Corazón Sangrante

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Sai no iba aceptar que el adios de Gaara ese pelirojo era suyo y de nadie más. Pero actuaría inteligentemente. Le dijo a Gaara lo que quería  escuchar.  Eso le daría tiempo y vía libre para planear su venganza.

En tanto Naruto, ignorante de la existencia de Sai, se dedicaba a su labor de escritor intentando mantenerse lo más alejado posible de Gaara.

Suficiente tenía durante las noches al tener que soportar sus abrazos por la fuerza. Gaara no hacía nada de lo que él desearía que hiciese.

Esa tarde vió a Gaara junto a una chica en el parque reír felíz mientras los gemelos se divertían en los juegos.

Naruto apretó los labios de furia ya que ardía de celos. Pero usó su máxima voluntad para parecer indiferente, y acercarse a sus pequeños.

Ellos, al verlo, se avalanzaron a él felices como solían ser siempre.
— ¡Papá! — dijeron a coro perdiendose en sus brazos
— Mis pequeños bebés. Vengan conmigo, regresemos a casa.

Gaara se despidió de su amiga y se les unió.
— ¡Gaara! ¡Volvemos a casa! — dijeron a coro ambos.

El pelirojo supo ganarse el cariño de los pequeños en poco tiempo. Ésto molestaba al rubio debido a que se sentía desplazado y con temor de perderlos.

— ¿Tan pronto? — dijo Gaara — Podríamos quedarnos un rato más, o ir a otro sitio.
—¡Si! — dijeron entusiasmados los gemelos

Pero Naruto se negó, suficiente tiempo habían pasado ya con Gaara para su gusto. Sentía que debía alejarlos de ese traidor.

— No, es demasiado ya
— Papá solo pasó una hora — dijo Neji
— Siempre nos quedamos más de dos horas — protestó Denki

—No esta vez niños suban al auto ahora mismo.

Cuando quedaron solos Gaara lo sujetó del brazo con fuerza y le susurró:
— No estés tan a la defensiva Naruto, después de todo también son mis hijos.

—Ahora dices eso ¿eh? — el rubio se hizo soltar con furia — Pero durante  once años no te importó nada de nada.

— Te busqué por todas partes Naruto, nunca debiste irte del país así.
—Solo déjanos en paz y sigue tu vida maldito traidor.

— Estás provocando mi ira Naruto, perderás a los niños. Puedo quitartelos legalmente, después de todo llevo las de ganar y lo sabes.

— Vaya ¿y así pretendes recuperarme?  No lo estás logrando Gaara.
— Me estoy dando por vencido Naruto.

— Tan típico de tí, tirarme a la calle como basura. Sabía que no debía confiar en alguien como tú.

— Maldita sea Naruto, te amo pero no cooperas para que lo nuestro funcione.
— Tú no amas a nadie Gaara. Jamás demostraste amor ni nada.

—¿En serio lo dices?
— Por supuesto. Dijiste que nos cuidarías y nos traicionaste. Volviste a decir que nos cuidarías y tiraste la toalla ante el primer problema.

Naruto estaba muy dolido con la reacción de Gaara. Había creído que ya no seguiría intentando buscar la tenencia legal de los gemelos. Pero se equivocaba. Con infinita tristeza subió a la limousina seguido de Gaara. Una vez dentro dijo:

— Ustedes vayan a donde gusten, yo debo volver a casa. Tengo que trabajar en mi nuevo libro.

—¿En serio papá? — preguntaron entusiasmados los gemelos
— Si
—¡Viva! ¿Dónde iremos tío Gaara?

Gaara miraba a Naruto quien se limitó a mirar por la ventana.

Tiras la toalla conmigo porque te sobran amantes, maldito infiel.

Terco Corazón ~ GaaNaru ~ BoruShin ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora