𝐌 𝐈 𝐍 𝐄 𝐑 𝐕 𝐀 | Ray

【 𝟑𝟎 】

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Todos quedaron asombrados al ver el contenido de esos videos que veían atreves de una tableta, la albina cubrió su boca con impresión.

—¡Las plantas...desaparecieron!—grito Emma.

—¡¡Somos libres!!—gritaron todos.

La chica fue abrazada por Don y Gilda, luego miro a Ray, esta fue empujada levemente por sus dos amigos que le dedicaron una sonrisa cómplice, el azabache abrazo a la chica, ambos sonrieron mirándose a los ojos y juntando sus frentes, y cuando parecía que iba a pasar algo, alguien los jalo separándose.

—Hey, nada de romance mientras yo este aquí—exclamo Yugo.

Ante eso ambos se sonrojaron y desviaron miradas mientras el adulto recibió miradas de reproche por parte de los demás. Parecía un padre celoso.

—Ahora somos libres...ahora no seguiremos perseguidos por nadie—exclamo alegre Don.

Una campana sonó, los niños corrían por el pasto, las risas y gritos de alegría, muchos corrían a casa, incluso un pequeño de tez morena, sin embargo una voz lo hizo girar, se quedó quieto, asombrado al ver a una persona a escasos metros de él, sus ojos se cristalizaron, no podía creerlo.

—¡¡He vuelto a casa!!— sonrió Emma.

Ambos corrieron a su reencuentro entre lágrimas y sonrisas, detrás de ella estaban todos los demás, estos fueron a abrazar al pequeño que estaba feliz, pronto miro detrás a dos albinos que lo miraban sonrientes.

—¡¿Norman y T/N...?!...¡¿Estaban vivos?!—comento sollozando.

Ambos se agacharon hacia él, el albino lo tomo del rostro sonriéndole mientras que la albina acariciaba su cabeza con ternura.

—Realmente me alegro.

—Gracias por protegerlos a todos...—comento Norman.

—Eres un niño muy valiente, estoy orgullosa de ti—sonrió felizmente la albina la cual recibió un abrazo de este.

—Lo siento por dejarte solo, gracias por tu esfuerzo—exclamó Ray uniéndose al abrazo—. Estarás bien ahora, todo termino.

—No puede ser...¡Emma! ¡¡Todos!!—susurro Shelly.

—¡¡Norman!! ¡T/N!!— corrió a abrazarlos.

—Qué rayos—murmuro la Mamá—. ¡¿Abuela Isabella?! ¡¿Señorita Ratri?!

—Ahora somos libres—comento Isabella.

—Las plantaciones han sido abolidas, todo se acabó—sonrió T/N abrazando a los niños.

Las plantaciones se han acabado, no solo en Grace Field, Glory Bell, Grand Valley, GoodWill y cualquier otra. Desde ese día, sabíamos que era un idealismo obligatorio, pero era necesario no rendirse, tuvimos miedo, vivimos llenos de ansiedad, hemos caído todo este tiempo una y otra vez, pero...Gracias a mis compañeros, yo sigo aquí.

—¿Eso significa que podremos ir al mundo humano?—pregunto Phil.

—¡Así es! Podremos ir.

Pero la felicidad se vio interrumpida por un demonio, todos empezaron a correr, la albina corrió hacia el demonio con furia, metió su mano debajo de su chaqueta.

—Es mi granja entonces, es mi carne...¡¡Voy a comerme todo aquí mismo!!

—¡¡Mamá!!— grito la albina.

Un fuerte disparo, unas gotas de sangre derramada, algunos miraban asombrados la escena sin parpadear, la albina se encontraba de rodillas con un revolver en su mano, en el costado de su costilla se encontraba un rasguño algo grave a su lado Isabella estaba en el suelo con un rasguño más pequeño