que ha pasado tiempo pero espero que no hayas olvidado a nuestro querido amigo Deidara —la voz de Neji es monótona pero en un tono letal, es difícil olvidar a quien casi te quita la vida.

—¿Esa foto es aquí? ¿En Konoha?

—Sí, supongo que se siente lo suficientemente confiado o...

—O quizá tiene algún negocio pendiente en la ciudad —termino.

Neji simplemente asiente sin dejar de mirar las pantallas.