𝟬𝟰.

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qué grato recuerdo es el día dónde nahoya soñó que ran gustaba de souta

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qué grato recuerdo es el día dónde nahoya soñó que ran gustaba de souta. era algo que su círculo social, hermano y hasta novio bromeaban cada que podían recordando lo humillante que fue para el gemelo mayor de meguro pensar y creer que ran estaba interesado sentimentalmente con el ogro azul.

realmente no quería ser celoso ¡pero era imposible cuándo sueñas que tu novio te es infiel con tu hermano gemelo!

el soñarse que su lindo novio estaba enamorado de souta era algo que le calaba hasta los huesos y los tuétanos, lo cabreada al punto que quería patear a su bonito novio aunque este no tuviera la culpa de su sueño. o bueno no tuviera tooda la culpa. fue un sueño, sí, pero bien dicen que los sueños se cumplen y algunos te advierten lo que sucederá más adelante y nahoya estaba seguro que era un tipo de advertencia para tratar de que su ran no mirara con otros ojos a souta el cuál estaba de novios con rindō. estaba siendo... muy paranoico.

últimamente los veía más amistosos que de costumbre, hablaban más y interactuaban más. incluso escuchó a souta invitar a ran a jugar ghost of tsushima. ¡se suponía que ambos lo jugarían solos! estaba putamente loco y celoso.

despertarse cabreado era algo bastante común en el pelinaranja desde que tuvo que regresar a clases pero esta semana estaba libre de ir a la tediosa escuela y pensaba en compartirlo junto a su hermano y novio pero estaba ya todo jodido. día de mierda, sueño de mierda, enojo de mierda.

― ¡buenos días, cariño! ― la voz de ran inundó la habitación captando la atención del menor. ― llegué hace unos minutos y souta me abrió la puerta. pasé a la panadería para comprarte unas cositas.

nahoya a lo largo de su vida siempre tuvo los ojos entrecerrados, veía bien pero era casi imposible verle con los ojos abiertos y hoy estaba sucediendo. los ojos naranjas del chico se posaron en los violetas del mayor causando en él una pequeña risa.

― mmh.. buenos días. ― masculló sin mucha fuerza terminando de acomodar su pijama que estaba mal acomodada, no había ninguna sonrisa en su rostro. ― ¿y? ¿ya se hablaron y ya jugaron?

― ¿mmh? ¿quiénes, amor? ― caminó hasta quedar cerca del menor y beso su frentecita, aspirando el olor a melocotón y leche, amaba el olor tan suave y delicado de su chico. ― siempre amo cuándo abre tus ojitos y me miras, siento maripositas.

― tú y souta. ― no quería ser grosero pero realmente estaba molesto con él y consigo mismo por soñar tonterías. ― no que muy amigos, muy cercanos.

― oh, sí, sí. tomamos el café juntos esperando que despertaras, charlamos un tanto. subí cuándo llegué y aún estabas durmiendo. ―

una pequeña vena se marcó en la mejilla de nahoya cuándo las palabras del mayor llegaron a su oído y no dudó ni un segundo en agarrar la almohada y golpear directamente el rostro de su novio. groserías salían de su boca en pequeños susurros, groserías dirigidas al haitani, a él y a la vida en sí.

― ¡eres un imbécil! ¡un tonto! ¡un cara linda! ― por cada golpe en la cara del rubio soltaba una grosería soltaba. ¿y ran? ran se había perdido cuándo sintió el primer almohadazo. ― ¿¡por qué soñé que me estabas siendo infiel con souta!? ¡¿ah!? ¿¡te gusta souta?! ¡contéstame!

las grandes manos del haitani tomaron la almohada con la que estaba siendo golpeados y la dejó en la cama rodeando el cuerpo del gemelo que pataleaba entre sus brazos aún exigiendo respuestas.

― ¡cálmate, naho! ― ran estaba a nada de reírse por lo que decía su novio pero sabía que sería peor si este tan siquiera hacía algo que terminara de cabrear peor al chico. ― ¡no me gusta souta! ¡fue un sueño!

― ¡sueño mis pelotas! ¡suéltame que te rompo tu cara linda! ― entre forcejeos acabaron acostados encima de la cama, nahoya debajo de ran con las piernas abiertas y él acomodado entre estas. ― quítate de encima, haitani.

― cálmate, mi niño.. recuerda respirar. ― las suaves manos de ran acariciaron las mejillas de su omega repartiendo besos por su cuello, soltando feromonas para tranquilizarlo. ― ¿me puedes explicar que sucedió?

nahoya podría jurar que ran era el único que tenía la capacidad enorme de tranquilizarlo y amarlo tal cuál era. su personalidad explosiva era relajada por la serenidad de la personalidad de ran.

― so-soñé que.. qué te gustaba souta y me dejabas por él. ― suspiró sintiendo los besos en su piel y la calma que le trasmitía las feromonas. ―

― ¿y por qué crees que eso pasaría? ¿mmh? ― su nariz acariciaba la aún caliente piel del melocotón. ―

― tenemos la misma cara, capaz y mismo cuerpo.. fácilmente podría gustarte él.. ― los dedos de nahoya se dedicaron acariciar las hebras tranzadas de ran. ―

― pero él no es nahoya. pueden tener la misma cara pero él no y jamás será el amor de mi vida. ― tranquilizó murmurando encima de los labios de nahoya. bendito sea ese niño celoso. ―

 ―

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𝗹𝘆𝘂𝗱𝗶 𝗶𝗻𝘃𝗮𝗹𝗶𝗱𝘆 ︙ 𝗿𝗮𝗻𝗹𝗲𝘆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora