『 𝟎𝟐 』

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La vida en este lugar no es eterna.

Todo está preparado para que salgamos de aquí con nuestros padres de acogida antes de cumplir los 12.

O eso me gustaría decirles.

—¿Qué tal me queda?— pregunta la pequeña rubia.

Esta portaba la ropa que todos se pondrían cuando sean adoptados, esta sonreía emocionada mientras su otros hermanos la miraban, muchos la elogiaban, pero la albina la miraba con una sonrisa triste, se agachó a la altura de la menor.

— Estás preciosa Conny— declaro.

— ¿Crees que a mis padres les guste?— pregunto feliz.

— Estoy segura— sonrió.

— Gracias T/N— la abrazo.

La albina la abrazo fuertemente mientras sonreía. Se dirigieron con los demás para despedir a la menor la cual abrazaba a su conejito de peluche.

—Seguiré esforzándome mucho, aunque me vaya de aquí, ¡Mientras Little Bunny me proteja, estaré bien!— comento viendo al conejo—. Soy algo lenta y no soy tan valiente como ustedes, pero cuando sea mayor, quiero ser una madre tan genial como la nuestra— sonrió.

— Conny— susurro la albina con pena.

Nadie conoce de donde provino, ni en donde nació, el nombre o rostro de los padres, era triste, en verdad, pero la esperanza de encontrar una familia los llenaba de felicidad, de que esos pequeños cuando se fueran, eran felices con sus familias.

Todos se encontraban limpiando el comedor, la albina miraba la ventana mientras barría, su mente estaba revuelta, y sentía un hueco en el estómago, no lo entendía, ¿por qué se sentía así?, eso sentía cada vez que sus hermanos eran adoptados, pero no entendía el porqué y solo su argumento era que le dolían las despedidas.

— ¡¿Conny?!— grito Emma—. ¡¿Lo ha dejado aquí?!

— ¿Uh?— la albina la miro.

¿El conejo?, se preguntó en su mente, eso estaba extraño, ella recordaba que la menor se lo llevo, o eso fue lo que recordó, se le hacía muy extraño.

— ¿Qué hacemos ahora...?—pregunto la pelinaranja.

—¿Se habrá ido ya...?— se cuestiona Gilda.

— No creo que siga por aquí...— apareció Ray—. Desde la ventana del baño, me fijé que en la puerta aún había luces encendidas, madre llevó a Conny para despedirse y aún no ha vuelto, así que posiblemente que Conny aún no se haya ido.

¿Por qué esto me pone tensa?, se pregunta la albina.

— Vamos a llevárselo— siguió Norman.

Ambos salieron, la albina miro donde se fueron, algo en su interior no se sentía bien, luego miro como el azabache la miro fijamente.

— ¿No iras con ellos?— preguntó.

— No, no me gustaría meterme en problemas— comento la chica—. ¿Te quedas a esperarlos?— lo miro.

— Sí.

— Entonces, buenas noches Ray— se despidió.

T/N, ¿lo sabes?— pregunto.

— ¿Saber que?— le pregunta confundida.

— Nada olvídalo— desvío la mirada.

La chica subió las escaleras y miro de reojo al azabache, hizo una pequeña mueca y se dirigió a su habitación.

𝐌 𝐈 𝐍 𝐄 𝐑 𝐕 𝐀 | RayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora