XVIII

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El pequeño rubio, en una ardua búsqueda, se atrevió a llamar a una mujer de cabellos plateados para que fuese su ayuda en cualquier momento. El castaño más alto sentía una gran culpa, sólo se descuidó pocos segundos cuando menos acordó se llevaron a su prima y él no pudo ir por ella porque también le habían robado el auto.

— Levi va a pagar por esto y el daño que me hizo — dijo Céline mientras se cambiaba de ropa por algo más usado. 

Se iban a adentrar a los barrios más peligrosos de Estados Unidos que tenía que pasar desapercibida. 

— Creí que no le tenías rencor — dijo Armin.

— Tenía que fingirlo, no podía seguir hundida en la depresión.

— Vamos a rescatar a mi prima — dijo Jean decidido, por lo cual, Céline y Armin asintieron.

Mientras ellos se encargaban de encontrar el escondite de Ackerman, la hermana de la chica había a las autoridades para comenzar con la investigación. La ansiedad y desesperación pudieron más que su ataraxia por lo que estalló:

— ¡No tenemos todo el puto día, mi hermana está en peligro! — gritó — ¡¿Van a hacer algo o lo tengo que hacer yo?!

— Hange, contrólate — pidió Pieck —. Ten fe en que a Ava no le pasará nada malo. La vamos a rescatar. 

Y ni aún con esas palabras de aliento de parte de su novia es que podía estar tranquila. Porco hacia hasta lo imposible por movilizar a la autoridad, pero siempre resultaba con la misma respuesta: estamos en investigación. 

Molesto, salió de aquel edificio. Hange, Sasha, Pieck y Annie lo siguieron. 

— Aunque yo vaya a la cárcel por no respetar un reglamento, voy a sacar a Ava de donde la tiene ese sujeto.

(...)

El agua fría cayendo por todo su cuerpo la despertó de golpe. Tomaba bocanadas de aire por tremendo susto. Frente a ella tenía al mismo Ackerman, aunque este tuviera un poco de remordimiento porque, sí, era parte de su trabajo realizar ese tipo de labores, conoció a Ava desde que era una niña y la vio crecer. 

— Ava Zoe.

— L-Levi... 

— Quiero presentarte a alguien — dijo e indicó con su mano a la pelinegra que aún tenía la cubeta en sus manos.

— Mikasa Ackerman.

— La misma — sonrió — ¿Qué? ¿Creíste que con sólo darle el dinero a Eren ya te ibas a librar?

— Es lo principal que querías, ¿no? Consigue mejor un trabajo para que dejes de ser tan zorra y robarle el dinero a los hombres.

Le dio un bofetada en ese momento. Ava le iba a responder con otro pero, se dio cuenta que sus manos así como su piernas estaban siendo amordazadas en una silla. Entró a la habitación un castaño que, cuando se encontró con la mirada de Zoe, iba a retroceder.

— ¿A dónde vas? — preguntó en voz alta — ¡No huyas, cobarde de mierda! ¡Ven y dame la cara por todo lo que me has hecho! 

— Tú me orillaste a esto, Ava.

— No — respondió y Eren la miró —. No soportaste.

Miró a Mikasa para que le diera otra bofetada, a lo cual, inmediatamente, hizo. 

— Mikasa, sal de aquí — la pelinegra acató la orden de Levi, cerrando a sus espaldas — ¿Cómo está Céline?

— No tienes derecho alguno de preguntar por ella.

— Sí, ya sé que no.

— Entonces deja de hacerlo — suspiró profundo — ¿Qué me van a hacer? — preguntó cuando lo vio ponerse de pie.

— Hay una entrega de Colombia a Estados Unidos — respondió mientras se dirigía a la puerta —. No les vendría nada mal si hacemos el trueque de mercancía por una chica francesa.

— Levi — dijo en voz alta pero él cerró la puerta — ¡Vete al demonio, Levi!

Suspiró profundo. 

Fe. Es lo único que tiene ahora y, lo que va perdiendo mientras pasan los minutos.

Edge Of Glory; Porco Galliard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora