Terco Corazón ~ GaaNaru ~ BoruShin ~

Incierto

—Qué demonios quieres Gaara? — Naruto en verdad estaba indignado ya que todo el dolor volvía a él.
— Tenemos que hablar Naruto

—¿En serio? — dijo el rubio en un molesto tono burlista — Que cosas ¿no? Justo cuando no deseo ni oirte nombrar, a tí se te ocurre hablar.

— Naruto, por dios. Es importante.
—¡No Gaara! ¡No lo es! ¡Cuando tuviste la oportunidad no solo de hablar sino de ser sincero no lo hiciste!

— Naruto yo....
— No, ya no me importa nada de tí....maldito ¡Maldito!

Gaara quiso tocarlo pero Naruto lo esquivo mientras rugía:
—¡No! ¡No me toques! ¡Me das asco!
—¡Es importante! ¡Tenemos sí o sí que hablar!
— Jamás volveré a escuchar tus mentiras ¿oíste? ¡Jamás!

Sasuke entraba en esos momentos con gran preocupación. Se le acercó a Naruto diciendole, mientras lo sujetaba del brazo:

— Oye, deja de hacer numeritos o llamarás la atención de todos.
— Sasuke, no te metas, maldita sea — contestó un duro Naruto

— Soy tu manager y editor, y si no quieres salir en la tapa de los diarios y revistas mañana será mejor que te relajes Naruto.

— Es ese caso aléjalo de mi vista y de mis hijos por favor — respondió el rubio señalando a Gaara.

—¿Tus hijos? — exclamó el pelirojo — ¿Acaso tuviste otros hijos además de Boruto? ¿Estás casado?

— Eso no es de tu incumbencia maldita basura
— Naruto por dios — suplicó Sasuke — Recuerda quién eres ¿en serio deseas hacer un escandalo?

Sin responder nada el rubio se alejó de ese sector para respirar profundo, y recuperar la compostura.

—¿Quiénes son los hijos de Naruto aparte de Boruto? — quiso saber Gaara pero Sasuke lo miró con frialdad.

— Abogado Sabaku mantenga las distancias, ya escuchó a Naruto.

— Es una figura pública, puedo averiguarlo y no sería ilegal.

— Mientras no se vuelva un acosador, sabe a qué me refiero.

Inmediatamente Sasuke salió de allí siguiendo a Naruto, quien actuaba como si nada habría pasado. Pero en verdad se sentía histérico.

Llamó a los gemelos y les ordenó quedarse cerca suyo al sentir de repente intensos miedos de perderlos, ahora que Gaara rondaba cerca.

Desde lejos Gaara contempló a los gemelos, y su corazón empezó a latir a mil por segundos. Se acercó a su amigo Sai, quien lo había llevado allí, y le preguntó por esos niños.

— Son los hijos del autor de mi saga favorita.
—¿Cómo se llaman?
— Neji y Denki Uzumaki, tienen diez años.

Al oír ésto no pudo evitar de temblar. ¿Diez años? Ambos eran pelirojos, y tenían los ojos color turquesa verdosos, igual que los suyos. Gaara tuvo que sujetarse se la pared para no caerse.

— Gaara ¿estás bien?— quiso saber un preocupado Sai - Estás pálido.
—Si, si...estoy bien. Solo necesito aire fresco. Disculpame Sai.

Sin decir más, el pelirojo se fue a la terraza donde respiró bocanadas de aire fresco. Necesitaba retomar el control.

No puede ser cierto, esos niños no pueden ser mis hijos ¿o sí? A decir verdad no se parecen en nada a Naruto. Pero....diez años. El tiempo exacto. Maldición. Naruto tú...estabas embarazado ¿verdad....mi amor?

Sai lo alejó de su pensamientos, estaba a su lado mirándolo con preocupación. Cuando el azabache empezó a acariciarlo, Gaara se alejó de ese roce.

—¿Qué sucede amor?— preguntó Sai — Estás alteradisimo ¿qué pasa?
— Nada, solo estoy cansado Sai. Fue un largo día ¿sabes?
—Si quieres podemos irnos de aquí. Después de todo ya tengo el nuevo libro de Naruto autografiado.

Sai volvía a acariciarlo con sensual posesividad. Colocó su mano bajo los pantalones de Gaara, acariciandole su miembro sobre los boxers.

El pelirojo cerró sus ojos ya que en esos momentos no sentía ganas de hacerlo con Sai. Pero su posesivo novio además era en extremo terco.

—Vamos a mi departamemto amor— prosiguió Sai.
— No, hoy no....
—Si, hoy sí Gaara. Nos vamos - respondió Sai con tono autoritario.

El pelirojo suspiró hondo y profundo, mientras era arrastrado por su novio lejos de allí. Vió a Naruto junto a sus tres hijos y a Sasuke reír con felicidad, y se juró a sí mismo que ésta vez no lo dejaría ir.

Ya sabía cómo averiguar todo lo que necesitaba saber sobre su amado dorado. En tanto Sai se lo llevaba hacia su limousina, en donde empezó a besarlo con salvaje posesividad mientras se dirigían a su lujoso departamento.

— Sai....no....
— No me rechaces Gaara, nunca lo hagas mi amor.
— Sai....entiende que...
— Mío, eres mío Gaara. Es lo único que entiendo. Y lo único que tú debes aceptar.

Sus voraces dedos le desprendieron la camisa roja para acariciar su torax, sin dejarlo respirar debido a sus salvajes besos.

Las manos de Sai acariciaron la entrepierna de Gaara excitándolo a más no poder, consiguiendo lo que tanto deseaba. Lograr que su pelirojo novio tenga la mente en blanco, con una única idea. Tener sexo con Sai hasta perder el sentido.

No supo en qué momento acabó en la cama de Sai penetrándolo con violencia. Con cada embestida Sai lanzaba gemidos de placer, le encantaba tener al pelirojo en su interior.