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Después de escuchar "Pasa" abrió la puerta con lentitud, dejando que los documentos que descansaban en sus brazos entraran primero para después ella, cerrando la puerta a sus espaldas.

— Ah, Ava, qué gusto verte — sonrió — ¿Cómo has estado?

— Uh... Bien... — contestó, casi ahogada por su propia mentira. Dejó las carpetas sobre el escritorio.

— Toma asiento. Al parecer esto nos llevará un buen tiempo.

Acató la petición de la rubia.
Conforme pasaban los minutos, Sasha les hizo el favor de llevarles algún bocadillo ya que el trabajo en cuestión trataba de mucho análisis y orden.

— Por cierto, Avi, hay un chico afuera preguntando por ti — confundida, ladeó la cabeza. Volteó a ver a Yelena.

— Anda, ve. Quizá sea algo importante — animó la rubia con una sonrisa al finalizar.

— Por cierto, quisiera hablar contigo de algo importante — dijo Ava, poniéndose de pie. Yelena asintió.

— Cuando regreses me lo cuentas.

Asintió. Siguió a Sasha que la estaba guiando directo al chico que estaba esperando por ella. Confundida, vio a su mejor amiga.

— ¿Y ese quién es? — preguntó Ava.

— No tengo idea. Simplemente dijo que te estaba buscando. Incluso lleva un ramo de rosas rojas.

— Sí, ya lo noté — suspiró. Mientras que Ava fue en dirección del chico, Sasha fue a su escritorio para seguir con su trabajo. Al estar frente a él, lo vio con atención; usaba un traje, era rubio y con barba, llevaba el ceño fruncido —. Buenos días.

— Buenos días. ¿Es usted la señorita Ava Zoe? — preguntó él, viendo una nota.

— Sí. Soy yo. ¿Quién eres tú?

— Mi nombre es Reiner Braun. Porco Galliard le envía estas flores y... Esto — primero le hizo entrega de la tarjeta, esperando a que ella la leyera.

«Holɑ.
Te envío estɑs flores, que son iguɑl de bellɑs que tú.
Ten un lindo díɑ».

— Idiota — murmuró. Buscó un bolígrafo para proceder a escribir detrás de la nota —. Bien, eh... Reiner, ¿Cierto?

— Es correcto.

— Dale esto a tu amigo, por favor. Llévate las flores también, no las quiero y disculpa por haberte hecho perder el tiempo.

— No. Tranquila. No te preocupes — sonrió.

Ava se quedó en el pasillo, viendo cómo el chico se dirigía al ascensor con el ramo cargando. ¿Y si se quedaba mejor con ese rubio? No. Ya estaba con su castaño ojiverde. No.

Regresó a la oficina de su jefa para continuar con el trabajo. Simplemente se limitó a decir que ya se había encargado del asunto y que podían continuar.

— Al parecer, todo está bien. Te felicito, Ava — esta le sonrió —. Bien. Dime, ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué es lo tan importante que quieres hablar conmigo?

— Hace días arrestaron a Eren por robar — Yelena suspiró. ¿Cuántas veces ha hablado con Ava y le ha dicho que su relación no es para nada sana? Quién sabe, ya perdió la cuenta. Aún así, la iba a escuchar... De nuevo —. La víctima es un hijo de la empresa New Films y... Quiere negociar conmigo.

— No está nada mal — dijo Yelena — ¿Tú qué...?

— Me pidió que me casara con él para después dejar libre a Eren.

La rubia parpadeó repetidas veces.
Conocía a los dos hijos y futuros herederos de la empresa New Films. Uno estaba saliendo con Annie, el otro, ni sabía que estaba interesado en una relación.

— ¿Casarte? — preguntó, Ava asintió — ¿Eso no es un poco... Precipitado? Digo, ustedes ni siquiera se conocían hasta ahora con el acto de egoísmo de Eren.

— Sí. Lo mismo digo. Es una completa estupidez.

— O...

— ¿O?

— O es una señal de que tu relación con Eren es tóxica y la vida te está dando la oportunidad de que estés con alguien que te haga sentir bien.

— Es fácil decirlo, Yelena. Yo quiero a Eren. Yo daría todo por él. No puedo dejarlo de un día para otro.

La rubia suspiró. Siempre se veía enfrascada en la misma situación. No había una salida positiva. Tanto Hange, Sasha y Annie como Yelena y Jean han hablado con ella pero no entiende. ¿Hasta cuándo?

— Piénsalo muy bien. Seguir con tu relación con Eren, que sólo te trae llanto, desesperación, estrés y ansiedad, o, casarte con ese chico que no sólo te puede ayudar en conseguir un empleo mejor del que ya tienes, sino también puede ayudarte a sanar.

— No quiero que otra persona también esté cargando con mis traumas.

— Veo que estás recapacitando.

Tocó la puerta. Esperó cortos segundos para escuchar el permiso de entrar. Lo primero que pasó fue el ramo de rosas, llevándose el castaño una gran decepción.

— ¿No las quiso?

— Te llamó idiota — dijo Reiner, riendo, mientras dejaba las flores en el escritorio de Galliard. Este resopló —. Porco, ¿Te puedo dar un consejo?

— Te escucho.

— No sigas insistiendo — respondió, sentándose frente él —. Entiende. Por tu bien. Cuando te empeñas en algo, es difícil que alguien te haga desistir pero, esa chica, es novia del sujeto que te robó. O eso creo.

Esto último llamó la atención del castaño. Dejó de ver las flores para ver mejor al rubio que se había recargado en el sillón.

— ¿Eso crees? ¿Por qué lo dices?

— Ese día, no sólo lo vi a él sino también a otra chica. Una pelinegra, usaba ropa negra.

— Ava no es pelinegra ni usa ropa negra. Incluso su hermana dijo que estaba trabajando ese día.

— Entonces...

— Le está siendo infiel.

— Sí, bueno, era de esperarse de un sujeto como él.

— ¡Entonces así puedo tener oportunidad con ella!

— Porco, carajo, escucha — dijo, ahora con algo de molestia. El mencionado hizo una mueca —. No puedes ir a arruinarle la vida a esa chica sólo por un deseo egoísta. ¡Es exactamente lo mismo que él hizo!

— A mi no me compares con ese sujeto — respondió molesto, con una expresión firme —. Yo no soy un ladrón.

— Pero sí un ambicioso.

— ¿Qué?

— Y narcicista.

— Reiner.

— Y un idiota.

— ¡Oye!

— ¿Qué? Aquí dice — le mostró la tarjeta —. Ella misma lo escribió.

— ¿Qué? ¡Dame eso! — Reiner se lo pasó en las manos. Porco, de inmediato, comenzó a leer el reverso.

«Eres un idiota si crees que voy a aceptar tus regalos tan fácilmente. No cabe duda de que eres un narcicista ambicioso».

Desanimado, resopló.
Reiner, por su parte, lo veía con seriedad. Sabía que no debía meterse en algo así pero, el ver a su mejor amigo en esa condición, no tenía de otra.

Edge Of Glory; Porco Galliard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora