5. En el infierno

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Les advierto que este capítulo puede herir susceptibilidades. Es duro pero quería hacerlo para que entiendan lo que esta pasando con Sai, para que experimenten lo que le ha tocado vivir.

Sin mas, aquí está


Sai

Gracias al efecto de lo que me inyectaron estoy concentrado de nuevo, casi relajado, la necesidad de estar cerca de esa mujer desaparece, pero me aferro a la sensación que me produjo ella, la retengo en lo profundo para que nadie me la pueda quitar.

Luego de una hora ya estamos sobrevolando El País del Rayo. El trayecto me dio la oportunidad de leer el expediente del hombre que venimos a buscar.

Al parecer este tipo fue alguna vez el dueño de uno de los mejores restaurantes de Konoha, por alguna razón empezó a decaer su negocio, fue entonces que se le ocurrió la gran idea de pedir dinero prestado a Madara Uchiha

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Al parecer este tipo fue alguna vez el dueño de uno de los mejores restaurantes de Konoha, por alguna razón empezó a decaer su negocio, fue entonces que se le ocurrió la gran idea de pedir dinero prestado a Madara Uchiha. Era demasiado dinero, mucho riesgo y con todo lo que ha traído la globalización su restaurante fracasó. Era una idea demasiado tradicional para los gustos de hoy en día.

Sin tantos ingresos empezó a dejar de pagar las cuotas poco a poco, hasta que la misma deuda lo consumió. Fue entonces cuando huyó con su hija a este país sin saber que una decisión desesperada puede convertirse en el último error de una vida.

Hasta lástima me da la foto familiar que encuentro en el expediente pero aún el señor Teuchi tiene la posibilidad de haber conseguido milagrosamente el dinero.

Hasta lástima me da la foto familiar que encuentro en el expediente pero aún el señor Teuchi tiene la posibilidad de haber conseguido milagrosamente el dinero

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Descendemos a pocos kilómetros de la ciudad resguardados aún por la oscuridad. Se esconden en una casa a las afueras de esta, otro grave error. Aislarse sólo hace que nuestro trabajo sea más sencillo.

Un simple equipo de siete, conmigo a la cabeza. Rodeamos la casa dejando dos eficaces francotiradores en sitios elevados para vigilar en lados opuestos. Dos entrarán por la puerta de atrás y tres vamos por el frente. No esperamos tener resistencia pero siempre es mejor hacer las cosas con precaución.

La Voluntad de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora