【 𝟏𝟕 】

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En un cuarto de máquinas se encontraba sentada una dichosa joven, frente a ella había un escritorio con una pantalla, sus oídos estaban tapados por unos audífonos, en su mano sostenía una máquina, la pasaba por la pantalla, su vista no se despegaba de la imagen, escuchaba pequeños pitidos que soltaba, luego vio como la máquina se apagaba, soltó un suspiro y se dejó apoyar por la silla.

Por otro lado un hombre miraba atentamente los frascos de líquido azul, dentro de esos frascos había cuerpos de niños con esas flores rojas, sus ojos de color cobre miraban los frascos, sostenía su teléfono en una llamada, su rostro era completamente serio.

— Finalmente, hemos recuperado los restos de Lord Bayon.

—¿No fuiste capaz de localizar los cuerpos de sus sirvientes? ¿Dónde están?—cuestiona.

—Sí, están hundidos en aguas profundas.

—¿Y?

—Tampoco hemos localizado los cuerpos de los niños ganado.

—Qué extraño...Bayon debió haberlos cazado—comento fríamente—. Buen trabajo, es hora de dejar Goldy Pond atrás, tus órdenes serán: Busca a fondo en los alrededores.

Pronto entro un hombre de bata blanca con una tableta.

—Señor, ha terminado la prueba—comento.

—¿Y?

—Resultado perfecto, incluso subimos el nivel de dificultad—comento.

El albino sonrió, se dio vuelta con seriedad, camino hacia la puerta seguido del hombre de bata, los pasillos grises adornaban el lugar, llego a una puerta blanca donde enfrente estaban dos hombres armados, al ver al jefe le dieron paso, ya dentro de la enorme habitación blanca, este visualizo a una joven que leía un libro cómodamente posada en un sofá, esta alzo la vista y dejo su libro.

—¿Sucede algo señor?—pregunta educadamente.

—Nada, vienes conmigo, quiero mostrarte algo interesante—sonrió con malicia.

La joven estaba insegura, se levantó y siguió al dichoso hombre, por los pasillos todos hacían reverencias, la chica seguía con la mirada al frente sin darle importancia a la mirada de aquel sujeto.

Llegaron a una puerta, en ella había un hombre robusto de traje negro, intercambiaron palabras, la menor los miro sin entender al darse cuenta de que iban al exterior, luego al caminar unos metros miro como había personas arrodilladas, amarradas de las manos, personas armadas les apuntaban, la chica entro en pánico.

Aquellos que honraron el último deseo de Minerva se encontraban así.

—¿Los atrapamos a todos?—pregunto seriamente.

—Sí.

—Qué valor tienen ustedes los traidores...arrastrándose dentro de mi propia casa como una plaga de gusanos.

La chica a su lado los miraba con pánico y dolor, hombres con trajes negros apuntaban a su cabeza, miro al albino.

—Háganlo.

Los disparos sonaron, la sangre salpicada y los cuerpos ensangrentados caían al suelo, la menor miraba con miedo, frustración y enojo esa escena, pero tan solo era una niña.

Presente Marzo 2046

El hombre miraba a una joven sentada en una silla, detrás de ella hombres con trajes negros, esta estaba quieta con un ceño levemente fruncido.

𝐌 𝐈 𝐍 𝐄 𝐑 𝐕 𝐀 | RayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora