VI

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Comenzó a hacer cuentas. Había apartado dinero para la colegiatura de su hermana, a quien sólo le faltaba un año de carrera y así poder graduarse y titularse tanto como ella ha querido.
Un dinero era para los servicios de la casa, y el otro, era para ella. Para el ahorro que estaba teniendo con su novio para que, al salir de la cárcel, se pudieran casar.

— Ya llegué — dijo la castaña de coleta entrando a casa y cerrando la puerta a sus espaldas — ¿Cómo te fue?

— Ah... Bien — contestó, trayendo a su mente lo que sucedió con el ramo de rosas — ¿Y a ti?

— Muy bien — contestó sonriente —. Ava.

— Mande — alejó la mirada de los papeles para observar a su hermana.

— Voy a salir con Pieck al cine — asintió sonriente — ¿Tú tienes planes?

— Con el único que tenía planes era con Eren... — Hange suspiró —. Quizá salga con Armin. Tengo tiempo que no lo veo.

— Eso espero. En caso de que esté ocupado, llámame y nosotras te esperamos en la plaza.

— Sí. Claro — sonrió.

Sólo se tomó un yogur que se encontraba en la nevera para salir de la casa, no sin antes despedirse de su hermana.

— Mejor salgo sola — dijo para ella misma.

Al terminar sus cuentas y ordenar todo, tomó su celular y bolso para salir de su casa y caminar en dirección al parque.

Esperó a que el semáforo se pusiera en siga del lado peatonal para cruzar la avenida. Era la única persona sola a esas horas de la noche. La única persona sola un Viernes en la noche. Un auto frenó en seco frente a ella, a milímetros de arrollarla. ¿No se suponía que se encontraba la luz roja en el lado de los autos?

— Imbécil — susurró la castaña con los nervios a flor de piel. La puerta del piloto del auto se abrió de inmediato — ¡Oye! ¡Fíjate lo que haces! ¡Casi me matas!

— Pero no lo hice, ¿O si? — preguntó el chico saliendo del auto. Al reconocer esa voz, le dirigió la mirada. Estaba sonriendo de lado.

— Reiner, ¿Cierto?

— Sí. Ava, ¿No?

— ¿Qué quieres? No me digas, Porco te mandó, ¿No?

— En realidad, vengo de parte mía — resopló.

— Escucha...

— Sé que tienes novio, sé que Porco está interesado en casarse contigo sólo por quedarse con la herencia familiar, lo sé — interrumpió. Ava cruzó los brazos. Jamás le ha gustado interrumpir ni ser interrumpida —. Pero, dame la oportunidad de contarte de él.

— ¿Tú? ¿Quién eres? ¿Su hermano?

— Nos criamos como hermanos.

— Sólo una cosa, Reiner, ¿A qué se debe todo esto? ¿Por qué lo haces? ¿Acaso vas a salir beneficiado?

— Beneficiado o no, quiero ayudar. Me enteré de que tu novio es Eren Jaeger. Ese chico es todo un... Problemático — midió sus palabras. Se encontraba frente a la novia ese sujeto que tenía más miedo por lo que podía hacerle ella en lugar de ser despedido por Porco o Marcel —. Y estoy seguro que más de una vez te hizo llorar.

— ¿Qué acaso te has dedicado estas semanas a investigar de mi?

— No. Pero una relación con un chico así sólo lleva a una cosa: sufrimiento. Y siempre sufre el que quiere más.

Ava suspiró profundamente.
Se le veía el interés en ayudar a su amigo, y, ¿Por qué no? También a ella. Al fin y al cabo, una amiga no le vendría mal.

— ¿Quieres ir a cenar o vamos a caminar?

— A caminar.

Estacionó el coche en la orilla para no estorbar. Su caminata inició desde la entrada del parque hasta la fuente, la cual, estaba a 10 minutos de la entrada. En su trayecto, Reiner iba contándole a Ava un poco acerca de Porco, desde su niñez hasta su etapa de la adolescencia, donde recibió su primera desilusión amorosa y desde ese entonces sólo se ha visto interesado en videojuegos, deporte y su carrera y trabajo.

— Es normal. Todos pasamos por eso — dijo Ava. Suspiró antes de hablar —. La primera vez que Eren y yo terminamos...

— ¿Cuántas veces terminaron? — preguntó Reiner curioso.

— Unas... Tres... — el rubio hizo una mueca de desaprobación. Era su vida, al fin y al cabo —. El punto es que cuando terminamos, me sentí de lo peor que duré meses sin salir de mi habitación hasta que la novia de mi hermana tuvo que ayudarme a salir.

— ¿Qué fue lo que hizo?

— Estuvo en contacto con mis tíos, pagándole el viaje de ida y venida para que pudiera despejarme. Sólo eso pudo animarme.

— ¿Dónde viven tus tíos?

— En Rusia — respondió. La vio con asombro. Al parecer, Ava es una chica interesante —. La segunda vez, me dolió como si hubiera sido la primera. Pero ahí tuve que buscar una manera de salir adelante.

— ¿Cómo?

— Tejiendo con mi hermana — sonrió. Tomaron asiento en una banca que estaba frente a la fuente —. La tercer vez no le tomé tanta importancia porque tenía una manera en donde despejar mi mente. De hecho pensé que ya no íbamos a volver hasta que él llegó a mi casa a pedirme perdón y a volver intentarlo. De eso, ya hace dos años.

— Vaya. Su relación no era muy sana que digamos.

Suspiró. Ella jamás conoció una relación sana, a excepción de la de sus padres.

— ¿Porco tuvo una novia? — negó a su pregunta.

— No. Jamás. Esa chica le gustaba mucho pero lo rechazó. Al principio lo ilusionó al grado de tenerlo a sus pies, hasta que se cansó de él y lo rechazó.

— Detesto que la gente haga eso. No pueden tener la suficiente madurez como para comprender que las personas tienen sentimientos y que sus acciones las están lastimando.

— ¿Sabés algo? Si Porco y tú se hubieran conocido antes, en este momento, no fueran novios, sino un matrimonio muy especial.

Ava soltó una pequeña risa.
El matrimonio era algo que le costaba pensar, y, más aún, cuando de otro chico se tratase. Otro que no fuera su novio tóxico.

— A veces... He duda de mis sentimientos por Eren — confesó. Otra persona sabía acerca de esa confesión; su hermana —. Te digo esto porque en este tiempo que he estado platicando contigo, me generaste confianza.

— Pues me alegra saberlo — sonrió. Sonrisa que fue correspondida.

— Sí, me hizo llorar muchas veces, me hacia escenas de celos de una manera que me daba miedo.

— ¿Alguna vez te ha golpeado?

— No. Jamás se lo he permitido, ni siquiera un leve empujón — Reiner asintió animado —. Incluso... Llegué a pensar que me sería infiel. Qué ridículo, ¿No?

— A-Ah... Sí — rió nervioso.

— Pero, a veces, se porta conmigo de lo más bonito. Me toma como su prioridad y... Es cuando me pregunto: ¿Sería correcto terminar mi relación con él?

— Es importante siempre pensar en nosotros mismos — contestó el rubio, observando un punto del suelo —. Comprendo que estés enamorada de él, pero, piensa también en ti, en tu bienestar y en tu salud mental. Sólo te digo que puedes tratar a Porco como un amigo. Si te agrada, puedes aceptar su petición y así él hereda la herencia...

— Y Eren sale de la cárcel — asintió sonriente.

— Piénsalo, Ava. Créeme que no te vas a arrepentir.

Edge Of Glory; Porco Galliard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora