Edge Of Glory; Porco Galliard.

II

Se veían cara a cara.
Él, con los codos sobre la mesa del restaurante. Ella, recargada en el respaldo de la silla donde estaba sentada y con sus brazos cruzados.
Porco tenía una expresión seria. Ava tenía el ceño fruncido.

— Así que, ¿Tú eres la novia de ese chico? ¿Cuál es su nombre?

— Eren — respondió —. Eren Jaeger.

— Eren Jaeger — repitió. Asintió lentamente —. Y, ¿Qué haces con él?

— Es mi novio — respondió con obviedad.

— Sí, pero, ¿Por qué? ¿Es primera vez que comete algo así?

— Oye, si te pedí hablar a solas no es para comiences a indagar sobre él, ¿Si? Quiero llegar a un acuerdo contigo.

Porco suspiró. Bebió de su café.

— No tendrá libertad bajo fianza, de una vez te lo digo. Así que no me insistas con eso.

— ¿Qué? ¿Por qué no?

— Primero, porque robó aquello que me costó conseguir. Las joyas son un regalo de cumpleaños para mi madre — se fijó en el brazalete de plata, que llevaba en su muñeca, con una pequeña esmeralda en el centro — ¿Quién te la dio?

— ¿Qué cosa?

— Esa pulsera.

— Es un brazalete. Es de mi madre fallecida — respondió, intentando relajar el nudo de su garganta —. Mi hermana tiene el de mi padre, también fallecido.

— ¿Qué sentirías si un día te lo roban? — resopló — ¿Ves a lo que me refiero? No puedo dejarlo en libertad después de eso. Segundo, hizo que saliera de una junta urgente.

— Claro — dijo con desdén. Llevó su mirada lejos de la de Galliard dándole la oportunidad de analizar a detalle a la chica.

Era preciosa, sí. Sin dudarlo. Era curioso que su hermana no tuviera los ojos de color verde igual que ella. Ese delineado le quedaba muy bien. El cabello corto hasta los hombros era el indicado para ella, haciéndola más guapa. Sus labios sonrosados, sus mejillas pintadas ligeramente de carmesí, sus uñas pintadas de blanco sólo con la uña del dedo medio de color negro, ese uniforme formal le quedaba muy bien.

— ¿Harías cualquier cosa por sacar a tu novio de la cárcel? — esa pregunta logró llamar su atención. Le dirigió la mirada con interés —. Mira, tú y yo podremos casarnos y...

— No — interrumpió —. No, no, no. Eso es serle infiel y no lo haré. No, olvídalo.

— Escucha. Nos casamos, obtengo la herencia familiar, tu novio sale de la cárcel y ustedes se van muy lejos de aquí.

— ¿Herencia... Familiar? ¿Quieres que me case contigo sólo por una herencia?

— Sí. Así las cosas. Mi hermano mayor tiene más ventaja que yo ya que él tiene algunos años de noviazgo con Annie.

— ¿Annie? ¿Annie Leonhart? — preguntó curiosa. Porco, con suspicacia, la vio.

— ¿Conoces a Annie Leonhart?

— Hemos sido compañeras de trabajo y amigas desde hacía años. Ella dijo que tenía un novio que trabajaba en la productora audiovisual, New Filme.

— Sí. Es mi hermano, Marcel Galliard.

— Un momento, ¿Entonces tú eres Porco Galliard?

— El mismo que viste y calza — sonrió, guiñando un ojo —. Creo que a ti te he visto en alguna parte. Una bonita cara no se me olvida jamás.