𝗹𝘆𝘂𝗱𝗶 𝗶𝗻𝘃𝗮𝗹𝗶𝗱𝘆 ︙ 𝗿𝗮𝗻𝗹𝗲𝘆.

07.

trágicamente hermoso.

eran las palabras adecuadas con las que nahoya podría explicar el mar de sentimientos que azotaban su mente y corazón en ese preciso momento. inmensas olas de desconcierto, impresión, vergüenza y posiblemente pánico.

un escalofrío recorrió todo su cuerpo cuándo de los labios agrietados de ran salió su nombre, su voz aún más gruesa y grave que cuándo alguna vez le habló en el pasado. sus ojos morados tan profundos mirándole con seriedad y un toque de enojo que era afianzado por el ceño fruncido del más alto.

aún luego de tanto tiempo podía sentir sus labios recorrer aún su piel, sus caderas siendo tomadas con fuerza por el haitani y sus dientes mordiendo y marcando buscando quedarse tatuado en su piel, grabar que ran haitani era el único que podía volverlo loco con unas cuantas palabras y acciones. su respiración caliente y agitada cerca de su rostro, admirando lo precioso que se veía esa noche y siempre, aún podía sentirlo dentro suyo aún cuándo habían pasado tanto años desde ese encuentro.

la boca de él murmurando encima de su boca palabras de amor y deseo, bocas que jugaban entre sí uniendo sus salivas, semen que probablemente era el de ran, lágrimas de placer y éxtasis. besos que demostraban el intenso amor que ambos sentían pero nunca habían admitido o hablado, la calidez de sus cuerpos siendo uno. la noche y la luna siendo testigos de jóvenes amantes que deseaban gritarse en acciones que se pertenecían.

las manos de nahoya temblaron inconscientes cerrando la puerta tan pronto como fue abierta golpeando a ran en la nariz. ¡santa mierda! ¿¡qué mierda hacía él allí?! ¿¡y cómo mierda sabía que vivía ahí?!

cuándo kirin cumplió los cuatro añitos se mudó de dónde vivía con souta alquilando un departamento para él solo y la pequeña, la renta era algo que odiaba pero no podía quejarse debía pagar sí o sí. era momento de independizarse y dejar de molestar a souta aunque él negara que su hermano fuera una molestia. el dinero era un tema serio y delicado para nahoya. no pudo estudiar y ahora trabajaba cómo bailarín.

volviendo al presente no sabía que hacer ahora. afuera estaba el hombre que posiblemente era su peor y mayor debilidad y a unos cuantos pasos estaba la hija de él. hija que escondió por muchos años hasta que los haitanis supieron de su existencia, no por boca de rindō si no de la prensa amarillista de mierda que publicó un nota asegurando que era hija de ran aunque no había foto de la niña, simplemente letras que gritaban un 'créame por favor, tengo hambre y quiero comer'.

¿qué coños hará ahora? ¿fugarse por la ventana? era una buena idea.. ¿realmente estaba considerando siquiera el fugarse por la ventana cuándo estaba en un décimo piso? ya tráiganle un psiquiatra por qué se volvió completamente loco.

ran por su parte gruñó cuándo la puerta golpeó su perfecta nariz y la sangre empezó a salir de esta como si fuese un jodido río rojo.

sus dedos manchados de sangre anunciando que nahoya aún seguía siendo un brusco que actúa como un crío y decidió golpear nuevamente la puerta buscando – realmente esperaba – que le abriera la puerta.