Edge Of Glory; Porco Galliard.

XIV

Antes de su hora de salida recibió una llamada. Creía que de nueva cuenta se trataba de aquel castaño que hace horas le había llamado, pero, al leer el nombre en la pantalla, "inconscientemente" sonrió y contestó:

— ¡Hola, hola!

— Hola, Galliard.

— ¿Ya saliste de trabajar?

— Ah... Sí, sólo estoy acomodando mis cosas. ¿Sucede algo?

— Ah... Bueno... Mis padres harán una cena familiar en su casa... Y... Bueno, Annie está invitada.

— Creo que sí me comentó algo así.

— Tú también lo estás.

— ¿Qué?

— Tengo miedo.

—  ¿Miedo?, ¿a qué? Si sólo vas a conocer a mi familia. 

— Por eso —  se rascó su brazo izquierdo —. Jamás me han llevado a conocer a la familia de mi novio.

—  Además de Eren, ¿tuviste otro novio? —  negó.

—  Sólo Eren y jamás me llevó a conocer a sus padres — Porco suspiró. Sabía que ese Eren era un idiota pero no hasta que grado.

— Tranquila. Mis padres son buenas personas, estoy seguro que te recibirán calidamente. 

— Eso... Espero.

Le regaló una pequeña sonrisa. Ava, por su parte, inhaló el aire que sus pulmones alcanzaron a retener para después exhalar con pesadez. Asintió. Estaba lista para entrar.

— Eh... Ava — la chica lo miró con atención —. Cuando fui a tu casa... Yo... No pude decirte porque estaba nervioso, pero... Eh... 

— ¿Pasa algo?

— Estás hermosa — respondió y Zoe abrió sus ojos como platos —, eres hermosa y te ves hermosa. Desde el primer día que te conocí.

Se quedó sin palabras, sólo viendo al castaño con la mirada inquieta y el rubor en las mejillas. La luz dorada que salía por la ventana de la casa iluminaba el rostro de Ava con delicadeza. Era una bonita imagen, así como una pequeña muñeca de porcelana que estaba siendo cuidada por las mejores de las manos. Porco sonrió, guardando en su memoria aquella imagen. Al abrir la puerta, las miradas se posaron en ella principalmente. ¿Era por el vestido?, ¿era muy corto?, ¿El color no era el adecuado? 

Annie le sonrió con calidez para hacerla sentir cómoda, así como en la oficina.

—  ¡Oh! Tú debes de ser la novia de mi Pocco, ¿no? —  preguntó una mujer mayor, con ligeras arrugas en su rostro y escasas canas en su cabello castaño.

—  Ah... Sí —  respondió, sonriendo.

—  ¡Pero qué bella sonrisa tienes! Lo más seguro es que sus hijos tengan tú misma.

—  ¿Hi-Hijos? 

—  Mamá —  intervino Porco de inmediato —. Por favor.

—  Lo siento, lo siento — le estiró su mano —. Soy la madre de Porco. Me puedes llamar señora Galliard.

— Ah... Mucho gusto — estrechó su mano, sintiendo una gran calidez en el momento —. Ava Zoe.

— ¿Zoe? — preguntó la mujer — ¿Acaso eres hija de Helmut y Annelise Zoe?

— Sí, así es. Soy la menor. Tengo una hermana mayor llamada Hange. 

—  Vaya. El mundo es muy pequeño —  intervino el hombre, llamando la atención de Ava —. Helmut y yo solíamos ser mejores amigos. Hasta que... 

—  Sí, él... Nos contó de su amistad con usted. Es claro que usted es el señor Galliard.

—  El que viste y calza —  sonrió. ¿Quién más había dicho eso? El chico que tenía a su lado izquierdo tomándola de la cintura —. Pues bienvenida a esta casa, Ava. Es decir, nuera. 

La castaña sonrió.

Pasaron a la mesa para comenzar a cenar. A pesar de ser personas con alta cantidad de dinero en sus cuentas bancarias, tenían un comedor que, dentro de lo que cabe, era normal. Ni muy grande, como si fuera de un salón de eventos; ni muy chico, como para dos personas. Eso sí, había adornos de cristal en el centro.

Porco y Ava tomaron asiento en el lado izquierdo de la mesa. Annie y Marcel en el derecho, y los señor Galliard en los extremos.

Porco tomó con delicadeza la mano de Ava para hacerla sentir tranquila. Suspiró profundo y dejó que el chico posicionara su mano en su rodilla, a otro, incluso a Eren, le hubiera partido la cara por haberla tocado, pero Porco, le transmitía confianza.

— ¿Así que Annie y tú trabajan en el mismo lugar? — preguntó la mujer después de algunos minutos de silencio.

— Así es — respondió.

— Yo soy secretaria y Ava es la encargada en el área administrativa — agregó Annie a la breve respuesta de su amiga.

— Porco nos contó sobre eso también — agregó el señor —, dijo también que lo acompañaste en aquella reunión con Erwin Smith.

— Sí, es correcto.

— Lo que más me sorprendió fue que lograras persuadir a Erwin Smith — agregó Marcel —, ese hombre es muy difícil de convencer.

— Yo lo conozco desde hace años — respondió —. Yo soy de Francia, ellos vivían a unas cuantas casas de la mía. Y, como mi hermana estudiaba en la misma escuela que él, fue ahí cuando comenzó su amistad. Además... De que... Soy algo analítica.

— Algo queda corto a lo que vi en la reunión — comentó Porco con una sonrisa. Ava lo miró con atención —. Demostraste un nivel de inteligencia y percepción así como un análisis bien hecho, creo que fue mejor de lo que hizo Marcel, sin ofender, hermanito.

— Lo bueno es que me avisaste que no era ofensa — comentó Marcel en tono sarcástico y las risas no se hicieron esperar en la mesa.

Annie notó una nueva característica de su mejor amiga, ya no se cubría la boca al reír y dejaba relucir su sonrisa y escuchar su ligera carcajada. Amplió su sonrisa al ver la nueva etapa de la pequeña Zoe y esperaba que siempre fuera así.