Capítulo 3

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El calor corporal y la claridad de la mañana, me hicieron removerme entre las sábanas. Aún me sentía bastante cansado y aunque pude sentir mi erección matutina, la ignoré.

Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente cuando pude sentir a Jimin. Estaba de espaldas a mi y comenzó a mover su culo restregándose en mi polla.

Cuando pude entender lo que estaba pasando, intenté alejarme pero Jimin me detuvo sosteniendo mis caderas.

—No, se siente bien.—murmuró.

Mi respiración comenzó a agitarse y por alguna maldita razón estaba disfrutándolo y no podía despegarme. No cuando el delicioso culo de Jimin se empujaba en mi polla.

—Jimin.—jadié.—Esto no está bien.

—A ti también te gusta, Kook.—gimió y empujó su culo más.

—Somos hermanos.—murmuré.

—Lo somos.—gimió.—Nos estamos ayudando solamente.

Mi cerebro estaba fundido por los gemidos ahogados de Jimin y la sensación de su hermoso culo acariciando mi polla por encima de la pijama.

—¿Te gusta, Kookie? Se siente muy bien.—Chilló y entonces pude notar que estaba acariciándose la polla al mismo tiempo.

—Te sientes enorme.—gimió y eso fue todo lo que necesite. Apreté mis dedos en su cadera y comencé a a restregar mi polla en su culo salvajemente. Me corrí en mis pantalones enterrando  los dedos en su cadera cuando pude escuchar a Jimin gemir mi nombre mientras se corría.

—Creo que ensucié tu cama.—Jimin comenzó a reír y eso me sacó del trance en el que estaba. Me puse boca arriba y me lleve el dorso de la mano a la frente mientras asimilaba lo que acababa de suceder.

—No podemos hacer esto, Jimin.—murmuré.

Jimin se giró boca abajo y se apoyó en sus antebrazos para mirarme.

—¿Por qué no? A ti te gusta y a mi me gusta.—dijo con esa maldita sonrisa de satisfacción. —Apuesto que fue mejor que con la tonta esa con la que sales.

Apreté los ojos y suspiré.

Esto no estaba pasando, acababa de manosear a mi hermano en mi cama.

—Jimin, ve a tu habitación.—ordené.

—Kookie, ¿Cuál es el problema?

—¿! Qué coños te pasa, Jimin!?—levante la voz.—¡Eres mi hermano! Acabamos de hacer algo que no está bien.

—No somos hermanos de verdad y nos gusta lo que hacemos.—bufó Jimin.

—¡Solo vete! ¡Sal de mi habitación!.—me senté en la cama y puse mis manos en el rostro.

Estaba como la mierda de avergonzado y Jimin se estaba comportando descarado.

—¡Jodete, Kook! Te estás comportando como un idiota inmaduro.—Jimin salió de mi habitación y se aseguró de golpear la puerta tras el.

Me sentí como un imbécil, casi acababa de follar a mi hermano, si no hubiera sido porque aún estábamos vestidos.

Durante el resto del día no cruzamos una sola palabra y el resto de la semana trate de evitar a Jimin. Quería que el tema se esfumara y todo volviera a ser igual.

Cada vez que me masturbaba, lograba correrme solo pensando en él y eso me hacía tener un sentimiento de culpabilidad que se atoraba en mi pecho durante todo el día.

Dos semanas después, nuestros  padres tuvieron la genial idea de pasar un fin de semana fuera de la ciudad con sus hijos. Así que tuve que enfrentar a Jimin, el viaje en auto fue incómodo, me puse mis audífonos y cerré los ojos para escuchar música.Podía sentir la mirada de Jimin sobre mi, sabía que estaba molesto conmigo pero no me importó.

Tuvimos que compartir habitación, su madre creía buena idea que pasáramos juntos más tiempo porque pronto Jimin iría a la universidad y no tendría tanto tiempo para estar conmigo.

Y yo lo único que quería era salir corriendo, lejos de él. 

Cuando entramos a la habitación seguí ignorando a Jimin mientras me tiraba en la
cama y esperaba a que nuestros  padres estuvieran listos para ir a comer. Jimin comenzó a desempacar su maleta pero en algún punto se acercó a mi.

¡Maldita sea! Aquí vamos...

—Kook, tenemos que hablar.—dijo Jimin interrumpiendo mi atención en el video que estaba reproduciéndose en el celular.

—No Jimin, no tenemos que volver a hablar de lo qué pasó.—finalmente lo miré porque ambos sabíamos de que quería hablar.

—Kook, tenemos que resolverlo. ¿Quieres que nuestros padres se den cuenta de que algo está pasando? —Jimin se sentó en la cama.

Después de todo, tenía razón. Teníamos que dejar las cosas claras y olvidar todo lo que había pasado. 

—Está bien, hablemos.—me incorporé en la cama y me senté con la espalda recargada en la cabecera. —Tenemos que olvidar todo.

—Kook...—suspiró Jimin.—No hay nada de malo en que tú me gustes y yo a ti.

¡Oh esta conversación se acaba de salir de control! Esa no era la idea, her-ma-no! Me golpeé mentalmente.

—¿De que mierdas estás hablando? No me gustas, Jimin. Yo tengo novia, me gusta mi novia.—apreté la mandíbula tratando de escoger las mejores palabras para dejarle en claro todo.—Eres mi jodido hermano, no eres atractivo para mi.

—¡No soy tu hermano, Kook! Crecimos juntos, las circunstancias nos hicieron llamarnos hermanos, pero no lo somos. No tiene nada de malo. —Jimin frunció el ceño, estaba molesto.—. Y si no te gusto entonces ¿por qué  se te pone dura cuando me ves?

—¡Jimin, estás loco! Se supone que eres el mayor en esto....Se me pone dura por cualquier cosa como a todos los adolescentes cachondos. Es asqueroso pensar en lo que hicimos. ¡Ni siquiera soy gay! ¿Qué demonios te pasa?

¡Oh eso le dolió! Pude ver esa expresión de dolor en él, pero me importó un carajo. Tenía que parar con esto y no había mejor forma.

—Esta bien, Kook.—bajó la mirada.—No volveremos hablar de esto, solo no te alejes de mi...sabes que te amo.

No pude responderle. Salí de la habitación y lo dejé ahí. Esperando que le quedara claro que no me gustaba y que las cosas no serían igual entre nosotros, nunca más.

Mi estómago se revolvió, acababa de decirle a Jimin que me daba asco y él solo pudo responder que me amaba.

¿Como demonios iba a todo a volver a la normalidad? Mi hermanastro, acababa de decir que yo le gustaba. Por supuesto que él a mi también. Jimin podía hacerle dudar a cualquier heterosexual si se lo proponía. Es hermoso y no hay duda de ello.

Alguna vez, mi amigo Nam lo describió como un "ángel inmaculado" . Me reí cuando lo escuché pero ahora todo empezaba a tener sentido y no pintaba nada bien para mi. Era el ser más noble y tierno, te daban ganas de protegerlo cuando tomaba una actitud vulnerable o estaba triste. También podía ser jodidamenre sexy, cuando lo quería. Sus movimientos eran elegantes y su cuerpo delgado y bien formado, era irreal. Mi parte favorita era su sonrisa, parecía que sus ojos desaparecían cuando algo lo hacía feliz. No todo el mundo puede sonreír con los ojos, pero Jimin podía.

Escribí estos 3 capítulos en poco tiempo, me he estado inspirando leyendo mucho porque a veces se me seca el cerebro, espero que esta inspiración siga y termine siendo una buena historia.
Me dicen si les va gustando 🙂
💜

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