Los dos años que mencionó Jimin pasaron y yo crecí más que él, al menos unos 6cm más. Jimin volvió a parecer el más pequeño de los dos. Mis facciones se engrosaron, junto con mi espalda y mis hombros.
Comenzamos a ir a las fiestas juntos. Yo, tenía bastante suerte con las chicas y Jimin con hombres y mujeres. Su sonriente personalidad le abría las puertas en cualquier lado y los comentarios de lo atractivo que era de parte de mis amigos llegaban todo el tiempo a mi.
Cuando comencé a salir con chicas y le contaba todo a Jimin, siempre encontraba en ellas un defecto y se comportaba grosero.
Las cosas comenzaron a cambiar entre Jimin y yo cuando tenía 17.
Como siempre, nuestros padres habían salido de viaje, era fin de semana y estábamos aburridos. Habíamos jugado toda la tarde videojuegos y comido chatarra.
Jimin decidió darle la vuelta a los canales hasta que se detuvo en una escena de sexo. No era la primera vez que veíamos una película para mayores de 18 años juntos, así que no me incomodó.
—Kook. ¿Ves porno?—preguntó sonrojado y con una sonrisa divertida.
¿Por qué demonios me estaba preguntando eso?
—A veces.—me encogí de hombros tratando de parecer despreocupado.
—¿Quieres ver algo conmigo?—preguntó riendo.—tengo buenos videos.
Acepté por el morbo de ver qué era lo que veía mi hermano mayor. Fuimos a su habitación y comenzó a buscar en su laptop los videos que tenía guardados.
—Este es genial.—murmuró dándole click al primer video.
Era un hombre con una polla gigante, follando a una rubia por el culo que no paraba de gemir obscenidades. No me di cuenta en qué momento mi polla se puso dura mientras estaba embelesado viendo la imagen.
—¡Demonios Kookie! ¡Tienes una polla enorme!—me interrumpió Jimin riendo. Cuando giré tenía clavada su mirada en mi polla dura que levantaba mis pantalones de pijama.
Fue vergonzoso, así que giré mi pierna para esconder mi erección.
—No te preocupes, yo también estoy duro.—sonrío y me mostró su entrepierna.
¡Jodido imbécil! ¿Por qué no puede quedarse callado?
Me levanté avergonzado para ir a mi habitación pero Jimin me detuvo.
—No te vayas. Tengo más videos interesantes y podemos desahogarnos juntos.—murmuró sacándose la polla ahí mismo y comenzando a acariciarse.
Trague saliva. ¿Por qué demonios me parecía jodidamente atractivo masturbarme con mi hermano ahí?
Jimin le dio click a otro video, era una mujer siendo follada por dos hombres con pollas enormes.
Volví a sentarme y lentamente saqué mi polla de los pantalones para comenzar a jalarla.
Jimin continuó haciéndolo pero su mirada ya no estaba en la pantalla, jadeaba mientras me veía masturbarme. Estaba tan caliente que cuando lo note, no hice nada. Su mirada pesada y sus dientes apretando su labio inferior sin quitar la vista de mi polla, me parecieron bastante caliente.
Cuando logró correrse, gimió mi nombre haciéndome sentir el cosquilleo en mis bolas y me corrí haciendo un desastre en mis pantalones.
Jimin sonrió al ver como me corría, esa maldita sonrisa de satisfacción que me hizo sonrojar y sentirme avergonzado como la mierda. Me levante y salí sin decir una sola palabra.
Esa noche ambos dormimos separados, yo tenía la firme decisión de no volver hablar del tema.
Había sido vergonzoso hacer esto con mi hermano, pero sobre todo que me haya excitado ver su mirada en mi polla y escucharlo gemir mi nombre cuando se corría.
Esto está mal.
Pasaron algunas semanas, las cosas entre Jimin y yo no parecían haber cambiado. Jimin estaba por entrar a la universidad y se mantenía ocupado. Quería estudiar baile y era muy bueno en ello, su madre lo apoyó y se tomó un año después de la preparatoria para practicar y luego poder entrar en la mejor escuela de arte de Seúl.
Yo aún no decidía que estudiaría pero aún me faltaba un año para elegir.
Comencé a salir con Sunha, no era la chica mas linda de mi clase pero era bastante linda, la llevé a casa un par de veces pero a Jimin tampoco pareció gustarle.
—Es estúpida.—dijo la primera vez que la vio en casa.
Estaba acostumbrado a esa actitud de Jimin, ninguna chica era lo suficiente buena para mi, pero esta vez mi relación con Sunha no parecía que fuera a terminar tan rápido.
—¿Ya follaste con ella?—preguntó Jimin sin mirarme mientras veíamos una película en la sala.
—Lo hice.—murmuré.
Jimin no celebró mi respuesta como hubiese esperado de un hermano mayor.
—¿Te gustó?—preguntó ahora mirándome a los ojos.
—No estuvo mal.—me encogí de hombros porque su mirada era bastante incómoda en ese momento.
Eso fue todo, Jimin no volvió a mencionar a Sunha esa noche y por alguna razón lo agradecí.Cuando terminó la película, me levanté para ir a dejar el bol de palomitas vacías a la cocina, volví y le dije que me iría a la cama.
—Kook.—me interrumpió cuando había puesto un pie en el primer escalón. —¿Puedo dormir contigo?
—¿No me digas que te dio miedo la película?—pregunte riendo.
—No...solo que hace mucho que no dormimos juntos y te extraño.—murmuró haciendo un puchero.
—Bueno, supongo que podemos dormir juntos.—sonreí.
¿Cómo podía negarle algo a mi tierno hermano?
No habíamos pasado tanto tiempo juntos últimamente.Apagué las luces y ambos nos metimos en mi cama. Jimin se quedó dormido al instante.
Holi!
Por lo regular adelanto los capítulos y los releo. Me di cuenta que siempre intentaba cambiarle algo, esta vez trataré de que sea diferente. Me apuraré con los capítulos y los publicaré a la primera.
Si andas por aquí, agradezco el tiempo que le dedicas a la historia.¡Arriba el Jikook!
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Mi hermosa tentación
FanfictionEl amor de tu vida, vive en tu propia casa y es tu "hermano". ¿Hermano? Esas cosas no están bien. Jungkook siempre ha hecho lo correcto. Es un buen estudiante, hijo y hermano que se enamora de su hermanastro. Ese chico de piel bonita y labios regord...