𝐌 𝐈 𝐍 𝐄 𝐑 𝐕 𝐀 | Ray

【 𝟐𝟎 】

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—No quiero que los demonios mueran, pero nunca permitiré que un niño ganado sea comido jamás, ¿qué debo hacer, Ray? ¡¡Ya no sé qué hacer!!—comento Emma.

Estaba nerviosa, confundida y preocupada, todo lo que ella había planeado se le sale de las manos, ahora es donde ella no sabe a donde dirigirse, qué elección tomar.

—No tengo ni idea—respondió Ray.

—...¿Qué?

—Tu misma lo dijiste, ¿no? La ruta de los siete muros lleva al mismo resultado final, lo que es más, aun si forzamos a todos a escapar al mundo humano...Hay una gran probabilidad de que seamos perseguidos o que provoquemos una guerra, en este estado, los demonios nos consideran como una fuente indispensable para sostener su identidad, si quieres salvar a todos los niños del ganado...entonces no hay otra forma, la respuesta de Norman es la correcta, no hay ningún otro curso, incluso no hay lugar para el argumento, Norman está en lo cierto.

Sin embargo Emma pensó en otra respuesta, Mujika, ella podía ser una solución, planearon que podían solucionarlo con Norman, fueron a su despacho, sin embargo, se toparon con otras personas.

—¿Quién demonios?— hablo una mujer.

Esta miro a un hombre moreno, pronto Emma y Ray estaban confundidos.

—Yo soy Ray, encantado de conocerlos.

—¡Yo soy Emma! ¡Vinimos del refugio de B06-32!

—Estos son los fugitivos de los que estábamos hablando, quienes se unieron ayer— hablo el de lentes.

—¡Ah sí, de Grace Shield!

—Field.

—¿Quieren una mordida?—dijo mientras extendía una pierna de carne.

—Uh...No...

—¡Estamos bien por ahora, gracias!—comento Emma—. Discúlpame, pero...Saben dónde está Nor...¿Dónde está el jefe? Tenemos algo para discutir y...

—El jefe está afuera ahora mismo, asuntos urgentes y todo eso—comento un azabache.

—Ya veo, volveremos más tarde entonces—comento nerviosa Emma.

—Nah, esperen un minuto, vamos a tomar té o algo.

Los tomaron de los hombros y los sentaron en un sofá, los dos se notaban tensos ante las miradas de los otros.

—Hemos querido conocerlos a todos ustedes...Los niños de la casa Grace Field.

Ambos miraron a los niños con unas miradas analizadoras e intimidantes, se acercaban mucho a ellos.

—Yo soy Cicero, y ella es Bárbara...—comento—. Oh, y el nerd de allá atrás es Vincent.

Todos son intimidantes, eso pensaban incómodos Ray y Emma.

—Todos nosotros también somos fugitivos, ¡¿Sabías eso?! ¡¡Solo que nosotros fuimos más impresionantes!! ¡¿Entiendes eso?!

—¡¡Así es, destrozamos y redujimos esa granja entera a escombros!!—grito energética Bárbara.

—Correcto...Ellos han desarrollado una rivalidad imaginaria con ustedes, como si fueran unos niños, les ruego me disculpe, pero, ¿podrían satisfacer un poco sus caprichos?—comento Vincent.

—¡Whoa! Eso es genial, ¡Increíble! ¡Fantástico!, realmente nosotros no estuvimos ni cerca, ustedes sin los mejores—comento Ray sarcásticamente.