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― no quiero ni pensar qué estarán haciendo nahoya y ran en estos momentos. ― habló rindō llevándose a la boca la uva que tenía entre sus dedos.― capaz matándose o capaz ran vengándose por sus humillaciones.
― ¡no digas eso, rindō! ¡no vuelvas a repetir eso ni en broma!― exclamó souta mirándole con el ceño fruncido, sus rosáceos y finos labios en una mueca. ― tu hermano dijo que sería una cita romántica. donde hablarían, no mencionó nada de eso.
una caraja escapó de los labios del mayor mirando a su pareja con su sonrisa burlesca decoradno su rostro, golpeó el planchon de la cocina por el ataque de risa que lo invadió, nunca pensó que su chico fuera tan fácil de asustar y él amaba molestarlo en ocasiones.
― ¿en.. enserio crees que están en una cita romántica? ― preguntó mirándolo sin borrar su sonrisita relamiendo sus labios secos.― eres muy lindo, cariño. tan tierno y ingenuo.
rindō jamás esperó que su novio golpeara con fuerza su brazo, dejándolo impresionado por la fuerza que ejerció, su rostro sonrojado contrastaba con su fuerza. de pronto su sonrisa desapareció y dejó paso a un rostro más estoico, casi sin emociones, solamente sus ojos violetas brillantes. él.. él era perfecto, la manera en que sus emociones contrastaban, o como pasaba de un ángel que no rompe un plato a un chico que no mide su fuerza.
― ¡claro que en una cita romántica! ― exclamó mirando con enojo a rindō. ― una cita, normal, de flores y chocolates. vino, rosas, no sé. ― suspiró caminando hasta el ventanal mirando con recelo a los que custodiaban la entrada de aquella mansión. aún le incomodaba ver a tipos altos con grandes rifles por ahí. ― ¿ran ha tenido novios anteriormente o siempre tuvo esa idea de estar con nahoya?
la pregunta enmudeció a rindō, su vista se fijó en la cerámica blanca, tan brillante. relamió su labio inferior tomando otra uva entre sus dedos pensando en una buena respuesta, este tipo de temas son... mmm, algo delicados por así llamarlos.
― ran.. él siempre ha estado enamorado de tu hermano. ― habló firme, haciendo una mueca de concentración.― creo que su gusto empeoró aquella vez que lo rechazó públicamente, ran nunca había sido rechazado por nadie, no es normal que nos rechacen, no es por ser egocéntrico pero ¿quién en su sano juicio rechaza a unos potenciales alfas como los haitanis?, nadie, no es normal. ― explicó llevando la uva a su boca, masticándola y tragándola.― pero a ustedes no les importó en ningún momento rechazarnos públicamente.
― aún puedo recordar ese día. ― murmuró souta mordiendo su labio inferior.― no pensé que aún ustedes se recordaran de nosotros. nahoya dejó en claro todo y pensé que sería el cierre de ese capítulo pero míranos, años después cumpliste tu capricho de salir conmigo.
― amor, nahoya puede ser tu hermano y lo que tú quieras, pero él no tiene el poder de decidir que hacemos o dejamos de hacer. ― habló caminando hasta quedar detrás de souta, rodeando la cadera de él con sus brazos. ― y nosotros decidimos que ustedes serían nuestros novios. así de fácil y yo jamás me olvidaría de ese precioso omega chillón.
