𝐌 𝐈 𝐍 𝐄 𝐑 𝐕 𝐀 | Ray

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Las madres dentro de la sede comentaban y susurraban chismes, eso llego a oídos de la joven albina la cual mostraba una pequeña molestia, aunque en sus adentros se enorgullecía de que las cosas salieran tal cual lo planeado.

—Cuídate de Matilda, 60684—comento la albina—. Ella era la asistente de la Abuela Sarah, ella seguramente pensara en derrocarte, tiene conexiones con las demás hermanas y madres, usara eso a su favor para hacerte caer.

—Entiendo, quieren tener el control—murmuro Isabella.

—Pero te subestiman, no mejor dicho, saben que no cometes un error, saben que la abuela tenía un trato preferencial hacia ti, Matilda tiene el control de las demás, pero...tú me tienes a mí, soy la pieza clave, ¿lo ves?

—Ya era hora de que sacaras ese lado tuyo.

Mientras una mujer albina sostenía unos papeles, camino hacia la habitación de la abuela, pronto su radio dio una señal.

—La abuela Isabella ha salido de su habitación, de momento todo en orden.

—Recibido, muchas gracias, Jessica.

Pero su sorpresa fue al ver a tres hermanas sentadas en una mesa, con la mirada baja, estaban asustadas, Isabella servía té con su mirada calmada de siempre.

—Encantada de verte...Matilda, toma asiento.

La azabache tomo los papeles que sostenía la albina, esta se quedó callada y sorprendida al verse acorralada.

—Oh, vaya...me pregunto si esto será algún tipo de informe, todo esto es una falsedad muy elaborada—miro lo escrito—. Pero recordar que "la que busca venganza, cava dos tumbas" porque al final, todo termina volviendo a uno mismo.

Todas se quedaron quietas.

—Bueno, ¿y bien? ¿Qué haremos ahora? Jessica, Siena, Scarlett, Matilda—nombro a cada una—. Tienen las calificaciones más altas, su trabajo y sus habilidades son excelentes, se puede decir que ustedes cuatro son las más cercanas a estar entre todas las asistentas de convertirse en criadoras o lo que es lo mismo, en madres. Debe ser muy decepciónate para ustedes, puedo entender su sentimiento de impaciencia al comprobar como todos los asientos de rango superior están ocupados, pero están uniendo fuerzas para intentar derrocarme del asiento más importante de todos.

—¡¡No va a matar!!— pensó Matilda.

—¿Y no estaría mejor unirse a mí para destrozar la granja de Grace Field?

—¿Cómo has dicho?

—Estoy reclutando talentos, mi intención es destrozar esa granja de aquí a dos años y para ello pienso pasar por alto todas las criticas y los ataques que he recibido, pero a cambio les ordeno que participen en mi plan.

—¿Pero qué está diciendo?

—¡¿Qué va a destrozar la granja?!— grito Scarlett.

—Por lo que nos está diciendo, no es que esté montando una absurda rebelión—pensó Jessica—. Es más nos está animando a que nos unamos a su traición.

—Y eso no es todo, ¿tiene controladas a las que tratan de derribarla? ¡No tiene ni un pelo de tonta!—pensó Matilda.

—Esto tiene que ser una trama, sí, seguro es una trampa—murmuro temblorosamente Siena.

—Qué va; lo digo todo muy en serio.

Un golpe a la mesa alerto a todas.

—¡No toleraremos que te burles de nosotras!—grito Jessica—. Una granja no puede ser destruida así como así, no nos importa que nos condenes a la muerte por estos falsos testimonios; ¡Nosotras te acusaremos de traidora! ¡Y esa sería una forma inteligente de ayudar a la plantación!

—Vaya, interesante punto de vista.

Todas giraron a ver a una menor sentada a una esquina de la habitación, esta dejo su taza de té.

—¿Traidora? ¿Ayudar a la plantación? ¿En serio creen eso?—comento la albina—. Si fuera así, están suponiendo que estarán vivas, pero, ¿qué harían después? ¿Traicionarse entre sí?...solo estarían sufriendo en su propio infierno.

—¡¡Eso no importa!! Señorita con todo respeto, ya sabemos que esto del mismo infierno, esa es la razón por la que nos deshicimos de todo, ¡¡De todo!!

—Buen punto...pero...¿ustedes recordarán a los hijos que dieron a luz?

Isabella colocó un libro sobre la mesa.

—Al convertirme en abuela, he tenido acceso a muchas cosas, miren esto, Yo estuve criando a los hijos que ustedes tuvieron, están en la tercera granja y están vivos, son los niños que escaparon, y ahora están afuera en el exterior.

—No puede ser verdad—sollozo Siena cubriendo su boca.

—Ellos están bien, debo decirles que dieron a luz a unos hermosos hijos, esos hijos que estuvieron en sus vientres, ustedes los amaron, ¿verdad? Aunque fueran solo instrumentos para vivir...—miro a las mujeres—. Madre de Emma, Gilda, Don...Norman.

Todas las madres miraron la foto de esos niños, todas lloraban.

—¿No quieren construir un mundo en que ellos no tengan que ser enviados? ¿Uno en el que no tengan que pisotear a sus amigas? ¿No quieren hacer de este mundo uno mejor en que no haya que renunciar a nada, ni rendirse? ¿No les pone eso furiosas?

—Piensen, sus hijos se unieron para escapar y sobrevivir, la unidad es parte de la victoria, por eso yo quiero cambiar ese destino, esta vida miserable que tenemos, quiero hacer lo que se le impidió hacer a James Ratri.

Todas las mujeres miraron a la albina la cual tenía los ojos cristalizados, ellas sabían esos rumores.

Una mujer tomó su té, recordando aquello que paso cuando su hijo estuvo en su vientre.

—Me gusta tu discurso, yo me apunto—comento Matilda.

—¡Matilda!— grito Jessica.

—Si nos aliamos contigo y sobre todo con la señorita T/N, podremos lograr destrozar esta granja y este mundo...Hare lo que haga falta, hasta unirnos a ti, pero con una condición Abuela, quiero una garantía de que no nos traicionarás, para así asegurarnos de que más adelante, si nuestro plan fracasa, no nos veamos con el rabo entre las piernas.

—Por supuesto— les dejo un papel—. En resumen dice "Isabella los dejó escapar porque uno de ellos era su hijo"

Isabella es la madre biológica de Ray.

—Es la primera vez que tenemos una abuela así—se alegró Siena.

—De acuerdo, yo también confío en ti—comento Scarlett.

—Pero señorita T/N—comento Matilda—. ¿Cómo sabemos que no le dirá nada al señor Ratri?

—¿Por qué debería traicionarlas? Yo fui de las personas que ayudo a esos niños a escapar, son mi familia, mis hermanos, además—les mostró una fotografía—. Peter me quito a alguien que quería.

Ante eso todas se sorprenden, incluida Isabella.

—Entonces, está decido, ahora, les contaré mi plan—sonrió la albina.

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