Sai
Llegué a la mansión de mi jefe, Madara Uchiha, totalmente derrotado. Ubicada en un barrio lujoso y con el aspecto de un sitio común, no levantaría sospechas de todo lo que pasa en esa inmensa casa blanca, con tres pisos, grandes ventanales y hasta una fuente que completa la visión de tranquilidad. Nada mas opuesto a lo que realmente sucede allí.
Luego de un momento para calmarme, bajo al sótano que es donde permanecemos algunos de los que hacemos sus trabajos más sucios y donde tenemos las herramientas para atender bien a las pobres almas que traemos.
Aun no dejo de tener mil sensaciones al tiempo creadas cuando vi el rostro de esa mujer rubia, el vértigo, la fatiga, el miedo, la frustración, todo junto hizo que no pudiera terminar el trabajo que inicié con Sasuke Uchiha. Mientras bajo las escaleras me observo las manos, las mismas que en han torturado, golpeado y hasta asesinado. Cada acción conducida por una orden específica. Mis manos, manchadas de sangre en este momento no las reconozco.
¿Para quién he hecho todo eso?
¿Ha sido mi voluntad vivir así?
Hoy hasta mi nombre, Danzo, siento como extraño.
Hace unas semanas perdí mi memoria pero me explicaron que siempre he llevado esta vida y debe ser así por las habilidades de lucha que llevo tatuadas en cada pelea. Lo de obedecer órdenes siento que es tan normal como respirar, pero hoy dudo de todo por culpa de esas ojos azules que me persiguen cada vez que parpadeo.
Abajo está como siempre Obito esperando un reporte que por primera vez es negativo.
Está medio sentado en una mesa de madera, en la mitad de ese cuarto grande alumbrado solamente por una lámpara barata que cuelga del techo. Alrededor los demás están desparramados en sillas también de madera bebiendo y olvidando. Es normal cuando lo que haces para vivir implica un costo en vidas.
Cuando Obito está en este lugar suele dejar de lado la máscara que le cubre su rostro quemado, cicatrices tan profundas que lo único que logran es hacer visible el monstruo que hay dentro. Como siempre está afilando uno de sus preciados cuchillos con mango de marfil con los que le gusta hacer su trabajo.
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La Voluntad de Fuego
Fiksi Penggemar"El País del Viento quedó atrás pero el mal sigue cerniéndose sobre nosotros. Los interrogantes nos ahogan en la oscuridad y aunque todo parece complicado siempre hay una luz de esperanza. Estamos vivos y eso significa que mañana volveremos a pelea...