Capítulo 5

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Minutos más tarde Jimin entró a mi habitación sin avisar, justo como lo imaginaba.

Ahora estoy en problemas.

Tae, ya se ha ido.—dijo recargándose en la pared y cruzando los brazos.

—¿Te gusta?—pregunté.

—Mmm, es lindo.—hizo una mueca.—Pero tú me gustas más.

¡Aquí vamos! Jimin está decidido a no dejar pasar esto.

¿Podrías dejarlo pasar?—pregunté imaginándome la respuesta.

—No, Jungkook. Me conoces perfectamente y sabes que no puedo hacer lo que me pides.—dijo acercándose tanto a mí que podía sentir su aliento. Mi respiración se volvió pesada y fue demasiado obvio para él.—Acepta que estás celoso, que te molesta pensar...

—Jimin, esto no está bien.—interrumpí, pero sabía que este juego ya estaba perdido.

—Kookie, lo que no está bien es que te contengas.—Jimin puso una mano en mi pecho y yo puse la mía encima tratando de evitar que intentara tocarme de cualquier forma.

—Ve a tu habitación.—murmuré tratando de controlarme.

—No, acabó de pedirle a Taehyung que se fuera porque me lo pediste. Estoy duro y tienes que ayudarme con esto.—dijo restregando su polla en mi muslo.

—Jimin, por favor.—murmuré jadeando y él pudo sentirlo, se acercó a mi cuello y comenzó a besarlo con toques delicados, creando un cosquilleo que se iba directo a mi polla—Somos hermanos.— dije en un susurro ahogado.

—No lo somos.

Afloje mi agarre sobre su mano dejándome llevar por las sensaciones en las que Jimin me arrastraba. Aprovechó la oportunidad y llevó su mano a mi polla dura y dolorosa para acariciarla por encima de los pantalones.

—Deja de hacerlo más complicado, Jungkook. Esto es lo que quieres, que te toque de esta manera y yo te quiero a ti...dentro de mi.

Estaba en un callejón sin salida, traté de decirle a mi cuerpo que no cediera, pero la forma en la que Jimin me estaba tocando lo hacía casi imposible.

Jimin desabrochó el botón de mis pantalones y bajó el cierre para meter su pequeña mano dentro de mis bóxers.

—¡No!—gemí cuando acaricio mi cabeza húmeda.

—Se siente bien, Kook. Tú polla se siente muy bien.—gimió y la imagen de su mano en mis bóxers me atrajo. Bajando la mirada, Jimin aprovechó para alcanzar mis labios y comenzar a besarme.

Estaba atrapado en una tormenta de sensaciones, sus suaves labios encima de los míos. Los sonidos que emitía restregándose en mi pierna.
Atrapó mi labio inferior entre sus dientes para abrirse paso y meter su lengua.

¿Donde demonios había aprendido a besar? Era tan caliente que tuve que resistirme para no correrme en ese momento.

Jimin sabía que me tenía, que ya no había vuelta atrás. Así que me empujó para sentarme sobre la cama y se puso entre mis piernas para sacar mi erección.

Acercó su boca a mi polla y dio una suave lamida a la cabeza húmeda. Gemí en respuesta, esto era lo más caliente que había vivido.

Me recargué sobre mis manos y baje la mirada hacia su boca. No quería perderme la imagen de Jimin haciéndome una mamada.

Jimin abrió su boca y metió lentamente toda mi polla en ella, haciéndome levantar las caderas en respuesta. Había imaginado esta escena pero verla era mucho mejor que la versión que hice en mi cabeza. Jimin ahuecaba sus mejillas tratando de darme todo el placer posible.
Llevo una mano a sus pantalones para liberar su polla  y comenzó a acariciarse salvajemente.

Aún con mi polla en su boca, Jimin gemía y juntaba el entrecejo de excitación.

Jimin comenzó a acelerar  el movimiento de su mano en mi polla y no despegó su boca un segundo, ni siquiera para tomar aire. 

—Yo...—Gemí cuando mis bolas avisaron que se liberarían.—voy a correrme, Jimin.—advertí para que alejara su boca pero no lo hizo. Continuó pegado a mi y me corrí en su boca tratando de ahogar mis gemidos mientras sentía el orgasmo apoderarse de mi.

Jimin limpió todo el semen de mi polla con su boca y continuó masturbándose  hasta que  gimió alto y se corrió manchando el piso de mi habitación. Era lo más caliente que había hecho en mi corta vida.

—Ensucié el piso.—sonrió descarado después de ver su obra.

¿Por qué siempre parecía divertirle ensuciar con su semen mi habitación?

La sensación de arrepentimiento por lo que había pasado comenzó a regresar a mi, pero no podía echarlo aún. Sabía que tendríamos una discusión por lo que acababa de suceder pero aún no tenía aliento para decir nada.

Guarde mi polla en mis pantalones y me quedé en silencio.

—Iré al baño para limpiar este desastre.—dijo levantándose con una sonrisa.

¿Cómo diablos no podía entender que lo que acababa de suceder no estaba bien? Empezaba a odiar su sonrisa descarada. Actuaba divertido, como un niño después de tocar el timbre de la casa y salir corriendo.

Jimin limpió el piso con algunas toallas rápidamente y yo solo me quede mirando.

—Listo.—sonrió posando sus ojos miel en mi.

—Jimin, esto...

—Ya sé que es lo que vas a decir.—frunció el ceño.— "Isti ni isti bin"—dijo en un tono burlesco. —Eso no parecía que te importara cuando te corriste en mi boca.

¿Por qué siempre tiene que ser tan explícito?

—Jimin, tenemos que parar...tengo novia.

—Jungkook, tú ni siquiera estás enamorado de ella. Solo lo haces para huir de lo que de verdad quieres. ¿Crees que no me doy cuenta?

—Por supuesto que estoy enamorado de ella.

—¿Entonces no te importa que me haga novio de Taehyung?

—Jimin, puedes hacer lo que te plazca. Entre tú y yo no puede pasar más.—mi determinación comenzó a volver.

—¡Eso lo veremos, Kookie!...veremos cuánto tiempo más puedes fingir que estás enamorado de esa tonta solo porque piensas que lo que hacemos está mal.—Jimin se levantó y salió de mi habitación.

Tenía razón, yo no estaba enamorado de Sunha pero si terminaba con ella, lo de Jimin se pondría peor y no podía permitirlo. No me sentía culpable, sabía que Sunha tampoco estaba enamorada de mi. Ambos la pasábamos bien y a ella le hacía sentir bien decirles a sus amigas que yo era su novio.

Tampoco podía ser tan egoísta para decirle a Jimin que no se acercara a Taehyung, tenía que continuar con su vida y olvidarse de mi. La idea no me gustaba, pero al menos tenía que intentarlo.

Mi hermosa tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora