Mi Amado Problema. (Problemáticos #2)

45- Desahogo y una noticia.

Les recomiendo poner está música mientras leen el cap, yo la escuchaba mientras lo escribía:')

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Emma Jhonson.

Viernes y miro caer la lluvia a través de mi ventana, mientras espero llenarme de fuerza para levantarme de la cama y empezar el día.

Mi teléfono ha sonado varias veces, tuve que poner cinco alarmas para despertarme, la ultima hizo efecto en mi cerebro, más no en mi cuerpo, ya que mi cuerpo no reacciona, no quiere levantarse, nada más en pensar que debo enfrentar un nuevo día, plantearme que haré en veinticuatro horas, y tratar de ser productiva en todas esas horas solo me hastía, me genera una crisis existencial que hace crecer mi ansiedad y mi ganas de querer seguir en la cama.

Finalmente luego de media hora peleando conmigo misma, me obligué a levantarme, me duché, me hice un lindo peinado que vi en Tiktok, me puse unos jeans negros, un suéter morado y unos botines negros, tomé mi bolso, metí lo necesario para el día de hoy, por ultimo metí mi teléfono poniéndolo en silencio, y salí. Mi tía no estaba en casa así que solo fui al garaje, abordé mi auto, lo encendí y me marché mientras aun llovía.

En el camino iba escuchando Arcade de Duncan Laurence, mientras sentía mi corazón romperse por la letra de aquella canción. Recordé entonces lo difícil que ha sido para mí todo estos años, y entre tantos pensamientos me puse a buscar el punto de quiebre, esa grieta que dio comienzo a tanto dolor, tantas decepciones, tanto odio, tantas catástrofes.

Y así, llegué a aquel sitio, sitio que nunca visité luego de que Elizabeth se marchara de casa. Me encontraba precisamente frente a esa casa, la casa donde a los ocho años se me arrebató la felicidad. Bajé del auto sin importar que aun hubieran gotas cayendo y me empapaban la ropa, mis muros se caían mientras daba más pasos. La casa se veía vacía y sola, tal como la dejó Elizabeth ese día que se fue.

Llegué hasta la puerta blanca que daba entrada a la casa y a pesar de saber que no había nadie toqué, quizás con la esperanza de escuchar la voz de mi padre decir, "No estamos", como acostumbraba a decir cada que alguien tocaba la puerta. El pecho se me estrujó solo de pensar en eso.

-Solo era una niña Elizabeth. -susurré con un fuerte dolor envolviéndome el cuerpo. Los pulmones me ardían con lo agitada que empezó a tornarse mi respiración. Que dolor.

Quise probar algo, y era buscando esa llave en la maseta del jardín que papá nos dejó un día, por si Emilia se quedaba fuera cuando llegara de la escuela. Busqué y en efecto la encontré, no pensé que después de tanto tiempo aun estuviera ahí. Abrí la puerta y tomando aire para calmarme entré.

No había nada. Una casa vacía con paredes pintadas de color crema, recuerdo las fotos que solían estar colocadas en la pared, los adornos que Elizabeth nunca dejaba que tocáramos por miedo a que los rompiéramos y aquel mueble que solía ser muy cómodo, Emilia y yo siempre nos sentábamos con papá a ver películas mientras Elizabeth hacía la cena. Recuerdo que todo parecía ser pacífico y feliz, y me hace pensar que de parte de Emilia y mía siempre nos sentimos así, pero nunca notamos el caos que envolvía a nuestros padres, y que era algo ilógico que notáramos a tan solo ocho y once años. Quizás ambas seríamos egoístas al culpar a nuestros padres por todas nuestras desgracias cuando ellos también vivieron las suyas, pero hay muchas cosas que no se les pueden justificar, éramos solo niñas que los necesitábamos a ambos, Elizabeth se marchó y nunca volvió a vernos, y papá se dejó vencer sin pensar que lo íbamos a necesitar.

Sin darme cuenta, lágrimas corrían por mis mejillas y el dolor me avasallaba hasta los huesos. A pasos lentos subí las escaleras para llegar hasta la habitación en donde Elizabeth se despidió de mí. Y allí me derrumbé, el dolor me dobló hasta hacerme caer y lo dejé salir todo.