Sandara caminaba de un lado a otro, desesperada revisaba su teléfono una y otra vez. Junkyu no respondía sus llamadas desde en la tarde y ahora no entraba ninguna llamada ni algún mensaje. Al principio pensó con la cabeza fría que su pequeño seguramente se había quedado sin pila o que Haruto lo había llevado a algún lugar donde no había señal, pero las especulaciones locas de sus hijos y sumando que Haruto tampoco respondía el teléfono, la llevaron a la desesperación y a creer en todas las locuras de sus hijos y su esposo.
— ¡¿Ya te respondió?! — gritó Sandara al ver a Junghwan acercarse.
— Nadie responde. Ni siquiera me contestan en la casa de Haruto. — respondió el menor.
— ¡Les dije que Junkyu no debía ir a ningún lado! — replicó Jihoon. — Él está bien sólo cuando está con nosotros.
Sandara se dejó caer sentándose sobre el sofá. Ahora estaba más asustada que nunca, ¿dónde estaba su Junkyu? ¿Le había pasado algo? Jamás se lo iba a perdonar si a su niño le pasara algo.
.
— Haruto... Me duele, por favor detente... — sollozaba el castaño intentando contener sus lágrimas, que sólo provocaban más ardor en sus mejillas raspadas.
— Yo sé que te duele, pero tengo que limpiar tus raspones. — respondió el otro pasando un pequeño paño de tela húmedo sobre su raspón en la rodilla.
— Pero duele... No quiero...
Haruto levantó la mirada y se arrodilló enfrente del otro.
— Perdón por ser tan llorón... — susurró.
— Perdóname tú a mí. — el japonés tomó sus manos, que tenían pequeños rasponcitos que apenas le dolían al otro. — Perdóname por ser un completo imbecil contigo. Por gritarte y tratarte de la manera en que lo hice. Estaba tan enojado de no poder tener un momento a solas contigo que no me controlé. No me justifico, es mi culpa haber actuado así y tú no tenías la culpa de nada. Junkyu, por favor perdóname, por favor no te vayas, no ahora, quédate aquí y regresemos juntos a Corea la siguiente semana.
Junkyu sonrió en respuesta.
— Está bien, te perdono. También discúlpame a mí, no debí interrumpir tanto. Mis hermanos... Pueden llegar a ser demasiado exagerados.
— Hablando de ellos, no te han llamado.
Junkyu alcanzó su sudadera y tomó su celular, el cual estaba completamente descompuesto por el golpe que se había dado y sin contar que se había mojado a pesar de haber sido abrigado por la sudadera de Haruto.
Haruto tomó su teléfono y se lo entregó.
— ¿Por qué no les llamas? Ahora regreso, me daré una ducha y luego irás tú, ¿está bien? — Junkyu asintió tomando el teléfono del otro. Seguramente sus hermanos estaban echos un lío en ese momento y no se diga su padre.
Haruto salió de la habitación, topandose con sus tres hermanas quienes aparentaba limpiar un mismo jarrón.
— Ya sé que estaban escuchando. — dijo cruzándose de brazos.
— Íbamos llegando. — justificó Jennie. — Entonces... ¿Qué pasó?
— ¿Se pelearon? — preguntó Bom.
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El alfa "Perfecto" - [HaruKyu]
FanfictionJunkyu es el único hijo omega de una familia de sólo alfas. Haruto no tenía idea de los problemas que eso traería. -HaruKyu -Haruto: alfa Junkyu: omega - Historia completamente de mi autoria. ❤️Espero que te guste.